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A la salida, cerca de las 7:00 pm, salía por los pasadillos vacíos, siempre era la última en salir. A veces me quedo un rato en la biblioteca leyendo algún que otro libro de filosofía. Soy una amante de la literatura, si por mí fuese ser algo en esta vida sería un libro: ser lo suficientemente interesante para que alguien tenga la valentía de abrirme y leerme tan siquiera unas diez veces en vida.

No soy muy agraciada, pero tengo lo mío. No sé por qué, pero la gente que me ha conocido me ha dicho que soy un misterio a descubrir. Cuando les pregunto por qué. Ellos se quedan callados, como si no encontraran palabras para describirme. No soy tan difícil, a veces me toca que hacerme la dura, pero es sólo una armadura para que nadie me haga daño.

Me describo: piernas altas, cabello castaño oscuro, uso gafas, unas cuantas pecas en mi rostro que caen en mi espalda. Y todo ese desastre.

Ahí estaban otra vez esos chicos raros y rebeldes (al menos eso era lo que me transmitían) a una cuadra de la universidad. Tendrían entre 26 a 28 años de edad, aunque algunos estaban tan jodidos que aparentaban tener más de 30. No entiendo por qué siempre que me miran, murmuran mientras me clavan sus miradas en mi culo. En especial uno que, a veces, piensa que no me doy cuenta de que me está viendo, porque cuando lo veo de reojo, él hace como que no me mira, pero yo tengo la certeza de que sí lo hace. Ahí estaban otra vez, con sus tatuajes, sus motos y su rebeldía nata.

¿Acaso no tienen otra cosa que hacer que verme el culo?

...

Llegando a la cafetería a la que acudo siempre, pido lo mismo de siempre, miro lo mismo de siempre: el periódico, porque rara vez me da tiempo de leerlo por la mañana, así que me informo de todo lo que ha pasado en el país y en el mundo.

Desgraciadamente, son las malas noticias las que abundan en cantidad.

Ataque terrorista en Pakistán deja al menos 360 muertos, entre ellos 75 niños.

Asesinatos en América Latina aumentan en relación con el año anterior.

Mujer le lanza un tiro a su esposo tras enterarse que la engañaba con su mejor amiga.

Hombre se quita la vida y los agentes federales encuentran en su casa una carta donde explica el por qué lo hizo.

Los ricos son más ricos por la ignorancia de los pobres.

Joven afroamericano muere en manos de agentes policiales por excesiva fuerza. Tras ello familiares, amigos y personas cercanas hacen una marcha antiracial de costa a costa.

Adolescente gay se suicida y en su carta de suicidio explica cómo no soportó una sociedad cruel, dura y homófoba.

Cuánto llora el mundo por la crueldad el propio mundo deshumanizado. A los niños ya no les dan juguetes, sino un arma. Prefieren ver dos con armas en la mano, que dos tomados de la mano.

Prendo una televisión que está por mi mesa y es lo mismo que acabo de leer en el periódico. La apago. Me traen una taza de café expreso bien cargado y un par de donas de manjar y chocolate y me las como respectivamente. Y me pongo a pensar en lo poco que falta para que me gradúe como abogada y veo atrás, a mis padres estando orgullosos de mí, porque ellos al no tener la posibilidad ni los recursos no llegaron a la universidad.

-Mi pequeña Elizabeth, vas a ser la primera de esta familia en ir a la universidad. -Decía papá, mientras sus ojos se le cristalizaban.

Mamá sonreía desde la cocina y giraba levemente para observarnos.

Los dos eran las personas más humildes que he conocido en la vida. La humildad no es sinónimo de pobreza, sino de cuán grandes eran en la vida: ayudaban, porque ayudaban en serio: a veces, recuerdo, hacían una colecta entre los vecinos para recolectar ropa para la gente sin hogar, para los acilos de ancianos, los niños huérfanos, para los afectados de los huracanes. Tenían un corazón enorme, tan grande que ni en el universo se les comparaba.

-¿Quiere algo más? -Se acercó a mí el mesero nuevamente con una media sonrisa.

-No, gracias. Pronto me iré.

A los diez minutos pedí la cuenta y me retiré.

Me preguntaba si aquella cafetería de la cual había salido hace apenas unos cinco minutos se acordaría de mí mañana, de que me senté a hacerle compañía y ella inconscientemente me hacía compañía tras esos vacíos del pasado que no los ha llenado nada. Esto es absurdo, me repito. He llegado a la conclusión de que los lugares también son únicos e irrepetibles: recuerdan y olvidan. Crecen, se hacen viejos y jamás mueren. Algunos piensan que los lugares son entidades muertas, lo que creo yo es que son seres vivientes: ellos también cambian. Lo que son hoy, mañana no serán ni una sombra de lo que han sido. Como las personas. Como el primer delito tras su conciencia intacta y limpia.

Se escuchan disparos en algún callejón cercano, los cuales me hacen volver a la realidad bruscamente. Luego una ambulancia pasa rápidamente cerca de mí y me detengo a observar que han matado a alguien. Ha vuelto la California gánster. Ya no hay tranquilidad ni serenidad, abunda el odio, la malicia y el gobierno sigue sin restringir las armas. Pero de nada sirve que las prohíban o no, porque muchos de ellos las fabrican desde sus casas o sus barrios clandestinos.

Me digo a mí misma que cuando tenga finalmente mi licencia como abogada voy a meter a la cárcel a cuantos desgraciados me atraviese en mi camino. No dejaré sobornarme. Nadie comprará mi honradez, mi lealtad, mis principios y valores. El que es asesino, será asesino hasta que muera, así salga de la cárcel una vez cumplida su condena.

Veo al cielo y me hago la promesa de no dejarme corromper por la corrupción. Y mis ojos arden conjuntamente con las estrellas.

Regálame un amanecerWhere stories live. Discover now