1

2.6K 80 3
                                    

Eran exactamente las diez de la mañana, me dirigía hacia la junta estudiantil. Cursaba el último semestre de Ciencias Jurídicas y Sociales en la universidad de Stanford, fui becada de mi antigua High School por mis buenas notas y buen comportamiento. Me mudé de mi casa a una edad donde los hijos dependen directamente de los padres, tuve que hacerlo porque ellos murieron en un trágico y fatal accidente de tránsito y tuve que alejarme de aquel lugar, el cual me recordaba su presencia siempre que ponía un pie y a veces hasta escuchaba los chistes malos de papá y la risa entretenida de mamá.

Abrí la puerta del salón de catedráticos y para mi sorpresa ya estaban todos en sus respectivos lugares.

—¡Buenos días! —Dije

Rápidamente los ojos de los demás se clavaron en mí en un centello.

—Buenos días, señorita Clifford . Si ya se dio cuenta, ha llegado retrasada cinco valiosos minutos.

Pedí disculpas por ello. Inventar excusas no era lo mío, soy débil mintiendo: o me comienzo a reír o me pongo tan nerviosa que me termino hundiendo en el putrefacto olor de la mentira.

—De acuerdo con lo que hemos venido hablando, sobre las nuevas instalaciones de la universidad y las exigencias de los alumnos. ¿Han traído sus propuestas para presentarlas y encontrarles una solución eficaz? —Recordó el licenciado Smith, quien era el encargado de la facultad de Derecho.

Uno señaló que era una necesidad la instalación de aire acondicionado, por la elevada temperatura que en esta temporada golpea a California. Tan siquiera unos ventiladores, aconsejaron. No está de sobra recordar que a veces los salones arden como el mismísimo infierno. Y lo peor del caso es que dan a veces ganas de tirarse por la ventana y disfrutar tan siquiera unos minutos de frescura. Claro, después del placer, te mueres.

El presidente de la facultad de administración de empresas, puso hincapié sobre las giras para el estudiantil. Resaltando que su rendimiento se elevaría con esa motivación al poder ver cómo funciona en sí una organización, tanto en las entradas como en las salidas de ella; cómo son los procesos administrativos, desde la planificación hasta la acción.

El de ingeniería en sistemas resaltó que era necesario un cambio o al menos un mantenimiento del centro de cómputo en las áreas funcionales-técnicas, al recordarles que actualmente se encontraba no en malas condiciones, pero sí necesitaba algunos arreglos.

Por mi parte, luego de haber debatido con mis compañeros de salón, ellos me plantearon la importancia que tendría una reforma en las políticas universitarias. Es decir, una mejor igualdad entre catedráticos y alumnos, puesto que la diferencia entre unos y otros era gigantesca.

—Eso no es posible. —Gruñó Smith—. Las políticas ya están en la base estudiantil universitaria desde hace varios siglos.

—Las políticas deben ir sustituyéndose por otras. —Sugerí

—Usted, señorita, no puede venir simplemente de un día para otro a decirme que tire por la borda la estructura de Stanford. Eso no es posible.

Me comenzaba a estresar y a enojar al mismo tiempo al no obtener una respuesta positiva.

—Entonces estas juntas estudiantiles no tendrían sentido, si solamente se abordan temas técnicos. —Clavé mis ojos en lo profundo de su mirada

Pasaron 10, 20, o quizás 30 minutos, debatiendo de los temas presentados, que no fueron muchos si los comparo con los años anteriores, pero que en ellos sí le pusieron importancia a todos. Algunos aceptados, otros negados. Como todo en la vida.

...

Luego me dirigí al curso de Derecho Penal, en donde me esperaba un tema a exponer sobre las condenas que se le imponen a los implicados de robo, homicidio, violación y violencia doméstica. Era un tema que se me hacía relativamente fácil de explicar, porque mi cabeza ha estado más tiempo metida en las leyes que frente al televisor. Y también porque ya había estado presente en varios juicios de la Corte Suprema de Justicia, ya sabía el procedimiento, cómo es el ambiente, la audiencia de sentencia. La ley de los Estados Unidos de América es dura, sea cual sea tu posición u status.

Una vez frente al salón comencé hablando primero sobre el robo, expliqué que es un delito que se comete apoderándose con ánimo de lucro de una cosa mueble ajena, empleándose violencia o intimidación sobre las personas, o fuerza en las cosas. El homicidio, por su parte, consiste en matar a alguien sin que concurran las circunstancias de alevosía, precio o ensañamiento. Y así fui expandiéndome en los otros temas. Di algunos ejemplos que había visto y escuchado en los juicios.

—Bien, usted ha desarrollado los temas con un desenvolvimiento innato, pero se olvidó expandirse en algunos otros. Por ejemplo, ¿cuál es el procedimiento del sistema de justicia penal? —Preguntó la licenciada Cohen, arreglándose los lentes con el dedo meñique

—Un oficial de policía no sabe que se ha cometido un delito hasta que un ciudadano denuncia el hecho. En algunos casos, antes de que una persona sea formalmente arrestada, se requiere de una orden de arresto. Quien aprueba dicha orden es un magistrado neutral.

Después del arresto, el acusado es arrestado, también se hacen los debidos procedimientos como: huellas digitales, toma de fotografías y solicitud de información personal.

Si no se presentan cargos, se deja en libertad. Pero si se le encuentran, en este punto la persona acusada pasa por la etapa policial y la etapa inicial del sistema de justicia penal.

Horas después, la persona es llevada ante un juez o un magistrado para que éste decida si lo deja en libertad, antes del juicio, con una fianza o bajo caución juratoria. Si el acusado no tuviese abogado, el Estado designará uno. Enseguida, éste se presenta ante un interrogatorio, en el que el juez decide si se cometió un delito y en la posibilidad de que el acusado lo cometió. Una vez que el fiscal hace una acusación formal, se establece una fianza o la detención inmediata.

Ya estando en la etapa del juicio, se dictan las normas en las que éste se llevará a cabo. Durante el juicio, los acusados tiene el derecho de enfrentar a los testigos que declaren en su contra y a presentar a los testigos que están a favor de él. Por ambas partes, se presentan fotografías, audios, vídeos, cartas, etc. Éstos deben ser autenticados y la acusación de los testigos debe considerarse creíble. Si el acusado es declarado inocente, ésta es la última etapa del sistema de justicia penal. Por otro lado, si el acusado es condenado por uno o más delitos, permanecerá en prisión hasta que se le dicte condena.

Y así el tiempo transcurría lentamente, hasta que llegó la hora de salir y enfrentarme al mundo.

Regálame un amanecerWhere stories live. Discover now