El pequeño apuntó con un dedo el de vainilla haciendo sonreír ampliamente a la soldado.

- Ése es mi hijo, igual que yo. – Dijo sacándole la lengua divertidamente al ojiverde.

Luego de dejar al pequeño en una silla especial para él y sentarse a su lado para ambos disfrutar del helado de vainilla su mente comenzó a divagar hacia Camila. ¿Tendría que mencionarle que volvería al ejército dentro de unos días?, no tenía una respuesta tan clara después de todo.

Se pasó una mano por el rostro manifestando su frustración, no sabía cómo manejarlo, la última vez que ella había dejado un resquicio de la posibilidad de volver a enlistarse la morena le había dejado de hablar por cinco días.

- ¿Qué tal? ¿Te gustó? – Preguntó Lauren dándole nuevamente una cucharadita de helado a su hijo.

Cameron sonrió dejando ver sus pequeños dientes cubiertos con el helado haciendo reír a su madre.

- Todo estará bien si estás a mi lado. – Murmuró Lauren volviendo a dejarle un par de besos en los cabellos al pequeño ojiverde.

...

La arquitecta con ambas manos rompió en varios pedazos las hojas en que había pasado diseñando durante toda la mañana. Tenía un bloqueo mental, había pasado horas planeando las simples medidas que tendría el nuevo edificio comercial que había tenido en mente las últimas semanas pero de un segundo a otro se percató que nada de lo diseñado en papel se parecía a lo que había tenido en mente, y luego de un momento a otro el diseño había dejado de ser de su agrado.

- Joder... – Se llevó una mano al rostro mientras con la otra golpeaba el escritorio.

Sólo faltaban un par de minutos para el mediodía y tenía un almuerzo muy protocolar con el Sr. Powell, el jefe de la firma de arquitectos. Si no llevaba algún par de nuevas ideas el hombre seguramente le dejaría una advertencia e incluso ella misma comenzaría a comerse la cabeza frente a la poca creatividad que estaba teniendo aquellos días.

Tomó entres sus manos la foto en que salía con Cameron de bebé en sus brazos, parecía increíble que se iba cumplir un año de aquella foto, un año en que tantas cosas habían cambiado, incluso Camila podía asegurar que las cosas habían comenzado a cambiar mucho antes.

Se pasó una mano por la mandíbula intentando recordar cómo fue que de joven había aceptado el simple destino de que Lauren fuera parte de la U.S. Army. No podía recordarse a ella misma con un miedo como el que sentía ahora, claro, Lauren tuvo que volver en coma y haber perdido un riñón para que el verdadero miedo se sintiera así de real.

¿Y qué se suponía que iba hacer con el juicio sobre la custodia de Cameron?

Ya había hablado algo con su abogada al día siguiente que Lauren le informara de aquella noticia como una bomba... La rubia le había calmado diciéndole que para los jueces era casi imposible separar a una madre biológica de su hijo. Pero es que Camila no podía negar que la ojiverde era una excelente madre, había cuidado del pequeño desde que lo había conocido cuando le sacaron la ventilación mecánica. Y si dejar a Cameron a su lado significaba arrebatárselo a su ex mujer no quería ni imaginar el día en que eso fuera a ocurrir.

Alguien llamó a la puerta y entró sin esperar, sólo podía ser su jefe, Peter Powell, un hombre de casi 60 años que relucía una blanca cabellera y unas gafas ópticas de pastas color marrón.

- Buenos días Camila, ¿Preparada para un buen plato de lasagna y una gran copa de vino? – Saludó con ironía el hombre.

- Buenos días Sr. Powell. – Repitió la arquitecta buscando su bolso y abrigo para salir del lugar.

- Por cierto, ¿Logró encontrar su anillo? – Preguntó abruptamente el hombre.

- Oh. – Se sorprendió de que su jefe estuviera al tanto. – No, Sean no lo pudo encontrar aquel día y cuando volví tampoco fue posible.

El hombre alzó las cejas para luego dirigirse a la puerta donde esperó a que Camila saliera primero, situación que hizo que la arquitecta se sintiera incómoda. Le gustaba su trabajo, le gustaba la firma donde trabajaba, pero el machismo que se vivía en aquel lugar a veces podía ser tan palpable que daba miedo.

- Espero que hoy logre sorprenderme con sus nuevos diseños Srita. Cabello. – Dijo el hombre mientras caminaban hasta el elevador.

Vaya, parecía que el hombre sabía todos los detalles, incluso que se había divorciado hacía unos días. Frunció el ceño apretando su bolso mientras las puertas se abrían frente a sus ojos. Tendría que buscar alguna buena excusa para su jefe, pero no dejaría salir a relucir nada de su vida personal frente aquel hombre.

...

El pequeño ojiverde soltó un bostezo mientras se llevaba a la boca la bufanda de diversos colores que tenía entre sus manos llamando la atención de su madre la cual terminaba de revisar el correo electrónico en el portátil.

- ¿Ya te dio sueño? – Murmuró acariciando una de las manos de su hijo.

- Tá. – Respondió Cameron no dejando soltar la mano de Lauren.

Ed Sheeran resonaba levemente por la habitación de estar mientras la soldado ordenaba un poco el lugar para bajar a su hijo del sofá.

- Hora del baño y luego a dormir. – Dijo Lauren mientras veía cómo Cameron intentaba sostenerse con ambos pies en el piso.

Las pequeñas manos de su hijo se aferraron a su pantalón haciéndola sonreír mientras esperaba expectante el nuevo movimiento de Cameron.

Sus parpados se abrieron sorprendidos al ver cómo de un segundo a otro el pequeño ojiverde se había soltado y ahora caminaba tímida y torpemente por la habitación. ¡Estaba caminando solo!

- Woaaah. – Pronunció divertidamente Lauren mientras se llevaba ambas manos a la cabeza.

Su pequeño ya caminaba solo, había aprendido a caminar, sin mucha experticia, pero lo suficiente para avanzar algunos pasos de aquí para allá. La sonrisa no se le borró durante todos los segundos en que el ojiverde de forma curiosa se movía por el lugar. Cameron soltó una risa aguda cuando finalmente cayó al piso perdiendo el equilibrio.

- ¿Qué haré contigo? ¿Mañana te escaparás de fiesta o algo así? – Dijo divertida tomando en brazos al pequeño para llevarlo a la habitación de éste y buscar el pijama y las cosas para el baño.

- Tá. – Repitió el ojiverde.

- Mmm, serás un rompe corazón.

Todo iba tranquilo en el baño hasta que Cameron soltó un leve sollozo cuando sintió el agua caer por sus cabellos castaños, Lauren lo sabía, aquella parte del baño era la que más odiaba el ojiverde, pero con calma intentó que su hijo no se escapara y que ninguna gota de shampoo se colara por los ojos redondos.

- Lo sé, lo sé, siempre hay algo que no nos gusta. – Murmuró Lauren intentando calmar a su hijo.

El pequeño volvió a sollozar fuertemente intentando escaparse de las manos de la soldado, la cual intentó terminar rápidamente el baño y llevarse a dormir al pequeño.

Sus ojos esmeraldas detallaron el profundo y dulce sueño que tenía Cameron, estaban acostados juntos en la cama que ella solía compartir con Camila, por las noches el pequeño buscaba sus brazos y ambos dormían acompañándose bajo el edredón.

- Buenas noches mi vida. – Murmuró jugando con las pestañas de Cameron.

Suspiró pesadamente mirando la almohada donde solía descasar la cabeza de su ex esposa, recordó el olor de su perfume para luego mirar el techo color blanco de la habitación. Siempre había imaginado que cuando Cameron comenzara a caminar o hablar estarían las dos ahí, juntas, felices, riendo y aun no creyéndoselo... En cambio, ahora no era así.


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Disculpad la demora. Y como siempre, gracias por leer, comentar y votar... Sé que las cosas van tomando un tiempo, pero muchas sorpresas vendrán en los siguientes caps ;) 

Amor inmarcesible. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora