Capítulo 27: ¿Qué haces con un recuerdo?

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|Paramore - Ignorance|


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MELANIE

Sophia todavía no estaba muy cómoda en el lugar. Antuan la llevaba encima de sus hombros mientras caminábamos dentro del bosque. Ya no encontraba la manera de hacerla sentir mejor. Iba unos pasos atrás, ya estaba un poco cansada; pero la chiquilla quería seguir vagando.

Y Antuan no regresaría hasta que su hermana esté contenta.

Yo había aceptado venir más que nada para apoyar a Antuan, y porque quería colaborar con distraer a la niña.

Antuan bajó a Sophia cuando nos acercamos a un lago, ella tenía sed. Aproveché para tumbarme en las hojas secas. Tratando de recuperar el aliento.

—¿Ya estás cansada? —inquirió, acercándose a mí.

—Sí —Fui honesta.

Antuan hizo un gesto de resignación. Él también estaba cansado, se le veía en su rostro. Y seguro también hambriento, ya que había dado la mitad de su ración a su hermana.

—Es muy lindo lo que haces por ella —alenté, y ambos la mirábamos mientras jugaba con una rama para mover el agua.

—No está acostumbrada a mal pasarse, en nada —comentó, sentándose a mi lado, con una rodilla arriba para recargar su brazo—. La tenía muy mimada en la mansión, y ahora me arrepiento. Porque no fuese tan difícil.

Miré de nuevo a la chiquilla, que parecía entretenida con el agua.

—Es fuerte —admití—, yo a su edad lloraba sin cansancio hasta quedarme dormida.

Antuan sonrió, viendo las hojas secas a nuestro alrededor. Me llené de colores en el rostro, y me sentí un poco avergonzada.

—No te sientas agraviada, me pasaba un poco similar —animó, dándome un golpe leve con su hombro.

Me sentí agradecida de que Sophia se haya distraído con el agua. Pudimos descansar.

—¿Cómo fue tu vida cuando eras pequeño? —pregunté, solo para poder establecer conversación fluida.

Antuan arrugó los labios, medio encogiéndose en hombros.

—Buena, supongo —dijo muy a la fuerza, y sentí que no me tenía la confianza suficiente para contármelo.

—El orfanato era bueno cuando los guardias no estaban —comenté—, recuerdo que Beth y yo jugábamos por todo el jardín.

Sonreí por el simple recuerdo.

—Yo también pasé mucho tiempo en el orfanato, claro, por puro gusto —añadió, acomodándose para mirarme mejor—, mi madre ayudaba en la cocina algunas veces y me iba con ella.

Siete fases de la muerte |Libro 1, 2, 3 Y 4|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora