Capítulo 365.

75 7 2
                                    


¿Por donde empiezo? No lo se. No se si empezar diciendo lo mucho que te echo de menos, cuanto he llegado a quererte, o el dolor que me causa todo esto. Si, han pasado 365 días y aquí sigo, sentada delante del ordenador, con la música a todo volumen, intentando soltar todo aquello que llevo meses guardando, aguantándome las ganas para no llorar. Te echo de menos aunque nunca hayas tenido tiempo de quererme y sigo enamorada de tus ojos aunque ya no me miren. Nadie sabe nada. Nadie sabe una puta mierda de nada. No saben las noches que paso llorando en mi cama, ni las veces que llego borracha y me meto en tu conversación y me paso minutos y minutos escribiendo y borrando ese "hola" que jamás enviare porque se me encoje el estomago. Nadie sabe como me tiembla todo cuando escucho tu nombre ni como se me forma un nudo en la garganta cuando pienso en ti. Sigo mirando a la nada, recordando todo lo que un día fuimos, recordando que un día me hiciste feliz. Si, ya se que hace unos meses puse un punto y final, pero abrí un paréntesis, un paréntesis donde estabas tu, las promesas, los te quiero, los para siempre, las sonrisas, las lagrimas. Un paréntesis donde solo estábamos tu y yo, donde el mundo no existía. Un paréntesis donde escribí mis esperanzas, donde me hice creer a mi misma que alguna vez me habías querido, para que doliera un poco menos. Dueles, dueles mas que ayer, y seguramente menos que mañana. Dueles en cada luna llena y en cada lagrima manchando mi almohada. Dueles en cada mirada perdida buscando la tuya, dueles en cada abrazo vacío y en cada noche sin dormir. Dueles en cada centímetro de mi cuerpo y en cada bala perdida. No sabes lo mucho que te echo de menos. Cuanto echo de menos tu respiración en mi cuello y tus abrazos por la espalda que me erizaban de norte a sur. Echo de menos tus te quiero y tus "eres lo mejor de mi vida". Te echo de menos, aunque ya no estés, aunque te hayas ido, aunque no vayas a volver. A día de hoy, sigo preguntándome si alguna vez me has echado de menos, si alguna vez se te ha revuelto el puto mundo al recordar que existo. Es como si te disparara y quisiera parar la bala a la vez. Como si quisiera apuñalarte y no hacerte daño, me duele tu ausencia y tu presencia. Es como si cada día durase tres otoños, como si el reloj se hubiese parado y siguiera marcando el 27 de julio de hace 1 año. Eres ese rostro que jamás dejare de buscar en la multitud, el olor que inundará siempre cada rincón de mi casa, aunque ya no estés, la luz que siempre buscare en la oscuridad de mi interior. Si me ves en alguno de tus pensamientos, abrázame, te echo de menos, aunque ya no estés.


Ligamentos destrozadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora