Capítulo 42

2.4K 127 3
                                    

-Cariño, ¿qué pasa?- cuestiona mi novio preocupado
-Esto pasa- le entrego el sobre con todas las fotos
-Joder- pasa una mano por su pelo -tenemos que decírselo a Ana- va a buscar su móvil
-No sabemos si ha sido Silvia- me encojo de hombros
-Becca, es su letra- me dice nervioso
-Vale vale, llama a Ana-

A los cinco minutos de llamarla, nuestra abogada ya está aquí.

-¿Qué es lo qué ha pasado?- cuestiona la mujer rubia
-Silvia ha mandado unas fotos y en una de ellas hay una amenaza escrita para Becca- le explica el castaño
-¿Estás seguro de que ha sido Silvia?-
-Completamente. Es su letra- le tiende las fotos y Ana las mira con detenimiento
-Si con esto el juez no te deja ver a Martín, es que es gilipollas-
-Ojalá tengas razón- intento forzar una sonrisa
-Becca, si te voy a pedir una cosa- me mira -¿puedes hacer las clases desde aqui o necesitas ir?-
-Puedo hacerlas por internet, o me pasan los apuntes unas amigas, ¿por?- frunzo el ceño confundida
-Vale. No salgas de casa por lo menos en unas dos semanas, si quedas con alguien, que vengan aquí, a no ser que sea muy importante, quédate aquí- me pide casi ordenandome
-Está bien- suspiro resignada
-Es por tu bien, cariño- interviene Cristian besando mi sien.







*****







-¿Entonces si queremos quedar contigo, tenemos que ir a vuestro apartamento?- pregunta Montse en la llamada Skype
-Así es-
-Bueno, pues ya sabéis chicas- sonríe y yo también
-Mañana iremos a verte- dice Cloe
-Por mi bien. ¿Cuándo vendréis?-
-Por la tarde, ¿no?- interviene Laura y las demás asienten
-Aurora, Marta, Sandra y Ruth no vendrán- me informa Elena
-¿Y eso?- cuestiona Montse
-Ruth está mala- contesto a la rubia mirando la pantalla de mi móvil -y Sandra y Gabriel ya sabemos- me encojo de hombros y las demás ríen
-Aurora está de escapada romántica con Julio creo- interviene de nuevo Laura
-Igual que Marta con Saúl- concluye Elena
-Bueno, entonces, ¿vendréis mañana por la tarde?-
-Si- contestan todas a la vez.







*****







Suena mi alarma, se me debió olvidar apagarla.

Estiro la mano y no veo a Cristian en la cama.

Hoy es el día del juicio, estas dos semanas se me han hecho eternas sin salir de casa.

Salgo de la habitación al salón y veo a mi novio vestido con un traje negro que le sienta estupendamente.

Ante tales vistas, simplemente lo miro detenidamente, como el traje se adhiere a su cuerpo como si de una segunda piel se tratase.

-Hola cariño- me saluda, se acerca a mi y me besa
-Buenos días- sonrío -¿a qué hora tenemos que estar ahí?-
-A las doce y media, tienes tiempo, tranquila- me sonríe y yo asiento.

Me dirijo hacia la habitación y me visto.

Hoy toca ropa formal.

Deslizo una falda de tubo negra por mis piernas, después de haber hecho lo mismo con unas medias, me pongo una blusa blanca, y calzo mis pies con unos tacones bajos negros.

Me dirijo al baño para peinar mi pelo y al final me acabo decantando por una coleta alta.

Voy al salón y veo a Cristian tomando una taza de café.

-¿Queda café para mi?- cuestiono coqueta y mi novio sonríe
-Claro cariño, en la cafetera todavía hay- me tiende el objeto y una taza.

Desayunamos y después de recoger, nos dirigimos hacia el coche para ir a los juzgados.

Decido conducir yo porque Cristian está demasiado nervioso.







*****







Nos sentamos e instantes mas tarde llega Ana.

-¿Cómo estáis?- pregunta la rubia sentándose
-Un poco nerviosos- fuerzo una sonrisa y ella parece comprenderme
-Es normal-

Llegan Silvia y su abogado, y finalmente, la jueza.







*****








-Quiero llamar a declarar a doña María Rebecca Lloret Montaner- dice el abogado de Silvia y me extraño

¿Por qué me llama a declarar a mi?

¿Y por qué me ha dicho el otro nombre?

Por la cara que me ha puesto Ana, no me queda otra que levantarme e ir al estrado.

Juro decir la verdad y el abogado, empieza a preguntarme cosas que para mi carecen de sentido.

-Rebecca, antes de salir con el señor Galarza, ¿salió con otras personas?-
-Si- me encojo de hombros
-Usted salio con ¿Iñaki Ugarte?- cuestiona mirando un folio y luego dejándolo encima de la mesa
-Estuvimos juntos desde finales de Noviembre hasta Julio-
-Me alegra que esté siendo tan sincera- sonríe cínico y yo le devuelvo la misma sonrisa -¿por qué está usted con Cristian?-
-Porque le quiero- contesto seca y simple
-¿A pesar de la diferencia de edad?- intenta hacerme dudar, pero no lo va a conseguir, estoy segura con mis decisiones
-A pesar de la diferencia de edad, de que tenga un hijo, de que la madre de su hijo me amenace- voy a continuar y la jueza me corta
-¿Ha sido usted amenazada por la señora Vega?- me mira a través de sus gafas redondas, yo asiento
-¿Y tiene pruebas de ello?-

Ana se levanta de su asiento rápidamente y le entrega a la jueza la foto en la que está escrita la amenaza.

-No existen pruebas de que haya sido mi cliente- interviene el abogado de Silvia, al que estoy empezando a coger mucha manía.

Ana le entrega un papel que le ha dado Cristian que no se que es, hasta que lo dice.

-Es el boceto de las invitaciones de boda de mi cliente cuando se iba a casar con la señorita Vega-
-¡Protesto! Eso lo podría haber hecho el propio señor Galarza- interviene de nuevo el imbécil del abogado.

Silvia tiene un boli en la mano y un papel encima de la mesa.

La jueza y la fiscal la miran de arriba a abajo y la mas mayor, la jueza, le susurra algo a la que es algo mas joven, la fiscal.

-Señorita Vega, permítame- se acerca y coge el folio.

Lo examina unos minutos y pone cara de obviedad.

-Es la misma letra que la de la fotografía y del boceto- aclara.

Silvia se lleva una mano a la frente y su abogado niega repetidas veces con la cabeza.

Ya nada está perdido.

-Señorita Lloret, puede sentarse- la fiscal repara en mi y yo sonrío y me dirijo junto a mi novio.

Entre mi pareja, nuestra abogada y yo se cruzan miradas que denotan nerviosismo, pero a la vez algo de alivio.

-Voy a dar mi benedicto- habla la jueza.

Un silencio sepulcral inunda toda la sala.

Lo Imposible No ExisteWhere stories live. Discover now