Capítulo 19

3.5K 176 5
                                    

-Becca- veo a Cristina recostada en el marco de la puerta de la habitación
-¿Qué haces aquí?- pregunto extrañada
-Pues me he enterado de lo tuyo, y me he dicho: anda, voy a ver a mi alumna favorita- comenta sarcástica, cuando voy a contestar, aparece detrás de ella Celia con una bolsa en la mano
-Celia ¿tu que haces aquí?- ahora si que estoy confusa
-Unirme a la fiesta- sonríe boba y Cristina sonríe malévola- anda, mira esto- me da la bolsa.

La abro y dentro hay fotos.

La mayoría son fotos de Cristian y de mi, besándonos o en la cama.

Hay fotos que son incluso en el instituto cuando nos hemos besado en clase.

No puede ser.

¿En qué momento nos han hecho estas fotos?

Mientras miro todas las fotos, empiezo a preguntarme donde está Cristian si hace nada estaba aquí conmigo.

Miro hacia una esquina de la habitación y hacia otra y no le veo.

-¿Buscas a tu querido Cristian?- pregunta Cristina con otra sonrisa malévola cruzando su cara yo no contesto.

Aparece por la puerta, y cuando intento formar una sonrisa, el parece que me va a besar, pero no lo hace.

Se acerca a Celia y le da un beso de esos que te dejan sin respiración.

Celia sonríe y le coge de la mano, mientras Cristina no ha abandonado a esa sonrisa malévola que la acompañaba.

Mis ojos empiezan a cristalizarse, no me puedo creer que esto me esté pasando.

Inmediatamente abro los ojos y me inclino de golpe con la respiración agitada.

Sólo ha sido una pesadilla.

En cuestión de segundos las lágrimas empiezan a salir de mis ojos, por impotencia supongo.

Cristian se despierta y me rodea con su brazo para después darme un beso en la sien.

-Becca, ¿qué pasa?- cuestiona preocupado
-Cr~Cristian, tu me quieres ¿verdad?- digo casi ahogándome
-Claro, ¿cómo me preguntas eso?- me aparta un mechón de pelo de la cara
-He tenido una pesadilla- resoplo- en la pesadilla, aparecíais Cristina, Celia y tu- trago saliva- tu y Celia os besabais, y yo lo pasaba mal, además, habían descubierto lo nuestro y tenían fotos- continúo agitada y el sigue intentando calmarme
-Sshhh tranquila, cariño- me besa
-Me gusta que me llames así- sonrío y el me besa de nuevo.

Empezamos a besarnos con pasión, el va bajando por mi cuello, y yo meto mis manos por debajo de su jersey gris.

-Verás tu lo bien que me lo voy a pasar cuando salga de aquí- susurro en su oído
-No serás la única- me guiña un ojo
-¿Y el resto? Mi hermano, tu prima, Montse, Alan...- pregunto al acordarme, soy mala amiga
-César y Elena están en la sala de espera, porque han insistido en quedarse- me informa reincorporándose- y los otros dos, están en casa de Alan-
-A saber que harán esos dos ahí- ruedo mis ojos y río despreocupada
-Lo mismo que tu y yo hace un rato supongo- me dedica una mirada pícara y yo me ruborizo.

Ya un poco más tranquila, me tumbo de nuevo y Cristian imita mi acción, rodeando mi cintura con su brazo, apegándome a el.

Cierro los ojos y caigo en un profundo sueño mientras Cristian me acaricia la cabeza.





*****





-¿Qué hora es?- pregunto sentándome en la camilla, hace nada que me he despertado
-Las nueve y media- contesta Elena mirando el reloj azul de su muñeca
-Ah, pues es pronto- pienso en voz alta- ¿y mi hermano y Cristian?- miro hacia los lados de la habitación
-César ha ido a por café y Cristian está en el baño- me informa
-Ah vale, gracias por todo Elena- le sonrío, y ella viene y se sienta en un costado de la camilla
-No es nada cuñadita- me sonríe también achinando sus ojos.

Nos ponemos a hablar de nuestras cosas, y me dice que me ha traído algunas de mis cremas, cosa que le agradezco mucho.

Aparece Cristian por la puerta, y saluda a su prima, después se acerca a mi y me besa.

Después viene César con unos cafés en la mano.

Le da uno a Elena, otro a Cristian, de mala gana y el tercero se lo queda el.

No entiendo porque le cae tan mal Cristian, si es un amor.

Entre risas, bromas, y malas miradas por parte de mi hermano hacia Cristian, pero por lo demás todo bien.

Elena y Cristian salen un momento de la habitación y yo me quedo sola con César.

-Hermanita, quitando lo del golpe y la bajada de azúcar, ¿tu como estás?- pregunta cortando el silencio que se había creado
-Bien, por lo demás bien- sonrío- César, ¿por qué no te cae bien Cristian?- noto como se tensa ante mi pregunta
-No es que no me caiga bien- mira hacia los lados- hay algo en el que me hace desconfiar, no se que es, pero me hace desconfiar- se sincera
-Pues es un amor, si le conocieras bien, te llevarías una sorpresa- sonrío y después suspiro
-De eso estoy seguro- le miro extrañada, ¿a qué se refiere?- nada, no me hagas mucho caso- dice quitándole hierro al asunto.

Suena un teléfono y no es ni el de César ni el mío.

-Que desastre- digo riendo y César me mira extrañado esta vez- Cristian se ha dejado el móvil- me estiro para cogerlo y no puedo creer lo que veo.

Llamada entrante de Silvia.

Ese nombre me suena de algo.

Inmediatamente me empieza a faltar el aire, y siento una opresión en el pecho.

Los recuerdos de los últimos días se agolpan en mi mente.

Me está dando un ataque de ansiedad o eso parece.

Mi hermano se acerca a mi, e intenta mantenerme despierta pero me es imposible.

Se me cierran los ojos y caigo en un profundo sueño.





*****





-Becca, ¡ya has despertado!- dice Cristian acercándose para darme un beso, pero yo me aparto, el se extraña
-Cristian, mirame, y escucha bien lo que te voy a decir- digo seria y el se sienta frente a frente conmigo esperando a que continúe- no quiero saber nada de ti, ¿queda claro?-
-¿Por qué? ¿Qué pasa?- me pregunta extrañado, cosa que me indigna algo más de lo que ya estoy
-¿Que qué pasa? ¿No te parece suficiente tener una mujer embarazada e ir jugando con los sentimientos de una chica que de verdad te quería? ¿Eh? ¿No te parece suficiente?- lágrimas salen por mis ojos sin control alguno.

Mi mano se estampa contra su cara y él se toca la zona impactada.

-Becca- intenta hablar el pero le corto
-Ni Becca ni leches, no quiero saber nada de ti- digo furiosa
-Escuchame por favor- traga saliva- quería dejar a Silvia, pero con el embarazo y todo eso-
-Es que ella no tiene la culpa de todo esto- espeto firme- tu haz tu vida y yo haré la mía, pero vete-
-Lo que tu quieras, pero lucharé por ti- dice a centímetros de mi cara
-No lo harás, y por favor, vete ya- me doy la vuelta y lloro en mi almohada, se que se ha ido ya.

Entran Montse y Cloe en la habitación, les cuento lo ocurrido y empiezan a consolarme.

-Becca, calmate- me pide la pelinegro
-Si, por favor- continúa la rubia
-Chicas, necesito olvidarle-

Con esto, continúo llorando, quedándome así dormida.

Y también entendiendo porque todos le dirigían miradas de desconfianza y asco.

Lo Imposible No ExisteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora