Malicia

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El clima comenzó a templarse tornándose muy obscuro el cielo a través de los cristales, quien diría que ese agradable crepúsculo cambiaría a una noche tormentosa. Izuku comenzaba a ambientarse en ese lugar, todos los chicos eran muy agradables incluso Satou le preparó un bondadoso y apetitoso pan de queso, del cual las chicas no dudaron en abusar y tomar su probada, el pequeño era bastante cortés a pesar de su corta edad pero eso no quitaba su timidez de estar con jóvenes mayores.

Luego de una pronta presentación de cada uno con él y de indicarle donde se encontraba cada lugar donde residía la clase A, no podían descartar ese semblante distraído de Izuku.

—Midoriya-chan, ¿está todo bien, kero? —preguntó Tsuyu.

—Kacchan...¿él está bien? No ha regresado —comentó mirando por el rumbo que había desaparecido el mencionado.

—No te preocupes —palmeó su mano tranquilo Kirishima —él ese así, no le gustan estas situaciones donde todos nos encontramos reunidos.

Izuku parpadeó un par de veces perplejo, ¿acaso prefería la soledad Kacchan? Eso no era posible, él siempre buscaba la atención, ser el mejor, demostrar que se encontraba encima de los demás, sí, siempre lo demostraba de manera fantástica. Dejó el trozo de pan en la bandeja que le había traído Satou exclusivamente a él y se levantó del sofá. No podía ser tan diferente, ¿o sí?

—Oye, oye Deku-kun, ¿quieres un vaso con leche? —mostró Hagakure, el pequeño peliverde sólo se aterró, aún no se acostumbrada a ese singular quirk de la chica, ver unas ropas ajustadas flotando no era de todos los días.

—Hagakure, lo estás asustando aún —comentó Yaoyorozu apartándola de él.

—Todos tienen un quirk grandioso, sí que son estudiantes de la UA, me encantaría ya poder despertar el mío —musitó mirando sus manos entusiasmado, después de todo aquel día dónde fue con el médico para un diagnóstico de porque su quirk no había sido manifestado había sido eliminado de sus recuerdo, su vida no había llegado a ese momento.

—¡Midoriya-kun! —exclamó Iida haciéndolo saltar de su lugar —tú tendrás un quirck increíble, salvarás personas con él. Sólo espera a que todo vuelva a como era antes —rectificó tomándolo de las manos queriendo mostrar toda su empatía, pero esta sólo intimidaba a Izuku.

—Al parecer esas palabras no tuvieron el efecto que esperabas —dijo Todoroki al tiempo que se levantaba de su lugar. Giró a ver a Izuku, aunque él sólo evitaba verlo, redirigía su mirada a otro lado ansioso. ¿Acaso su apariencia era más atemorizante que la del mismo Bakugou? Se pensaba para sí mismo. —Me iré a dormir.

—Ya son las diez, Deku-kun debería ir a descansar también. Como pasa volando el tiempo —mencionó Uraraka levantándose de su lugar ofreciéndole su mano a Izuku —vamos, te llevaré a tu habitación —dijo con una radiante sonrisa con ella lo cual el pequeño cedió.

—Uraraka hace ver que es muy fácil manipular a los niños —contempló Kaminari escéptico.

—¡¿Acaso piensas dormir con él?! Midoriya, bastardo afortunado no te hagas el ingenuo —señaló Mineta con celos desbordándole, Izuku únicamente comenzó a temblar por las amenazas.

—¡Tonto! Sólo lo voy a llevar y asegurarme que duerma bien —exclamó molesta por el imprudente comentario.

—Igual los estaré vigilando, después de todo su cuarto está en el mismo piso que yo —entrecerró los ojos Mineta sin librar sospecha.

—Se escucha adorable ir a acurrucar a un pequeño así en cama —pensó Yaoyorozu en voz alta.

—Es que es demasiado tierno, ¿a qué sí? —respingó Hagakure a su lado.

Nostalgia disuelta [BkDk]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora