1.El Origen

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Ella seguía corriendo sin detenerse y fui detrás de ella riendo. Mi hermana estaba loca, pero la amaba, era mi otra mitad. Estaba feliz debido a Will, el cobarde al fin le había pedido ser su novia, así que me llamó y me pidió que la acompañara a comprarle algo especial a él. Cuando llegué a nuestro sitio de encuentro, un parque que siempre ha sido el favorito de nosotras desde que tengo memoria y guarda gratos momentos con personas especiales, observé los arboles y flores que parecían ser azucenas, se encontraban en todas sus tonalidades. Caminé lentamente entre arbustos que acompañaban a cada lado el camino de piedras  mientras pensaba en los sentimientos anómalos que crecían dentro de mi por el chico de ojos grises y simplemente era insólito, me rehusaba a tenerlos, quería desecharlos y nunca más sentir aquello, era frustrante. Unas palomas pasaron volando cerca de mi y se llevaron mis pensamientos con su aleteó, y con exorbitante esperanza, también espere que me arrebataran aquellos extraños sentimientos. Al siguiente momento localicé a mi hermana, Akemi, en una banca del parque, moviendo ansiosamente las piernas, y con la vista pérdida entre los árboles. El sonido de mis pies contra la roca la alertaron, y en cuanto me vió, apareció una sonrisa deslumbrante en su perfilado rostro, que acompañaba perfectamente el tono amarillo rutilante de su vestido, y su piel morena humectada en crema. Ella corrió hacia mi, me dio un sonoroso beso en la mejilla y salió corriendo como si fuera una niña.

No me quedo otra opción más que perseguirla, y no es que me quejara por este hecho, me encantaba correr, sentir el viento en mi cara, el aíslo del mundo, el sonidos fuerte de los latidos en mis oídos, todo aquello era vida, pero creo que aún me sentía frustrada y  hasta enojada conmigo misma. Mientras corría detrás de ella en el parque,  de repente mis piernas se detuvieron, los miembros de mi cuerpo parecían haberse desconectado de las órdenes dirigidas por mi cerebro, simplemente eran peso muerto, el corazón se me paralizó y al siguiente segundo comenzó a latir desvocado. Los árboles fueron reemplazados por paredes. El entorno en el que estaba se desvaneció y apareció otro muy opuesto.

Me encontraba en un cuarto viejo, con telarañas colgando en las esquinas y veía lo que parecía ser una cama y un pequeño sofá que aguardaban cubiertos por mantas rojas. El piso de madera crujía, y la luz entraba al recinto por medio de una diminuta ventana al fondo del cuarto. Mis ojos asustadizos dirigieron la vista a mis piernas, las cuales estaban enfundadas en un jean negro que poseía inexplicables manchas de color carmesí. Aquello no me alertó tanto como lo hizo el hecho de que me hallaba atada de manos y pies a una silla de madera; cinta gris estaba cubriendo mis muñecas y tobillos. El pánico atravesó mi cuerpo, mi garganta carrasposa parecía cerrarse y y mi nariz parecía percibir mil kilos de polvo, era demasiado. Estaba preparándome para gritar y pedir ayuda, cuando la puerta se abrió. Un joven alto y fornido pasó por ella. Su sonrisa macabra me heló los huesos, pero su mirada llena de locura y rencor, me arrebató la vida, como si quisiera apoderarse de mi alma. Sus pasos provocaban el crujir aterrador de la madera, un paso, dos, tres... Cada vez más cerca.

-Pronto vendré por ti-dijo él mirándome fijamente con sus gélidos ojos azules.

Todo se desvaneció y volví al parque, mi hermana venía corriendo hacia mi y yo todo lo que deseo ahora y en ese instante no deseé, es que ojalá él hubiera venido por mi y no por ella.

La MaquinaciónTempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang