1.Si tú lo dices pequeña

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El destino, aquella palabra que tiene la capacidad de hacernos felices y en tan sólo un segundo derrumbarnos".

El despertador sonó en mi oído. Tomé mi teléfono y recordé que era mi primer día de clase; nuevamente sería el punto de vista de todos.

Mi mente tan sólo reproduce aquellos momentos vividos con mis amigos, sin embargo mis ansias por conocer nuevas personas son inigualables.

Tomé una ducha caliente para apaciguar los animos y seguidamente me encamine en dirección a mi vestidor retirando de allí una blusa negra que se pegaba a mi piel, unos vaqueros negros y unos botines extremadamente altos para iniciar el día. —"La primera impresión es lo que cuenta"— Me dije a mi misma.

Mientras empujaba el calzado a presión ya que mi pie al parecer crecía mas que mi cabello,  escuché vibrar mi teléfono. Lo tome en mis manos y sentí una combinación de sentimientos, entre ellos nostalgia y alegría .

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«Tienes 2 mensajes nuevos»
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-06:50-«Wen»

Oye Maddie te conectaste hace una hora y no me has enviado mensaje alguno , que rápido te has olvidado de mí. :'(
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-07:20-«Andy»

Hola!! ¿Que tal tu nueva escuela? ¿Estas lista? Ya me has olvidado? Si lo has hecho te juro que tomó un vuelo hasta tu casa y te obligo a volver ....
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-07:25-«Maddie»

¿Quién habla? No recuerdo a nadie con esos nombres
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-07:26-«Wen»

¡Oye me las vas a pagar! Andy tengo los tickets, arma tus maletas. Ya verás Maddie.
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-07:26«Maddie»

Sólo bromeaba.
Los amo.
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-07:27- «Andy»

Suerte Maddie de parte de los dos. No nos cambies.
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-¡Maddie Baja ahora mismo! te dejará el autobús de la escuela y no puedo llevarte.- La voz de mamá en la madrugada siempre tan cariñosa, "Valga el sarcasmo."
Me senté en mi cama nadando en mis pensamientos quizás por unos cuantos minutos como habitualmente lo solía hacer antes de mudarme. Al salir de mi habitación, corrí hacia la cocina despiediendo de un beso a mis padres y salí de casa a toda prisa.

Corrí mediante zancadas hacia la estación del bus pero en cuanto estaba doblando en la esquina el bus no se detuvo en la estación. Hice señas con mis brazos indicando que se detuviera para alcanzarlo pero el conductor aceleró y tan sólo quedó el rastro de las llantas en la avenida.

-"Este día no podía ser peor"-.

En cuanto termine la frase el karma respondió a mi pregunta y se asomó una tormenta.

Sin darle mucha importancia continúe caminando en dirección a la preparatoria mientras arrastraba mi calzado por la acera con desgano.

 Repentinamente el frío recorrió mi espina dorsal. 

Mi cuerpo se encontraba húmedo y mi ropa escurría.
Levanté mi mirada y mis ojos chocaron con la mirada de un chico castaño que me observaba con diversión a través de la ventana de su auto.

— ¿Te he mojado?—
me preguntó con tono burlón mientras salía con rapidez de su auto.

—¿Mucha risa?—
mi respiración acelerada llena de furia se hacía audible de a poco.

¡Prometo Nunca Enamorarme! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora