Capítulo 35: Cálida mañana

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Sus ojos azules se abrieron perezosamente, se aferró a las sabanas, siempre es un gran desafío despertar a Wilson.

Wilson! -dije molesta por que no quería despertarse.

Wilson gruñó y se levantó, tiene que ir al trabajo, a mi me dan de alta hoy en la tarde.

Al rato Wilson salio con su traje, y yo me adentre en el baño, sali y Wilson ya estaba por irse, en realidad quería ir a trabajar, pero no seria muy lindo que digamos ir en este estado.

-Adiós, ¿Vienes mas tarde verdad? -pregunte.

-Si, llámame si pasa algo -dijo besando la comisura de mis labios.

El calor recorrió por todo mi cuerpo, y mis mejillas ardieron, Wilson sonrió, su masculino olor inundo mis fosas nasales, sonrei apenada.

-Lo haré, que te vaya bien -dije apenada, moviendo mi mano despidiendome.

Wilson salio y cerro la puerta, me moví para ir a sentarme, pero una mano me jalo, Wilson beso mis labios apasionadamente y me dejo en shock en la habitación.

Toque mis labios y suspire, la sensación de sus labios junto a los mios permanecía, me recordé a mi primer beso, en la cual hice lo mismo.

Sonrei, pero me dolió el labio, me dirigí adolorida a la cama y me sente en ella, mi brazo esta horrible con esos puntos y hay moretones de los golpes esparcidos en mi piel.

La enfermera entró con el desayuno, que consistía en un puré, arroz y jugó de melon, no tenía nada de apetito y mi abdomen dolía demonios.

-Buenos días señorita.

-Buenos días, gracias -dije cuando me puso la comida en la mesa que se encuentra alado de la cama.

La enfermera salió y empecé a comerme el puré y el arroz, prendi la televisión y estaban pasando las noticias, no quería tener que ver con malas noticias, así que tome el control y cambie de canal.

Al terminar acomode los platos y lo puse en la pequeña mesa, la enfermera entró con una inyección, el miedo se apoderó y mire a la enfermera con cara de que no lo hiciera.

-Señorita le toca la inyección para el dolor -dijo preparándome y mojando mi brazo con alcohol.

La enfermera inserto la aguja y sentí como el líquido frío recorría por mis venas, la enfermera se llevó el plato y salió de la habitación.

Ya han pasado unos minutos, y el dolor ya no es tan fuerte, acaricié mi brazo por el leve dolor de la inyección, la sensación de frío permanecía.

Abrieron la puerta y estaba la madre de Wilson con su hija y Sam, sonrei y la pequeña me abrazo, correspondí su abrazo y la madre de Wilson camino hasta donde yo estaba.

-Llame a Wilson y me contó, espero que ya estés mejor, te traje una pomada que es muy buena para los dolores -dijo dándome la pomada.

-Muchas gracias -le dije a la madre de Wilson.

La señora sonrió y conversó conmigo, la hermana de Wilson me saludo con un beso y un abrazo, y se unió a la conversación.

La pequeña se encontraba embobada con las caricaturas que puso en la televisión.

...

Ya han pasado unas horas y en una hora me dan de alta, ya la madre de Wilson se fue, y la hermana de Wilson y Sam también.

Wilson en unos minutos llega, tome la botella de agua mineral y me bebí la mitad de esta.

Se abrió la puerta y allí estaba Wilson, mi corazón latia a mil, y los nervios se apoderaron de mi.

Me levante y tome el bolso negro donde estaba la ropa, Wilson estaba concentrado en su teléfono como es de costumbre, camine hasta el, y lo seguí hasta la salida, me adentre en el auto de Wilson y él entró después.

En el camino no nos dirigimos la palabra, pero nuestras manos estaban entrelazadas, su cálida mano acariciaba la mía delicadamente, apoye mi cabeza en el sillón, y cerré los ojos disfrutando sus dulces caricias.

Su mano se apartó de la mía cuando llegamos, el portón de la gran casa se abrió, dejando a la vista el hermoso jardín, con todo tipo de flores decorándolo.

Wilson salió del auto, abrí la puerta y al levantarme tenía un gran dolor en el abdomen, solté un pequeño quejido y me adentre en la casa, Eduar se encontraba en la entrada esperándonos, el gato estaba gordo y mucho más grande, Wilson se pasó dándole comida.

-¿Como te ha ido Eduar? -dije levantando al gato.

El gato se acurrucó en mis brazos, Wilson entró y se fue directamente a su despacho.

Subí a mi habitación y me puse una ropa cómoda, me puse la pomada en el abdomen, entre en el baño y me cepille los dientes, al verme en el espejo, se veían mis moretones y mi labio roto.

Suspire y baje las escaleras, el olor a carne, hizo que mi apetito volviera, baje y lo que vi era imposible.

Wilson estaba en pijama con un delantal haciendo la cena.

-¿Que estas haciendo? -dije divertida acercándome a él.

-La cena, hoy me toca -dijo tomandome desprevenida y besando mis labios.

Puse mis brazos en su ancha espalda y el tenia mis manos en mis mejillas sonrojadas, mordió mi labio, pidiendo permiso para que su lengua entrara en mi boca, la abrí y hizo unos exitantes movimientos, el calor recorrió todo mi cuerpo.

Nos separamos por falta de aire, me puse un delantal para ayudarlo, cocine la pasta para la lasaña, y la salsa bechamel.

Wilson se encontraba preparando la carne, el gato empezó a maullar y le serví su comida, Wilson estaba haciendo la lasaña, la introdujo en el horno, se veía muy guapo, sonrió y se quitó el delantal.

El timbre sonó y camine hasta la puerta para abrir, tome el pomo de la puerta y lo gire, una cabellera rubia y un cuerpo de muerte, se encontraba en la puerta de espaldas.

No me esperaba su visita, y no la quería, su presencia causa un gran dolor de cabeza, recordando mis fatales días, en el cual ella fue la responsable.

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