Capítulo 29: Ataque inesperado

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Era un nuevo día, la alarma empezó a sonar, el joven Millonario soltó un gruñido y se levantó perezosamente.

Se adentró en la ducha, dejando que el agua caliente recorriera su cuerpo, estos días habían sido difíciles para el, extrañaba a su joven esposa, sus cambios de humor aumentaron y nadie lo podía aguantar ,se la pasaba molesto, le hacía falta más que nada su esposa, cada mañana se despertaba mas molesto que nunca, el hombre de ojos azules salió del baño y se adentró en el armario.

Tomó un traje y se vistió en cuestión de segundos, tomó su embriagante fragancia y la esparcio en sus muñecas y cuello y se puso su reloj, se adentró en el baño y a los minutos salió con sus dientes recién cepillados y su cabello perfectamente peinado, tomó el portafolio del mueble de cuero negro, y tomó su teléfono y salió de la habitación, el día estaba nublado y era fin de semana, salió de su casa, con un paso rápido pero lento, mirando a su alrededor, tomó las llaves de su auto, abrió su auto último modelo y se adentro en el y concentró su mirada en el camino.

Detuvo el auto en una construcción abandonada, desde un principio el sabía quienes eran los responsables, no quería preocupar ni a su madre ni a su esposa pero el y su padre sabían quien era el responsable, tomó su portafolio y entró en la vieja construcción, allí se encontraba Félix con su mirada fría, los dos intercambiaron miradas y el amenazante hombre sonrió de lado.

Wilson le entregó el portafolio con el dinero, el hombre sonrió e hizo un sonido con sus dedos, aparecieron numerosos hombres y todos armados, tomaron a Wilson de los brazos y apuntaron sus pistolas a su cabeza, sabia que si hacia un pequeño movimiento era hombre muerto, el hombre río y le dio una fuerte patada en su estómago que hizo que escupiera sangre, el sabia que si se defendía o se movía estaba muerto, el hombre lo golpeó hasta el cansancio pero el mantenia su mirada seria y fría y su porte recto no iba a dejar que nadie le quitara su dignidad, el hombre sonrió al ver la sangre caer de su boca pero este no soltaba ni un quejido de dolor.

-Pobre de ti, es lamentable que tu padre ni tú quisieron seguir el camino de la mafia, por eso te pasan estas cosas Wilson -dijo el hombre con una mirada amenazante.

-Maten Lo -dijo dando una orden a sus hombres.

Uno de los hombres apreto su gatillo,pero una pistola se ubicó en su cráneo, era el policía White,ya todo estaba planeado para ellos, muchos policías entraron y esposaron a los hombres, el hombre que tenía una pistola en su cabeza la soltó rápidamente y lo esposaron.

Félix sonrió y lo esposaron y se lo llevaron, Wilson estaba golpeado y ensangrentado.

-¡Connor! Lleve a el señor Mension al hospital mas cercano -dijo el jefe de los policías.

El hombre se acercó y ayudo a Wilson a salir de allí, el hombre adolorido se adentro en la patrulla y lo llevaron a un hospital.

El hombre se acostó adolorido en la cama del hospital y una de las enfermedades le limpio las heridas y le dio pastillas para el dolor, el policía lo llevo al lugar para recoger su auto, el hombre entró en el auto y uno de los policías le entregó el portafolio lleno de dinero.

-Gracias -dijo.

-A la orden Mension, para eso estamos -dijo el policía.

El hombre sonrió y se adentro en su lujoso auto, se sentía aliviado y feliz de poder ver a su esposa y estar seguros, se concentró en el camino y aparcó el auto en su casa.

Al entrar, Carmen lo miro asustada, este le contó y la señora se asustó, pero se sintió aliviada de que todo estuviera resuelto, el hombre subió las escaleras y se adentro en su despacho, tomo su teléfono y llamó a su esposa, esta se encontraba asustada y aliviada, no le contó con detalles lo sucedido no quería asustarla, la joven se despidió y estaba feliz de volver, el millonario sonrió y llamó a su padre, le contó todo lo sucedido y le encargó que le contara a su madre que ya todo estaba bien, bajo y se puso una bolsa de hielo en el estómago, como le indicó la enfermera así aliviar el dolor, Carmen le trajo una pastilla y este se la tomó.

Pasaron unas horas y el hombre se acosto cansado, se arropó con el edredón rojo y soltó una ardiente sonrisa, al pensar que ya mañana podría despertar alado de su cálida esposa y cayó en los brazos de Morfeo.

Hasta el próximo Capítulo.

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