XXVIII

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Salió corriendo del lugar sin decir una palabra, mientras a los lejos se escuchaban los gritos de Harry, no le dio importancia, se sentía ridículo. Las lágrimas no dejaban de salir y cada vez se encontraba sollozando más alto.

Llegó a la casa y subió las escaleras hasta llegar a su habitación, donde cerró la puerta con seguro y se lanzó a su cama comenzando a llorar tapando su rostro con una almohada.

~ Louis, tranquilo, seguramente no lo hizo a conciencia... ~

- No estoy de humor para soportarte, cállate. - Murmuró entrecortado.

~ Harry te quiere mucho, tal vez la zorra esa lo obligó. ~

- Era muy linda. No veo porqué tendría que obligarlo. Seguramente ya se cansó de mi...

~ Dejaré mis palabras de ayuda y solo te diré esto. ¿En serio te quedarás aquí llorando como un niñito débil? Quiero que te levantes de la cama, olvides que todo esto pasó, y sal a ser ese hijo de puta que todos solían conocer. ~

- Pero, Harry...

~ Ya es suficiente, ¿no? Has pasado casi toda tu vida sufriendo, y sinceramente yo ya me cansé, Louis. Por lo tanto tú también. Sácate esa falda que llevas, ponte unos jeans y una camisa negra y vuelve a ser el Louis que eras antes de Harry. Y antes de que digas algo, soy tu puta conciencia así que hazme caso.

- De acuerdo... - Quitó la almohada de su rostro y limpió sus lágrimas. Se sentó al borde de la cama y suspiró. Se levantó y caminó a su closet del cual saco unos jeans, una camisa oscura y unos bóxers, se desvistió completamente para después ponerse la ropa elegida junto a unas vans negras por completo. Se miró en el espejo y soltó un largo suspiró.

- Ahora sal y sé ese hijo de puta que solían conocer...

Imbécil, imbécil, imbécil. Era un gran imbécil. Su mente seguía regañándolo por haberse dejado llevar por la puta de Miranda.
Entró a la casa y cuando estaba a punto de entrar Louis ya iba de salida. Ni si quiera le dio importancia a su ropa.

- Louis, bebé, perdóname por favor. No era mi intención... - Louis lo interrumpió antes de que terminara.

- Cállate. No quiero tus estúpidas escusas. Ahora muévete que voy a salir, imbécil. - Dijo. Su tono era serio y seco, y la expresión en su rostro no mostraba emoción alguna.

- Amor, por favor, déjame explicarte. - Tomó su mano y el castaño la apartó bruscamente para después empujarlo y salir de ahí. - Louis.

- ¡No quiero hablar contigo, joder! - Exclamó dirigiéndose a su auto. Entró a este y sin decir más comenzó a conducir al bar más cercano. ¿Hace cuánto que no iba a uno?
Harry comenzó a preocuparse por su actitud. Rápidamente fue a su habitación para quitarse su estúpido traje de trabajo y ponerse algo más cómodo. Hecho eso salió de la casa y fue al primer lugar al cual pensó que iría.




18 y con niñeroWhere stories live. Discover now