Un llanto sonoro salió de su garganta mientras con ambas manos intentaba ocular el rostro, los fuertes brazos de su esposa le rodearon y ella buscó aquel confortable lugar donde siempre le gustaba esconder su cabeza, entre el hombro y la mandíbula de Lauren.

- Mi amor... Por favor... Ya verás que volveré antes de lo que esperas... Yo... Estaré contigo, con nuestro hijo, con vosotros, y nada saldrá mal... Nada saldrá mal.

La respiración la tenía tan agitada que en un par de segundos pensó que había olvidado cómo se respiraba normalmente. El perfume de su esposa era como una punzada directa en su corazón, y los brazos que la rodeaban eran todo lo que ella podía reconocer como un hogar.

- ¿Por qué aceptaste? – Dijo en voz baja.

- ¿Qué?

El abrazo se deshizo tan rápido que su rostro pudo ver con claridad cómo la confusión se apoderaba de su esposa.

- ¡¿Por qué aceptaste?!... Podías haberte negado... Hubieras dicho que tenías una esposa embarazada, que tenemos planes...

- Camila, soy parte de la U.S. Army, si me llaman a combate...

Los puños de la arquitecta comenzaron a golpear levemente los hombros y el pecho de Lauren, con una fuerza casi inexistente, pero era tal su desespero que su mente no podía distinguir qué era lo que realmente estaba haciendo. La soldado con cuidado tomó ambas muñecas para hacer que la acción se detuviera. El llanto sonoro volvió y su esposa volvió a crear un fuerte abrazo.

- ¿Y si no vuelves? ¿Y si pasa algo?

Lauren dejó un leve espacio para que ambas pudieran verse directamente, a Camila casi se le cayó el corazón al piso entendiendo que pasaría un largo tiempo en que no podría ver directamente aquellos ojos que tanto amaba.

- ¡Suéltame y contéstame Lauren! - Gritó.

La respiración se le cortó luego de percatarse que le había gritado a la mujer que amaba, sin embargo Lauren simplemente pestañeó pesadamente.

- Te prometo que todo estará bien.

- ¡No puedes prometerlo!... No sabes lo que pueda pasarte allá, por Dios Lauren, ni siquiera voy a saber dónde estás.

- Siempre ha sido así, lo sabes...

- Pero ahora es distinto.

El silencio reinó por varios segundos mientras ella intentaba limpiar todas sus lágrimas, seguramente tendría el maquillaje corrido. Lauren se quedó con los pies fijos en el mismo lugar sin mover un solo músculo.

- No me quiero ir y que estés peleada conmigo...

- Eres mi esposa Lauren, ¿O ya lo olvidaste? ¿Qué con eso de que somos un matrimonio? Deberíamos decidir las cosas juntas.

- ¿Crees que no lo sé?... Camila me conoces desde antes que fuera parte del ejército, siempre apoyaste mi sueño de ir a la U.S. Army, siempre apoyaste todos mis sueños...

- ¿Y tener un hijo conmigo no era uno de tus sueños?

Lauren entreabrió la boca para luego fruncir el ceño mientras apretaba los puños de sus manos.

- ¿De qué va eso? ¿Crees que es fácil para mí irme y que estés embarazada?

- ¡Aun así te vas!

- No me voy queriendo, me voy porque es mi deber.

- ¿Y yo no puedo opinar? ¿No me vas a pedir mi opinión?

- No lo entenderías...

- ¡No vuelvas nunca a decir que no lo entendería!

- Camila...

- ¡¿Quieres que nuestro hijo tenga sólo una madre?!

...

La pelea había terminado cuando ambas sintieron el ruido del coche de los padres de Lauren. Camila había corrido al baño para evitar ver a sus suegros en el modo en que se encontraba. Cuando Clara y Michael entraron a la casa Lauren pudo percibir cómo sus padres tenían un sombrío semblante. Su padre le abrazó fuertemente mientras le susurraba que todo estaría bien. Cerró los parpados fuertemente aferrándose a aquellas palabras.

- ¿Está todo listo? – Dijo finalmente Clara.

Lauren le regaló una nostálgica sonrisa a su madre, la cual inclinó la cabeza un poco. Los ojos de su madre buscaron por el lugar a Camila, la cual seguía encerrada en el baño de la primera planta.

- Iré a por Camila... Ésos son mis bolsos papá.

Sus pies se dirigieron al baño donde Camila estaba detrás de la puerta. Con los nudillos de forma leve y despacio llamó dos veces... Su esposa no respondió ni abrió la puerta. Volvió a llamar dos veces, sin respuesta nuevamente.

- Camila, debemos irnos ya.

La puerta se abrió rápidamente dejando ver a una Camila que había limpiado su maquillaje de forma fallida. Tenía los ojos rojos y aún no podía regular su respiración.

- No iré con vosotros al aeropuerto.

Sus ojos esmeraldas perdieron el horizonte y apartó la mirada de aquellos marrones. Dolía tanto que en el pecho sentía una gran presión.

...

Camila abrazó con la mayor fuerza que le permitía el que ella estuviera con un vientre de 5 meses, Lauren acariciaba sus cabellos y a lo lejos se oían numerosas voces que llamaban a embarcar diferentes vuelos.

- No me podía ir sin despedirme de ti y de nuestro bebé. – Murmuró Lauren.

La arquitecta deshizo el abrazo para observar cómo Lauren se hincaba apoyando las rodillas en el suelo. Ambas manos de su esposa rodearon el vientre abultado haciendo que una gran sonrisa se dibujara en su rostro.

- Ey cariño, ¿Cuidarás de mamá Camila, cierto? Volveré más pronto de lo que te imaginas... No pienses que no estaré ahí para ti, porque siempre lo estaré... Te amo hijo. – Susurró Lauren cerca del vientre para luego dejar un par de besos en el lugar.

A las espaldas de Lauren y a un poco de distancia Cameron saludaba con entusiasmo, el alto pelinegro llevaba el mismo uniforme que Lauren y ya estaba por detrás de la puerta de embargue.

- He llegado justo a tiempo. – Suspiró Camila.

- Pensé que realmente te quedarías en casa.

- Yo...

- Déjalo cariño... Te amo. – Dijo Lauren mirando a sus ojos y sonriendo.

- Te amo... Por favor, vuelve pronto.

- Volveré pronto.

El sabor de los labios de su esposa en aquel beso el que intentó extender lo que más pudo fue lo último que obtuvo de Lauren una vez que ésta se dirigió hasta cruzar la puerta de embargue. Deseó que el tiempo pasara rápido y que Lauren volviera a su lado, pronto y sin ningún problema para seguir sus vidas juntas con el pequeño que tendrían.

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Gracias a todos por seguir la historia! Y en especial por comentar :) 

Amor inmarcesible. (CAMREN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora