Capítulo 7 Matrimonio arreglado

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Brandon es el primero en darse cuenta del ajetreo fuera del edificio, los manifestantes lanzan rocas a las ventanas de los primeros pisos rompiendo los vidrios, otros arrojan huevos contra las paredes y los más furiosos tratan de entrar por la fuerza siendo contenidos por un gran número de guardias.

Exigen la muerte del demonio Clarisa por su propia mano ya que no confían en sus guardianes, los Superiores. Brandon llega al lugar buscando calmarlos pero no lo escuchan, las rocas consiguen entrar cerca de él y rápidamente es protegido por algunos de sus hombres.

Harto de la situación va hacia la cabina donde emiten los avisos hacia los trabajadores y que afortunadamente cubre las afueras del complejo. Pide prestado el micrófono del locutor y habla a través de éste.

—Les pido calma por favor, no hay motivos para su enojo, la chica es inofensiva en este lugar, se los aseguramos— termina el comunicado pero aún siguen los desmanes —está bien, les pido una cosa, ¿Puede su representante acudir a una asamblea frente a los Superiores y su servidor para exponernos sus peticiones? Les aseguramos llegar a un acuerdo, no hay necesidad de recurrir a la violencia por favor.

Ve como poco a poco sus acciones vandálicas cesan, parecen hablar entre sí poniéndose de acuerdo. Inmediatamente da instrucciones de dirigir a quien entre como el portavoz hacia el salón de las reuniones. Los pone por sorpresa cuando son convocados pero los Superiores y Helios llegan inmediatamente.

El salón tiene escritorios alineados en un rectángulo alrededor de la habitación y sillas al exterior de éstas, los cinco se sitúan en un extremo y el hombre nombrado como representante se sienta al otro, al centro de los cinco se encuentra Helios, a sus lados izquierda y derecha Horeb y Deneb y seguidos de ellos Osorio y Brandon.

—Estamos reunidos aquí para escuchar sus peticiones y con mucho gusto trataremos de encontrar una solución —quien dirige la reunión es Brandon.

—Si...bueno— duda un poco, el hombre de unos 40 años por supuesto se siente nervioso frente a Helios quien permanece en silencio y sin moverse —vengo aquí para pedirles en nombre de mis compañeros que den muerte a ese demonio llamado Clarisa, no nos parece correcto que siga con vida.

—Y ¿Qué razones tiene para pedir tal cosa?

—Porque supimos de la muerte de uno de los Superiores y que fue ella quien lo mató, si un ser como él fue víctima del demonio ¿Qué nos espera a simples mortales como nosotros?

Los Superiores se ven entre sí y luego a Helios, claramente lo culpan con la mirada.

—Está mal informado, el Superior Elías no murió asesinado, fue de causas naturales, Clarisa no es culpable de nada.

— ¿Piensan que les vamos a creer? Perdónenme pero es mucha coincidencia que muriera con pocos días de vivir aquí junto a ella— se muestra insistente y seguro —no nos podrán engañar más, exigimos la vida de ese monstruo ahora mismo o no descansaremos hasta tirar este edificio— reclama enfadado.

—Cálmese por favor— toma la palabra Helios, con su voz serena y segura —podemos llegar a un acuerdo.

El hombre se transforma mágicamente y escucha con paciencia al igual que los demás presentes.

—Entiendo su preocupación y su inseguridad al tener a Clarisa tan cerca— continua hablando —pero ella es inofensiva, trata de llevar una vida tranquila y sin intensión de lastimar a nadie, le aseguro, ella es como usted y todas las personas, solo busca ser feliz.

—Bueno tal vez tiene razón, una segunda oportunidad no se le niega a nadie, seremos capaces de dejarla vivir en paz y que pueda tener una vida feliz como lo desea a cambio que nos deje en tranquilos— es sorprendente como cambia de opinión rápidamente y Brandon cree que el Dios lo hipnotizó de alguna forma.

El pecado de DiosWhere stories live. Discover now