Capítulo 31

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—Esta mañana, el alcalde André Burgeois anuncio la llegada de nuevos elementos para la policía de París—Nadja Chamack sentía que estaba mudando su carrera a un sector más serio, lo cual ciertamente le agradaba—. Esta medida fue propuesta por las empresas de seguridad Moreau, en conjunto con el alcalde de la ciudad. Se espera que la necesidad de la intervención de Ladybug y Chat Noir disminuya considerablemente.

Antes de que la nota continuara, Tom Dupain apago la televisión. Marinette se había quedado detrás de ellos en la puerta de la cocina donde sus padres había estado escuchando las noticias. La joven francesa-china suspiro tratando de recuperar el buen humor con el que se había levantado esa mañana. Tenía buenas razones para ser feliz, pero también tenía buenas razones para no serlo.

—Lo siento cariño—empezó a hablar Sabine.

—Sabemos lo mucho que admiras a Ladybug—completo Tom.

Marinette tuvo que reprimir una sonrisa de ironía. Ella era Ladybug, lo que justificaba aún más que estuviera tan decaída por las recientes medidas tomadas en contra de la heroína. Sin embargo, sus padres no sabían eso así que simplemente agradeció la comprensión y abandono su casa con destino a la escuela. El camino no era nada extraño, más bien se parecía a cualquier día, con la diferencia de que Marinette tenía extremo cuidado de no hacer alguna torpeza que le costará abrir su herida.

Se sentía bastante perdida y estaba segura de que necesitaba hablar con Chat Noir pronto para evitar cualquier mal entendido. Aunque eso le causara mucho miedo. Apenas entrar en el salón de clases, Adrien la saludo efusivamente y no tardo en jalarla a su asiento y sentarse a su lado. Marinette se sentía extraña hasta que Alya y Nino le explicaron sobre el cambio de asientos que habían acordado, aunque no le había dicho nada a la profesora.

En ese momento, entro al salón la misma Chloe Burgeois, quien los observo llena de enojo. Los rumores sobre la nueva novia de Adrien Agreste la habían perseguido desde la noche anterior. Estaba claro que no se habían equivocado. Se acercó a la primera mesa y golpeo la superficie con fuerza.

— ¿Es una broma?—pregunto la chica con claro enojo.

— ¿Qué cosa?—contesto Adrien con cierta inocencia y picardía en su voz.

— ¿Que la estúpida panadera es tu novia?—el tono ofensivo de Chloe era muy claro, pero a través de los años Adrien había aprendido a tomarse aquello con extraordinario humor.

—Creo que Marinette es una chica genial y que será una genial novia—dijo Adrien abrazando a Marinette.

La chica francesa-china estaba paralizada. Si bien se encontraba totalmente extasiada por su nueva relación, la reacción de Adrien se le hizo totalmente rara. Y no era la única, de hecho el mismo Adrien no sabía que lo habían picado a decir aquello. Simplemente se estaba comportando como un buen novio (al menos su propio concepto de buen novio). También porque adoraba hacer enojar a su amiga de la infancia, aunque era un placer que no siempre se permitía ver. Chloe bufo en respuesta y salió dando la vuelta por la puerta mientras sacaba su celular. Su mejor amiga tomo su bolsa y la puso en su lugar sin pensar demasiado en lo que la chica haría. En cierta parte, sabía que regresaría antes de que la clase comenzara y por cómo había salido corriendo, Sabrina no quería enfrentarse a la tormenta que Chloe era en ese momento.

Pero, la rubia hija del alcalde no era la única estupefacta por la noticia. Todos los demás no perdieron tiempo para felicitar a la nueva pareja. Comentarios acerca de lo mucho que se habían tardado y de cómo se veían adorables juntos inundaron el lugar. Lo suficiente para que nadie se percatara de la ausencia de un artista pelirrojo que sentía su corazón partirse el mil pedazos al escuchar la buena nueva.

— ¿No puedes hacer nada?—pregunto Nathaniel al ver a Chloe colgar su teléfono—eres la chica "todo se soluciona con el dinero del alcalde".

Chloe se sentó en un escalón de las escaleras. Cerró su celular y suspiro. En ese momento giro la cabeza para lograr ver a Nathaniel al rostro. Su mirada era totalmente neutra.

—Si pudiera hacer algo, ya estaría hecho—contesto moviendo su celular en el aire.

—Parece que nos tenemos que rendir—dijo Nathaniel sentándose al lado de la joven.

Chloe no dijo nada. Sinceramente, no es el tipo de chica que se rinde con facilidad. Pero también estaba un poco cansada de Adrien y de que sus esfuerzos por gustarle como más que una amiga fueran en vano. Aún no habían tomado una decisión, pero parecía decida a olvidarse un tiempo del modelo y pensar en otra cosa. Nathaniel, por su parte, estaba aún más afectado por eso y su autoestima había disminuido de forma considerable. Y es que no dejaba de pensar ¿cómo podría él, que no era más que un flacucho pseudodepresivo artista competir contra el siempre amable y cool modelo que era Adrien Agreste?

—Creo que será mejor regresar al salón de clases—dijo Chloe mientras de reojo miraba a la profesora acercarse al salón.

—Creo que me quedare otro rato—contesto Nathaniel sin ánimos.

Probablemente no entraría a clases y pasaría la mañana en alguna otra parte. En verdad que se sentía mal.

— ¡Dios!—escucho el pelirrojo que nombraba la rubia—parece que estas por saltar desde un puente hasta el Sena. Oye, si saltas ¿me traes el anillo que se me cayó hace un año?

Nathaniel no supo decir si aquello fue una broma o iba enserio. Pero, por la tenue sonrisa de superioridad que tenía, que de hecho era la única sonrisa que le había visto poner (si quitaba las que compartieron durante la subasta silenciosa), supuso era una mala broma. Asintió con desgano y entonces Chloe agrego:

—Te apetece ir por un helado. La vainilla siempre hace milagros por un corazón roto.

Nathaniel sonrió y asintió mientras se escabullía fuera de la escuela con la rubia y su egocentrismo. Aunque en ese momento era lo que ambos necesitaban. Aunque la profesora no tardó en notar la ausencia de ambos chicos, prefirió no ponerle atención y prosiguió con su clase como normalmente haría.

Los chicos revisaban un texto en sus tabletas cuando el lápiz electrónico de Marinette rodó hasta el lado de Adrien. El chico lo tomo al mismo tiempo que Marinette. Ella no pudo evitar ponerse roja aunque tomó el lápiz de la mano de Adrien con rapidez y regreso a su trabajo.

Adrien se sentía mal por hacer esa comparación, pero no podía evitarla. Ladybug nunca se comportaría así con su novio, al menos eso es lo que a él le gustaba creer. Ella era independiente, fuerte, maravillosa y sin duda muy valiente. No podía evitar seguir pensando en Ladybug y aunque sabía que era egoísta lo que estaba haciendo, también sabía que era lo mejor para todos. Marinette era la única chica de su vida a la que le daría su corazón. Claro, si este no le perteneciese ya a Ladybug. Aunque, con el tiempo, seguramente lo tendría.

Regreso su atención a la clase y al texto que estaban revisando.

En el hospital de la ciudad, una joven se levantaba por fin después de estar totalmente inconsciente por cuatro días enteros. Su acompañante en el cuarto la observo con cierta amargura en su voz. La chica estuvo a punto de preguntar algo, hasta que una voz en su cabeza hablo.

—Cálmate, estamos en el hospital—dijo la voz.

— ¿Porque estas en mi cabeza?—pensó la chica.

—No lo sé, pero he estado en tu cabeza desde que llegamos aquí—contesto la voz, que al parecer era el chico—. ¿En verdad estuviste en su guarida?

—Sí, aunque no sé dónde está—contesto la chica en su cabeza.

—Tenemos que salir de aquí para contárselo a Ladybug—dijo el chico levantándose de su camilla y acercándose a la puerta. Para su desgracia, estaban custodiados por un par de policías—. Aunque no tengo idea de cómo.

Y ambos chicos suspiraron.

Días Lluviosos ||Miraculous Ladybug|| #ChangerMLBFandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora