Capítulo 18

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Chat metió su bastón debajo de un estante, esperando despejar el camino para llegar a la chica del otro lado. Marinette por su parte, trataba de no gritar. En un principio la bola de fuego que paso a su lado parecio no hacerle daño. Ahora, el ardor que se extendia por su pierna a través de su desgarrado pantalón era demasiado para ella. El calor del fuego le estaba pasando la factura. ¡Demonios! ¡Como dolia!

—¿Estás bien Marinette?—pregunto Tikki muy asustada. La mueca que hizo su portadora no la ayudo ni un poco.

—Eso no importa—dijo Marinette con dolor—. Tengo que salir de aquí y ayudar a Chat.

—Pero...—empezó Tikki.

El movimiento del escombro regreso a Tikki a su lugar dentro de la bolsa de la chica. Aunque el kwami no quería regresar a la bolsa y dejar a su dueña a su suerte, aún tenía un secreto milenario que proteger. Suspiro dentro de la bolsa, mientras se agarraba con fuerza al interior.

Chat se acercó al rostro de la chica. Se sentía muy mal por haber permitido que se lastimara. Una cortada superficial cruzaba su rostro, y aunque tenía pequeñas gotas de sangre ya seca en la frente y la cara con una tonalidad negra por la basura del aire, Chat no pudo evitar encontrarla tierna e incluso un poco más linda.

— ¿Puedes levantarte?—pregunto Chat con delicadeza.

Marinette alzó el rostro un poco temblorosa. El dolor era demasiado para ella y estaba segura que le crecería una ampolla en alguna parte de la pierna. Negó con la cabeza, y con las lágrimas surcándole los ojos dirigió su mirada hacia la herida de su pierna. Algunos delgados vasos capilares habían reventado y sobre lo que pronto se convertirían en un mar de pequeñas protuberancias llenas de líquido.

Chat retuvo una mueca. No se perdonaría si Marinette resultaba muy herida o le pasaba algo peor. Necesitaba sacarla de ahí en ese preciso momento. Paso su brazo por su espalda, y mientras Marinette abrazaba su cuello el chico tomo con delicadeza sus piernas por debajo de las rodillas, esperando no hacerle daño. Cuando al fin la tuvo bien agarra se levantó. Adrien podía ser muy fuerte, pero siendo Chat su fuerza se multiplicaba por mucho. No le costó nada cargarla.

—Agárrate fuerte—le pidió.

Instintivamente, Marinette se aferró al cuello del héroe y se pegó a él tanto como pudo. No quería admitirlo, pero estaba asustada. Ningún akuma había causado tanto daño a la ciudad, ni lastimado a la gente alguna vez. Por su mente pasaban todas las personas que estaban en su misma situación. ¿Iría alguien a ayudarlas como Chat lo hizo con ella?

Tantos eran sus pensamientos, que no sintió cuando Chat Noir se escabullo por los escombros de la tienda y comenzó a saltar por los edificios, tratando de alejarse lo más posible de donde Chaud aun hacia destrozos. No tenía idea que porque alguien akumatizaría a una persona para darle el poder del fuego. Solo Hawkmoth estaría tan loco como para hacer algo como eso.

Marinette pudo sentir la brisa de la carrera después de un rato. Despego sus ojos del traje del gatuno héroe y suspiro. Estaban alejándose del peligro. Mientras su cuerpo regresaba a su estado natural y pacífico, poco a poco comenzaba a darse cuenta de la situación. El momento en que su cerebro hizo click se removió en su lugar haciendo a Chat perder el equilibrio.

—Bájame aquí—pidió entre un inesperado berrinche.

Chat apenas y logro mantener el equilibrio hasta caer en una calle ya desierta. Algo raro, si no fuera por la lluvia y el ataque del akuma. Le alegraba que la gente se hubiera refugiado. Solo le quedaba llevar a Marinette a su casa, para regresar y enfrentar ese akuma. Él era un héroe, no debería de tenerle miedo a un akuma que podía quemarlo vivo, claro que no...

Días Lluviosos ||Miraculous Ladybug|| #ChangerMLBFandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora