Capítulo 40

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El café estaba muy caliente. Chloe tenía la sensación de que el dependiente la había calentado de más solo para molestarla, pero no estaba de humor como para discutir. Tenía apenas unos veinte minutos antes de tener que ir donde Shuna y Gustav por los disfraces de los héroes. Pero Sabrina no se apresuraba en llegar. Chloe reviso su celular una vez más solo para darse cuenta que tenía un mensaje sin leer. Estaba por abrir su bandeja de entrada cuando de reojo vio pasar a dos figuras algo conocidas para ella.

—Necesitamos más periódicos, de más atrás en el tiempo —dijo Alya mientras ambos se sentaban en una mesa del café un poco alejados de la joven rubia.

— ¿Estas segura de que encontraremos información ahí? —pregunto Nino algo desconfiado mientras observaba sin interés el menú del café.

—Claro que sí, debe de haber algún nombre o dirección que no conocemos —contesto Alya.

— ¿Que van a querer que les traiga? —dijo la mesera con fastidio.

—Un té helado y para mi compañera un agua mineral —contesto Nino por ambos. La mesera chasqueo la lengua antes de irse por donde vino—. Tal vez si sea buen momento para parar de investigar.

—Tú me pediste que lo hiciera —reclamo Alya algo enojada —y no voy a parar hasta encontrar la verdad.

Chloe estaba muy atenta a la plática de ambos morenos. Estaba totalmente segura de que algo muy malo saldría si ellos seguían investigando. Tenía la sensación de que ella también saldría mal parada si ellos encontraban algo. Suspiro mientras se preguntaba si aquella persona a la que llamo estaría tomando ya cartas en el asunto. No podía quedarse de brazos cruzados así que estuvo por levantarse a encararlos cuando su mejor amiga se sentó agitada frente a ella. Chloe le hizo una seña para que se quedara callada y escuchara lo que Alya y Nino platicaban.

—Vale, vale. Tengo una vecina que esta media loca. Colecciona periódicos. Tal vez podríamos conseguir algo de ella —comentó Nino tratando de calmar a Alya.

La mesera regreso con el té de Nino y el agua mineral. Alya no toco la botella de agua pues estaba pensando en muchas otras cosas. Para la aspirante a periodista aquello ya no era una simple investigación para pasar el tiempo. Chloe la había retado con aquel comentario mal intencionado. Si Chloe, que ni tenía nada de instinto investigativo descubrir uno de sus más escondidos secretos, ella podía sacar a relucir todo el misterio de la muerte de la señora Agreste. Sabía que su investigación no estaba bien fundamentada, era muy posible que Nino se hubiera confundido pero había decido confiar en él.

—Termínate ese té y vamos a tu casa —Alya no lo dijo con mala intención pero el rostro de Nino se puso totalmente rojo.

Nino comenzó a beber tratando de esconder su sonrojo mientras Alya sacaba su parte del pago por el agua mineral. Su cabeza daba vueltas a todo mientras intentaba concentrarse en ese momento. Sentía que su vida era un completo desastre, estaba pensando en cosas por las que tenía años de no preocuparse. Chloe los observaba por medio del reflejo de su celular. Sabrina ni siquiera entendía pero sabía que Chloe estaba preocupada y que necesitaría ayuda para sus siguientes planes.

Lo siguiente pasó muy rápido. Alya dejó el pago tanto del té como del agua mineral en la mesa al tiempo de Nino lo dejaba. La morena tomo la mano del aspirante a DJ y lo jalo hacia una calle cercana por donde se acercaba un autobús. El celular de Chloe sonó y la chica noto que era precisamente una persona con la que tenía muchas ansias de hablar. Hizo una señal a su mejor amiga para que los siguiera mientras la rubia respondía y tomaba sus cosas. Sabrina tropezó con la enojada mesera que se quejaba de que no dejaran propina. Cuando la joven pelirroja pudo observar el autobús solo vio el momento en que ambos chicos subían al mismo. Sabrina regreso dónde se encontraba su mejor amiga y con una señal le indico su fracaso. Chloe bufo.

— ¡Chloe! ¡Chloe! ¿Estás ahí? —pregunto la voz que le llamaba por el auricular del teléfono.

—Si, aquí estoy, Nathaniel —contesto suspirando — ¿qué querías decirme?

—Es sobre lo que paso el otro día en tu casa —dijo Nathaniel, el recuerdo había atormentado a su corazón de una manera horrible desde entonces—. Sé que me comporte horrible y necesitó hablar contigo. Nunca hemos sido muy amigos pero, creo que me agradas.

Chloe quiso reír con aquel tono de superioridad tan suyo, pero debía admitir que ella también había pensado mucho en eso desde ese día. Habían muchas cosas que necesitaba decir y tenía que admitir que su corazón había sucumbido ante la tranquilidad que brindaba la presencia de Nathaniel. Solo se había sentido así con otra persona en su vida, y esa fue Sabrina.

—Yo también tengo muchas cosas que decirte. Sobre eso y algo más —contesto Chloe.

—Nos vemos mañana en tu hotel —sugirió Nathaniel.

—No, que sea mejor en el hospital general de París. Tengo algunas cosas que hacer ahí —pidió Chloe recordando el plan que tenía para con Ladybug y Chat Noir.

—Está bien, te veré ahí —y con esas palabras Nathaniel colgó la llamada.

Por un segundo Chloe se quedó observando su celular. En verdad ¿estaba lista para hacer eso? No lo sabía con total certeza pero esperaba no equivocarse. Giro a ver a su mejor amiga quien ya le estaba ayudando con las bolsas de compras de ese día. Sabrina se veía muy asustada y Chloe se sintió culpable por un segundo.

—Lo siento, Chloe. En verdad trate de alcanzarlos pero cuando en di cuenta ya se habían ido —dijo Sabrina con voz temblorosa.

—Olvídalo. Ya se los advertí — Chloe estaba muy enojada con Alya y Nino, pero decidió que era su problema si los mataban por meterse donde no les incumbía—. Vamos con los Pauls.

Sabrina camino detrás de su mejor amiga hacia la casa de aquellos diseñadores emergentes. Estaba por empezar a llover así que debían darse prisa. Mientras tanto en el autobús al que Nino y Alya habían subido se llevaba a cabo una extraña conversación. Nino ni siquiera había tenido tiempo de decir algo cuando se encontró de repente sentado en aquel autobús. Alya respiraba agitadamente igual de él y por un abrió la botella de agua mineral que casi no tuvo tiempo de agarrar. Nino recupero un poco el aliento antes de comenzar a hablar.

— ¿Qué demonios fue eso? —preguntó enojado y alarmado.

—Era Chloe, nos estaba espiando —contesto Alya cuando dejó la botella de agua a un lado.

— ¿Eso que importa? —reclamo Nino —ella cree que la señora Agreste está muerta.

—Ella sabe algo —dijo Alya—. Estoy segura. Ahora vamos a la casa de tu vecina por los periódicos.

Nino suspiro antes de comenzar a guiar a la chica hacia su casa. Casi media hora después se encontraban compartiendo el té con aquella vecina loca espetando porque les prestara alguno de sus viejos periódicos. Los encontraron todos en un pequeño montículo con el año en que salieron dentro de una habitación repleta de ellos. Ambos chicos pusieron manos a la obra tratando de buscar nombres o direcciones en los artículos que hablaban sobre la muerte de la señora Agreste.

Para cuando dieron las diez de las noche y ambos debían irse tenían una larga lista de nombres de personas involucradas. Desde los más notorios y obvios como Chloe Burgeois, Gabriel Agreste, Julien Moreau y alguien llamado Olesya Agreste que sonaba muy conocido hasta nombres que ellos desconocían totalmente como Melissa Hankel, Shunaxhi Cabrera, Gustav Pauls, Oliver Roux y Alexander Gedeón. Ahora si tenían mucha investigación por delante. Esto sí que era un buen comienzo.

Días Lluviosos ||Miraculous Ladybug|| #ChangerMLBFandomDonde viven las historias. Descúbrelo ahora