Dani, el demonio

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Sam rompió su camiseta y me vendó el brazo con el trozo que arrancó para taparme el mordisco. Me sentía bastante mal, como si toda mi fuerza se hubiera ido al momento. Cuando le miré a los ojos, me di cuenta de que me miraba preocupado, y me fijé que estaba mirando a mi pelo y cuando lo cogí, vi que estaba volviéndose blanco otra vez. Pasaba lo mismo que la otra vez, aunque ahora tenía menos tiempo.

-Debí haber llegado antes, lo siento mucho.

-Está bien, ahora ya estás aquí, solo esperaba que tú estuvieras bien.-Sonriendo débilmente.-Mi hermano va a venir para arreglar un acuerdo.

-¿Un acuerdo?-Confuso.

-He pedido permiso antes de venir, y a mi hermano le parece bien mi idea de unirme a tu manada.

-¿Entonces lo dices en serio?

-Por supuesto, te quiero Sam y quiero unirme contigo.

De repente me sorprendí cuando me besó repentinamente, pero estaba muy contenta de que finalmente estaría al lado de mi verdadero compañero, tal vez no por mucho tiempo, pero igualmente estaba muy feliz. Cuando se separó de mí, me abrazó fuertemente, sabía que estaba triste por todo esto, ojalá todo no hubiera acabado de esta manera. Estaba siendo muy egoísta con Sam, tampoco quería obligarlo a estar conmigo si ambos sabíamos que no me quedaba mucho tiempo. Pero seguro que si le decía algo, simplemente lo ignoraría. En aquel momento sentí un olor extraño y cuando me separé de Sam, vi que aparecieron las dos.

-No vas a morir, no dejaremos que eso ocurra.

-¿Podéis ayudarme?-Muy sorprendida.

-Si lo matamos, el trato se anulará al momento y podrás ser libre.

-¿Matarlo?-Bajé la cabeza algo deprimida.-¿Matar a Daniel? Odio que me haya mentido, pero no quiero que muera, después de todo.

-La verdad es que...es mi culpa que se haya convertido así, debí hacer algo cuando tuve la oportunidad. No vamos a matar a Daniel, solo tenemos que deshacernos de quien lleva dentro.

Sam y yo nos miramos desconcertados, no entendíamos nada de lo que decían y eso nos sorprendió un poco. Pero aún así confiamos en ellas, solo teníamos que atraerlo de alguna manera y yo sabía muy bien como crear esa oportunidad.

[Flashback: hace veinte años...En un día muy lluvioso, Ana estaba paseando por la ciudad, cruzando el puente hacia el otro lado, y por su cara parecía muy enfadada.

-TSK...odio todo esto, ojalá nadie existiera.-De repente lanzó un hechizo contra uno de los coches, lo que hizo que girara derrapando en la carretera y provocó un enorme accidente.-¡No, qué he hecho!-La gente empezó llamar a ambulancias y los bomberos y ella se acerqué corriendo para intentar ayudar, pero la mayoría de ellos estaban muertos. Escuchó ruido en uno de los coches y fue corriendo para ver, cuando vio a un hombre de pelo negro, vestido de manera elegante al lado de ese coche. Abrió la puerta del conductor con fuerza y dentro había un chico pelirrojo de unos veinte años, tenía sangre por toda su cara y parecía que estaba vivo, pero gravemente herido.

-Umg...ayuda, por...favor...

-Tranquilo chico, vamos a hacer un pequeño trato, no morirás a cambio de que me dejes vivir en tu cuerpo. ¿Aceptas o no?-Sonriendo de una manera perturbadora pero confiada.

-Si claro, lo que se...pero sácame de aquí...

Estaba muy herido, y no estaba pensando con claridad y aceptó sin pensar, el hombre le cogió la mano y después desapareció. Los equipos de emergencia vinieron enseguida y sacaron al pelirrojo, llevándolo a una ambulancia deprisa. Ana lo siguió hasta el hospital y escuchó de los médicos, que había sido un milagro que estuviera vivo. Pero ella vio perfectamente como hizo un trato con un demonio. Después de eso, lo estuvo vigilando durante un tiempo, pero cuando lo veía estaba perfectamente así que se despreocupó y volvió a su mundo.

Lo que no sabía es que el chico empezó a cambiar, al principio seguía siendo como era, pero después empezó a cambiar a una personalidad más malvada, lo que le llevó a matar a sus padres para convertirse en un demonio de verdad. Aceptó el trato por su vida, y a cambio él podría seguir viviendo de alguna manera controlándole desde su interior. Tiempo más tarde, Ana lo conoció pero no se acordaba de quién era hasta que ya era demasiado tarde.]

El Pacto del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora