Nueva vida, lejos de la familia

1K 77 0
                                    

Cuando desperté, noté que ya no estaba a mi lado, no sentía su cuerpo al lado mía. Abrí los ojos, y me incorporé sentándome en el suelo, apoyando mi espalda contra la pared, cuando de repente mi barriga empezó a gruñir. Desde que salí de allí no he vuelto a comer, y estaba hambrienta. Pero entonces me di cuenta de que Sam ya no estaba, temía que se hubiera ido de nuevo sin mí, y si así fuera, no sabría lo que iba a hacer yo sola. Pero de pronto empecé a sentir su olor de nuevo, estaba acercándose a la cueva, me levanté y fui corriendo a la entrada, cuando lo vi viniendo hacia aquí en su forma de lobo. Y más me sorprendió cuando vi que traía en la boca a un ciervo muerto. Yo también me transformé y fui para ayudarle. Cuando llegamos hasta la cueva de nuevo dejamos al ciervo en el suelo, y él con las garras empezó a prepararlo. Pero había algo que no comprendía todavía. ¿Cómo había conseguido a un ciervo en medio de las montañas?

-Me has preocupado cuando no te vi.

-Lo siento, creí que quizá tendrías hambre y me daba pena despertarte, así que bajé hasta la ladera.

Cuando ya esta listo, hundí mis colmillos en la carne arrancándola, para después comérmela. Me ayudaba con las patas para poder coger la carne fácilmente. Sé que esto parece asqueroso, pero los lobos nos alimentamos a base de carne, yo todavía no sabía cazar, y tuve suerte de que Sam estuviera conmigo. Cuando lo miré, me fijé como su blanco pelaje se teñía de rojo con la sangre del animal, lo que le hacía verse peligroso y temible, como un auténtico depredador. Pero también había algo en nuestra alimentación de la que especialmente no me sentía muy orgullosa. Cuando acabamos casi completamente con el animal, lo dejamos a un lado y nosotros nos sentamos poniendo las patas hacia adelante y limpiándonos con ellas como podíamos.

-Sam...Tú alguna vez...¿comiste carne humana?

-Pues la verdad es que así, pero no quiero repetir. ¿Y tú?

-Cuando no hay suficiente comida, los cazadores y también mi hermano Nick, bajan al pueblo y...traen a alguien. Sabe diferente a la de un animal.

-¿Pero te gustó?-Curioso.

-Al principio si me gustó, pero cuando descubrí que me estaba comiendo a alguien, me dieron ganas de vomitar. Hay lobos que fueron exiliados de mi manada, por que se obsesionaron con la carne humano, decían que era mucho mejor que la de cualquier animal.

-Yo mientras pueda cazar a un animal, no tocaré a ninguna persona. No me gusta demasiado saber que estás matando a un hombre inocente. Ahora que ya estamos saciados, deberíamos empezar a movernos, la frontera está muy cerca y solo nos tomará unas horas de camino.

-Si, yo ya me siento mucho mejor.-Salimos de la cueva y nos pusimos en camino, subiendo más la montaña.-¿Mis hermanos todavía nos seguirán?

-No creo, no pueden seguir tu olor con todo este viento, seguramente ya se han rendido y deben de estar volviendo a la manada.

-No os que les odio, pero no quiero seguir esa tradición y estar encerrada toda mi vida. Además sería extraño que uno de mis hermanos sea mi prometido para toda la vida.

-Nunca dejaría que eso ocurriese, los hermanos son hermanos, y no tiene que haber compromisos de ese tipo de por medio. Es antinatural, no quiero pensar que les dirías a tus cachorros de que sois hermanos.

-Sería extraño, ¿Verdad?-Los dos nos reímos y seguimos con nuestro camino, alejándonos cada vez más de mi manada y también de mi familia. La única persona que siempre me protegió fue mi madre, y a la que más echaría de menos, solo esperaba que algún día pudiera verla de nuevo. Cuando cruzamos las montañas, solo había un manto de nieve en el final del camino. Pero nunca me dijo a donde iríamos.-¿A dónde nos dirigimos?

-Al otro lado de la tundra, podrás estar a salvo. Les será imposible cruzar y podrás ser libre como querías. Además te prometí que iríamos a muchos lugares, ¿o no?-Pero empecé a pensar en que nunca más lo vería y eso me ponía triste, me detuve, bajando la cabeza y mirando al suelo.-¿Qué te ocurre? Tenemos que seguir.

-Pero...¿ya no veré más a mi familia?-Mirando hacia atrás-

-Este es el verdadero precio que tienes que pagar, si ahora vuelves...estarás obligada a casarte, y seguro que el castigo será muy duro. Aquí está el camino, tú decides...¿Vienes conmigo o te vas con ellos?-Sentenció firmemente.

Estaba dudando, pero después de darle muchas vueltas a la cabeza, me decidí y seguí mi camino para adelante, al lado de Sam. Es un sacrificio que tengo que hacer y quiero cumplir mi sueño de ser libre, y solo él podía ayudarme a cumplir ese sueño. Seguimos para adelante sintiendo la nieve bajo mis patas, pero el calor de su cuerpo al lado del mío hacía que el frío se fuera. Me sentía muy protegida a su lado y gracias a él por fin empezaría a vivir. Rato después...escuché algo tras nosotros, me detuve y levanté las orejas, Sam también se quedó quieto y miró al frente. Pero yo escuchaba pasos y de alguien que venía corriendo, y me empecé a preocupar. De repente Sam se puso a mi lado y me empujó para adelante, comenzó a correr y yo le seguí de igual manera. Eran ellos, había conseguido encontrarme a pesar de todo lo que hicimos, no faltaba mucho para llegar, pero la mala suerte hizo que mis hermanos nos alcanzaran, dos de ellos tiraron a Sam al suelo y el que parecía Tobi se puso delante de mí, impidiéndome que diera un solo paso más. Sam logró levantarse pero con al fuerza de Nick y de Will juntas, le sería imposible contraatacar, quería ayudarlo pero no me dejaban moverme y cuando quise ir a por él, Tobi me tiró al suelo, poniéndome encima de mí para que no me moviera.




El Pacto del DemonioWhere stories live. Discover now