Persecución

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Me giré hacia Sam y por su expresión, él también lo había notado. Will era el que tenía el mejor olfato de la manada, solo era cuestión de tiempo que nos encontraran. Si volviera allí, seguro el castigo sería muy severo e incluso podía causar una confrontación entre mi manada y las de las nieves.

-Tres lobos se acercan aquí, y parece que no vienen con buenas intenciones.

-Son mis hermanos, tenemos que irnos.

-Salid por la puerta de atrás, seguid recto y entrad en el bosque, yo os daré tiempo.

-Gracias, venga vámonos.-De repente sentí como me cogió la mano y tiró de mí, salimos por la trastienda y corrimos todo lo que pudimos hacia el bosque. Cuando estábamos los suficientemente alejados del pueblo, nos transformamos en lobos para ir más rápido y desaparecer de allí.

-[Mientras tanto, mis hermanos...]

-¿Seguro qué es por aquí?

-Su olor está por aquí. Y el rastro se vuelve más fuerte.-Will, el hermano mayor, se puso delante olfateando el suelo y siguiendo el rastro de su hermana, mientras los otros dos solo lo seguían. La gente corría despavorida a esconderse en sus casas, al ver a aquellos enormes lobos por la calle. El rastro de Alice los llevó hasta delante de aquella tienda, se cambiaron a su forma humana y entraron dentro, solo encontrándose con un señor mayor sentado delante de un escritorio mientras escribía algo en un papel.

-Percibo otro olor, el de otro lobo.-Nick se dio cuenta de que alguien estaba con ella.-Si ese lobo está con ella, lo mataré.


-Bienvenidos, ¿Qué desean?-Sonriendo amablemente.

-¿Dónde está?-Los tres hermanos se pusieron delante del hombre, y por su forma de hablar estaban muy enfadados y alterados.

-¿Dónde está, quién?-El hombre se hizo el inocente, fingiendo no saber de que estaban hablando. Pero Tobi, el hermano mediano, fue el que se puso frente a él, ya que sabía perfectamente que estaba mintiendo.

-Es extraño que un humano no esté asustado al vernos, eso es porque ha estado hablando con alguno que es como nosotros. ¿Dónde está nuestra hermana?

-¿Hermana? Por aquí no ha aparecido ninguna mujer. Debéis de estar equivocados.-Nick se enfadó, y lo cogió por el cuello de la camisa levantándolo, y dejando sus pies colgando, sin que tocaran el suelo.

-No se haga el loco conmigo, viejo. Sé que ha estado aquí, ¿a dónde se fueron?

-Nick, el olor sigue por aquí.-Will no le había prestado demasiada atención al interrogatorio, y solo se dedicó a seguir el olor de su hermano, lo que le llevó hasta la trastienda, y cuando vio la puerta de atrás, supo que se había fugado de nuevo hacia el Norte.-Suéltalo, no estarán lejos.

Soltó al hombre y junto a sus dos hermanos, salieron corriendo de nuevo detrás de ellos, en su forma lobuna. Pero ellos ya les habían tomado ya mucha ventaja, Sam dejó varios zarpazos y huellas en diferentes lugares, para que les fuera mucho más difícil encontrarlos. Y así poder huir con un poco más de tranquilidad.

-Tenemos que alejarnos un poco más de aquí, resiste.

-Sam...-De repente un fuerte dolor apareció, como si me pinchara en la sien, caí al suelo y deshice mi forma de lobo. Puse las manos sobre mi cabeza intentando calmar el dolor, pero no se iba. Sam se puso a mi lado, intentando averiguar que es lo que me pasaba, cuando escuchamos una risa. Cuando levanté la vista vi a ese odioso pelirrojo apoyado sobre el tronco de un árbol, todavía con esa maldita sonrisa en el rostro.

-Creo que me he equivocado, será muchos menos de diez años.

-Haz que pare, por favor...-Pedí que este dolor se detuviera y con ayuda de Sam, conseguí levantarme del suelo, todavía con una mano sobre la cabeza, lo miré suplicando que el dolor parara.

-Quería saber como era tu alma, y realmente es deliciosa. Culpa mía. ¿Por qué no hacemos otro pequeño trato?

-¿Qué es lo que quieres?

-Una pequeña cosa, un beso. ¿O el lobo se va a poner celoso?-Me puse completamente roja, y me avergoncé mucho. Cuando vi que se acercaba a mí.

-¿No puede ser...otra cosa.?-Nerviosa.

-No tocaré tu alma, si me das un beso. Tengo curiosidad por saber como saben tus labios.

-Es que yo...bueno...-Me giré para ver a Sam, pero había desaparecido-¿Sam?

-Vaya, vaya...así que era verdad.-Hablando para él mismo-¿Sabes? Me has caído bien, y como soy buena persona...no hace falta que me des ese beso, no comeré tu alma. Me gusta hacer enfadar al perro. Llámame cuando busques otro trato conmigo.

Había desaparecido de nuevo delante de mi cara. Me extrañó un poco lo que le dijo, pero no le di importancia, ahora tenía que buscarlo. Seguí su rastro y empecé a buscarlo por el bosque, cuando de repente escuché una voz femenina.

-Mira hermanito a quién tenemos aquí.

-Ya veo hermanita, parece una cachorrita.

-¿Quiénes sois?¡Mostraros!

El Pacto del DemonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora