Baby Please Don't Go |Zerrie|

Capitulo Nueve

Perrie

-No puedo seguir haciendo esto, Ele- sorbo mi nariz mientras Eleanor acaricia mi espalda. Estamos en mi habitación luego de que yo hubiera acabado de vomitar los restos del almuerzo.

-No debiste faltar a la consulta, Perrie- me regaña con tono severo.

-Lo sé. Estaba herida y no pensaba en ese momento. La voy a volver a programar.

-Estas muy pálida y con bolsas para los ojos. Creo que tienes la presión baja. Eso no está bien. Debes ver al doctor.

Escondo mi cara en la almohada y gimo de dolor al sentir las punzadas dolorosas y constantes de nuevo.

Y eso sólo es el comienzo del infierno. Las náuseas y arcadas comienzan obligándome a correr al baño a pesar del dolor.

-Bebé sé bueno con mamá, por lo que más quieras- murmuro casi con dolor al solo tener arcadas y no poder vomitar.

Como si el o ella decidiera ser bueno o buena conmigo comienzo a vomitar por tercera vez en el día mientras Eleanor frota mi espalda y sujeta mi cabello.

-Debes ver a un doctor lo antes posible, Perrie. Eso ya no está bien- creo que es la segunda o tercera vez que Eleanor me habla con tanta dureza y seriedad.

-Lo haré- prometo antes de que el pánico llegue haciéndome recordar la época de mi vida donde solo lloraba y sentía dolor. Una época que se siente muy parecida a esta.

* * *

-Joder, Perrie; acaso tengo que mudarme contigo para que malditamente pueda confiar en que no harás ninguna idiotes? Que hubiera pasado si no iba a verte? Podrías haberte desangrado!

Miro a Eleanor quien sigue cruzada de brazos con mirada de desaprobación. La misma que tiene desde que me ingresaron hace dos horas por una infección urinaria y deshidratación. Esta mañana me levanté sintiéndome peor de lo que me he sentido en todo mi tiempo estando embarazada. En mi camino a la cocina sentí un calambre que fácilmente podría ser el peor cólico de mi vida multiplicado por mil haciendo que me doble y casi caiga al suelo. Luego eso dio lugar a una sensación de humedad en mis bragas que baje para solo comprobar que sangraba. Luego de eso me desmayé y ahí fue cuando Eleanor llegó y llamó a emergencias.

-Perrie?- Eleanor se acerca a mí y toma mi cara entre sus manos.-háblame. Por favor. Me estás asustando.

No puedo responder. Me siento entumecida y magullada además de vacía. Muy vacía.

-Jodida mierda, Malik; donde estás cuando te necesitan?- escucho a mi amiga maldecir en silencio.

Lo que ella no sabe es que yo me hago esa misma pregunta.

* * *

-Perrie, ves eso?- Eleanor señala la fotografía del eco en su mano.-hay algo así como una mancha. Entre todo esa cosa de colores? Bueno, sí se puede ver. Ya tienes diez semanas. Mi punto es que eso es tu bebé. Míralo. Es una cosita adorable. Es una cosita que vive, Pezz; tiene corazón y se mueve; recuerdas? Lo vimos esta mañana.

Pongo una de mis manos en mi vientre y escucho desinteresada lo que dice Eleanor.

Perdón, bebé. Tu madre es una idiota que no puede concentrarse o pensar en nada por culpa de su pasado. Perdón por condenarte a ti también.

Quiero gritarle que se calle y que deje de hacerme sentir mal y patética además de mala madre. Pero temo que si hablo llorare y de verdad estoy harta de llorar.

-Por favor, Perrie. Di algo. Lo que sea. No solo te recuestes en tu cama. No lo sé, mierda. Has algo! Lo que sea! Háblame, dime que te pasa!- Eleanor pasa las manos por su cabello y se deja caer frente a mí en la cama de mi habitación.

De verdad me siento como una mierda de persona cuando sus lágrimas comienzan.

-Dime algo! No me das nada! Solo me pediste que no le dijera nada a Zayn cuando dijeron que él bebé no estaba en peligro, ahora ignoras sus llamadas y no me dices que te pasa así que no te puedo ayudar! Te duele algo? No sé eso tampoco porque te encierras en tu propio mundo! Solo te he visto así una vez y de verdad espero que no se trate de eso de nuevo.

La miro unos segundos antes de tomar su mano llamando su atención. Le doy una mirada de disculpa.

-No puedes tomar mi dolor, Ele.

Ese parece ser su limite porque la próxima media hora se la pasa llorando en mis brazos.

* * *

Sigo caminando, casi corriendo por la acera mientras siento el sudor frío en mi frente y nuca.

Sé que no puede ser pero lo vi. Malditamente lo vi, joder.

No. No lo pude haber visto. No. Joder, eso no es malditamente posible.

Choco contra alguien haciendo que a la persona se le caiga su comida y a mí mi bolso. Maldigo antes de agacharme a recoger mi bolso y levantar mi mirada a la persona frente a mí para disculparme.

De acuerdo, debo admitir que él no es nada feo. Es más, es sumamente atractivo y tiene una linda y agradable sonrisa a pesar que acabo de tirar su comida.

-Lo lamento mucho- susurro.

-No te preocupes. Estas bien? Esa caída fue fea.

-Eh, sí. Estoy bien- aseguró aunque sea mentira.

-Un placer conocerte- sonríe.-soy James Drake.

-Perrie Edwards. El placer es mío.

Continuó mirando a un lado y otro de la calle. Presa del pánico y miedo.

Mi celular vibra. Haciendo que casi me sobresalté y lo busque frenéticamente.

De: Número Desconocido.

Crees que correr ayuda de alguna manera? Porque déjame decirte que no es así, cariño. Ni de cerca. Sé que me viste y no creas yo no te he estado observando. Tu cara asustada solo me da una maldita ereccion. Estas lista, cariño? Espero que lo estés porque ya estamos jugando. Buena suerte jugando con alguien como al gato y a ratón.

-AC

Llamo a Eleanor mientras entro al establecimiento y me dirijo al baño. Las nauseas comienzan.

-Perrie? Qué pasa?

-Eleanor, él está aquí. Está aquí. Lo vi y él me vio- medio grito en el teléfono. Cada vez me siento más mareada y con más nauseas así que me inclino sobre el inodoro para cuando comience a vomitar.

-Quien, cariño? De quién hablas?

-Alex Carson.

No puedo decir nada más porque comienzo a vomitar. Dejó que el teléfono a un lado.

Solo puedo pensar en algo y es en que vi a Alex Carson. El mismo maldito Alex Carson que hizo mi vida un infierno hace años.

Mi vida está por volverse un infierno y mi propio demonio vino a hacer su entrada.