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CAPÍTULO DOCE

Se giró ligeramente mientras Castiel esquivaba su mirada incómodo. En aquel momento decidió que aquello iba a ser uno de sus pasatiempos favoritos, piropear al ángel y hacerlo sentir incómodo. Una pequeña risa abandonó sus labios mientras entraba a la cocina, imaginándose el rostro de confusión del hombre al oír reír sin razón aparente.

La mañana transcurrió bastante relajada. Después de lo del día anterior parecía que habían roto una barrera y hablaban con facilidad, de cualquier tema y de ninguno en concreto. Savannah se sorprendía sonriendo a menudo ante las rarezas de Castiel, y Castiel se sorprendía sonriendo a menudo con las risas de Savannah.

Sus charlas sin sentido se vieron interrumpidas con una llamada de Dean al teléfono de Castiel. Quería que buscasen información en las leyendas locales sobre cuerpos mutilados, desangrados y sin corazón. Les había insistido en que lo llamasen hombre lobiro obligando a Savannah a estallar en carcajadas.

Comió algo en la habitación de Sam, de nuevo con Netflix. Que el menor de los Winchester les hubiese descubierto aquello suponía una mejora en su calidad de vida, al menos para llenar sus horas muertas. Debido al poco éxito que había tenido Doctor Who la noche anterior para Castiel, decidió ponerle "Orange is the new Black", arrepintiéndose a la media hora después de que el de la gabardina no parase de preguntarle cosas que no entendía sobre la serie. Lo analizaba todo literalmente. "Esto no tiene sentido..." "No entiendo que están haciendo... oh vaya" eran las frases más sonadas de aquel día. Y lo mejor de todo es que ambos se vieron arrastrando los libros de la biblioteca hasta la habitación de Sam para poder investigar a la vez que Castiel se enganchaba cada vez más a la serie.

—Creo que tengo algo— dijo Savannah llamando la atención del castaño. Su voz sonaba ronca después del par de horas que habían pasado en silencio e investigando con los pocos datos que el cazador les había dado—. Mira— ordenó pasándole el portátil que había estado usando a Castiel después de quitárselo antes de las manos al ver que no le estaba prestando ninguna atención a la investigación.

Castiel cogió el mando de la televisión y pausó la serie para después mirar la pantalla del portátil. Savannah espero unos minutos hasta que el castaño terminó de leerse todo el artículo completo sobre las criaturas que había encontrado y cuyo modus operandi se parecía bastante al que Dean les había descrito. En pocos segundos Castiel tenía el teléfono móvil fuera y estaba marcando el teléfono del cazador.

—Cas, ¿estas bien?

—Más bien confuso. No estoy seguro de cómo se relacionan el naranja y el negro para hacer algo nuevo— dijo mirando a las chicas que aparecían en la pantalla del televisor.

Realmente estaba entendiendo bastante poco de aquella serie.

—Lo siento, Dean. Creo que se ha viciado a Netflix— se disculpó la cazadora.

—Aléjate de Netflix— Se quejó Dean.

—Lo siento— se disculpó el ángel.

—No pasa nada. Todos hemos hecho un maratón— bromeó la castaña pasando la mano por la espalda del ángel a modo de consuelo.

—¿Habéis encontrado algo en las leyendas?— preguntó el rubio al otro lado del teléfono.

—Savannah ha encontrado algo— comenzó a decir Castiel.

—Sí, hay una criatura que se alimenta de corazones y de sangre...— empezó a explicar la chica

—Podéis llamarlo hombre lobiro.

—Tu sigue intentándolo— se burló la chica.

—Vamos, sé que queréis decirlo— Savannah se giró encontrándose a Castiel con el ceño fruncido mirando el teléfono.