IX

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El tiempo siguió adelante y las cosas marchaban bien

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El tiempo siguió adelante y las cosas marchaban bien. Tanto que Santiago comentó a su madre, quien vivía en otra ciudad, que Josemari se encontraba mejor que nunca gracias al novio que se había echado. Ella se sintió en el deber de darle la buena noticia a Ana María y así atrajo la tormenta sobre todos.

Cuando el anciano abrió la puerta y vio a su hija en el umbral, la sonrisa desapareció de su rostro. Era día de fútbol, se enfrentaban sus equipos favoritos y planeaba verlo con su nieto y su escritor fantasma. Santiago los había abandonado para salir con su novia.

Acudió a la puerta pensando que se trataba de Daniel, a quien había encargado buscar unas cervezas. Abrió sin mirar y preguntó si se había dejado las llaves.

-¿Cómo estás, papá?-fue la respuesta que obtuvo.

-¡Ana María, hija! ¿Qué haces aquí?

-Vine a ver si estabas bien.

-Pues ya ves que sí.

-¿Puedo pasar?

-Josemari está aquí.

-También vine a hablar con ella.

Al profesor no le quedó más remedio que hacerse a un lado y rogar para que las cosas no terminaran mal.

Daniel entró corriendo. Escuchó los gritos desde la puerta, que encontró abierta de par en par. En el recibidor vio a madre e hijo discutiendo mientras el abuelo trataba de poner calma.

La mujer se quejaba de los cambios en el cuerpo de Josemari, recriminándole que negaba su identidad. Mostraba especial indignación por la extracción de la matriz.

-¿Cómo puedes negarte a tener hijos? Eres una mujer, tu naturaleza es ser madre.

Daniel soltó la bolsa con las cervezas y, casi de un salto, fue a tomar su lugar junto a su chico, el mismo que se había quedado petrificado ante la última acusación de su madre.

-¿Y este quién es? ¿El famoso novio? -chilló Ana María al verlo.

-Sí, señora. Soy el novio y le agradezco que se vaya.

-¿Con qué derecho...?

-Vivimos juntos, mamá. Esta es su casa también -respondió Josemari recuperando el aplomo al verse escudado por Daniel.

-Dígame joven, ¿no preferiría que María José viviera como una mujer y pudieran tener una relación normal, casarse y tener hijos?

-Si fuera mujer no me hubiera fijado en él. Me gustan los hombres desde que tengo memoria. En cuanto a los hijos, no entran en mis planes ahora. Si más adelante queremos tenerlos encontraremos la manera, como lo hacen otras parejas gays. Amo a Josemari tal y como es. Usted debería hacer lo mismo.

La bofetada los sorprendió. Ana María no tenía tanta fuerza como para hacerle daño real a Daniel, aquel golpe no fue nada. Sin embargo, Josemari perdió el control y quiso sacarla a empujones. Una cosa era venir a insultarlo a él y otra meterse con quien amaba.

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