Capítulo 10

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Mientras estaban en clase otro temblor volvió a sacudir el edificio, un póster de África que colgaba de la pared derecha se cayó y en el lado opuesto las ventanas temblaron, pero las chicas ya estaban acostumbradas Zia había vuelto de su prueba hacía tres días, Arwum seguía sin despertarse y cada vez era más difícil ocultar su ausencia y Musa ya estaba casi completamente recuperada y preparándose para su nueva misión, esos temblores habían empezado dos días después de que Zia se fuese, al principio todas se asustaban pero ya su única preocupación era ver si algo se caía y se rompía, tras esa interrupción y un largo suspiro de la profesora la clase se retomó con la monotonía de siempre; hasta que, y esta vez no fue ningún terremoto sino alguien que llamaba a la puerta, volvió a distraer a las chicas.

- Buenos días, vengo de parte de la directora Ipso, podría salir Zia de clase un momento.
- Por supuesto Bret - dijo la profesora un poco molesta por la interrupción - ¿que ocurre?
- Eso es un asunto entre Ipso y Zia, no suyo - ambos fruncieron el ceño y tras salir Zia de la habitación Bret la siguió dando un portazo - será estúpida y amargada - susurró para si mismo.

- ¿Qué es lo que quería Ipso? - Zia caminaba un par de pasos detrás de Bret.
- Zia esto es importante, los terremotos van a ir a más y mañana se cree que va a haber uno de 7 grados en la escala Righter, están evacuando la ciudad pero Ipso se niega a dejaros ir.
- ¡Vamos a morir sepultadas en El Hogar! - exclamó Zia mientras le miraba realmente impactada - ¡eso es una locura!
- Y por eso vamos a huir, he convencido a Ipso de que me deje salir a comprar unos suministros, pero no vamos a volver
- ¿Y Arwum? No la podemos dejar aquí.
- Lo tengo todo bajo control, prepara una mochila con lo esencial, prepara lo de Ar también y nos vemos en tres horas en los garajes.

Zia subió corriendo hasta su habitación intentando que nadie la viera, estaba asustada, sabía que lo que Bret le había contado era una locura pero había algo en ella que le decía que esa locura era cierta, metió en una mochila unas cuantas prendas de ropa, zapatillas de recambio y por supuesto su MP3, mientras buscaba entre las cosas de Arwum escuchó algo parecido a un maullido, pensó que serian imaginaciones suyas pero de repente un par de patitas diminutas agarraron uno de sus dedos, quitó un par de camisetas y de ahí salió un gatito, Zia lo cogió en brazos y mientras lo acariciaba vió que tenia un lazo al cuello con algo escrito "Cero", en seguida reconoció la letra de Arwum, suspiró y metió al animal en la mochila dejando una rendija para que entrase aire y cruzando los dedos para que no hiciera ningún ruido. Esperaba que Bret hubiera preparado el resto de cosas realmente necesarias, era el momento, huían de El Hogar.

A Zia le costó encontrar los garajes ya que nunca había ido ahí, ni ella ni ninguna de las chicas, supuso que estaban en la planta más baja pero cuando abrió la puerta vió que era la sala de calderas, un poco molesta por la pérdida de tiempo volvió a subir y allí estaba Bret, sonriente y complaciente de si mismo acompañó a Zia hasta un Jeep que había aparcado entre un pequeño bus y un viejo Camaro, ambos se sentaron, Bret en el volante y ella de copiloto, mientas el enfermero se peleaba con las marchas Zia inspeccionó el interior, Arwum estaba tumbada en el asiento de detrás.

Cuando Bret consiguió arrancar al fin salieron del garage a toda velocidad esperando que con los temblores que cada vez iban a peor nadie se percatara de su huida, Zia miraba por la ventana recordando aquel día en el que les dejaron salir, incluso le pareció ver el parque al que había ido. Las calles, tremendamente solitarias, estaban llenas de carteles que clamaban "Qué hacer en caso de terremoto", "Díez consejos de seguridad para ti ciudadano".

- ¿Adonde vamos ahora? - preguntó Zia - ¿O eso no lo tenias planeado?
- Vamos a casa de mi abuelo, el padre de Ipso.
- ¡¿Que vamos adonde?! - incapaz de creer lo que acababa de oír Zia chilló de tal manera que casi tienen un accidente.
- Tranquila, Velkan está al tanto de todo lo que hace Ipso pero no está de acuerdo llevan sin hablarse desde que el proyecto empezó, él nos ayudará.

Dos horas después ya estaban lejos de la ciudad Zia se había dormido y Bret no paraba de bostezar así que decidió parar, el problema era que estaban en mitad de la nada, se volvió hacia atrás para mirar a Arwum, seguía dormida y esperaba que Velkan supiera que hacer, al fin y al cabo el había creado el proyecto aunque no se imaginase como iba a acabar. Agitó un poco a Zia por los hombros esperando que despertase y pudiera ayudarle a improvisar un pequeño campamento.

- Zia, despierta, vamos a parar - dijo Bret al tiempo que la zarandeaba por los hombros.
- ¿Eh? ¿Ya hemos llegado?
- No, esque no soy capaz de conducir más, a no ser que quieras que tengamos un accidente - dijo Bret con una sonrisa - espero que te acuerdes de todo lo que te enseñasen en El Hogar.
- Y yo espero que tu preparases bien el equipaje - dijo Zia irónicamente.

Condujo hasta debajo de unos árboles, su único refugio por esa noche, Bret sacó una tienda de campaña que tenia en la parte de atrás y mientras la montaba Zia intentó hacer un fuego ya que al genio de Bret no se le había ocurrido llevar un mechero, esa siempre había sido la especialidad de Alain y a ella la verdad es que no se le daba demasiado bien, cuando terminó de montar la tienda Bret fue a buscar unas mantas que tenia en el maletero, pero cuando lo abrió no vio nada de lo que había guardado, allí había alguien.

Number 8 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora