Capítulo 8

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Zia se aproximó al borde del lago, un paso en falso y el suelo helado se abriría debajo de ella, vió como a Musa se le agotaban cada vez más sus energías, tenia que hacer algo y rápido cogió los pantalones de repuesto que llevaba y agarrando de una punta se estiró todo lo que pudo pero no era suficiente, prácticamente reptando se acercó lentamente al agua, a cada movimiento oía el hielo crujir y sabia que si caía las dos estarían perdidas, hacía mucho frio pero Zia notaba perfectamente un sudor frio recorriendo su espalda, con un último gran esfuerzo Musa se lanzó y agarró la otra punta del pantalón, lo más difícil ya estaba hecho.

Lentamente empezó a retroceder, Musa intentaba salir del agua ya con sus fuerzas minadas, pero el hielo se rompía, Zia paró cuando al fin sintió tierra firme suspiró al saber que todo había acabado, aunque más bien nieve firme debajo de ella y supo que se podía poner de pie, gracias a eso consiguió arrastrar a Musa fuera del agua, se miraron sin decirse nada, Zia lanzó su ropa seca de repuesto al suelo y se fue.

- Las chicas han formado un campamento, Fox tiene comida, han hecho fuego - dijo Musa débilmente.
- Gracias pero estoy bien así.
- Ve al menos a tomar algo caliente.
- Iré, si te callas - Zia miró a Musa por primera vez desde que la sacó del agua - ¿alguna baja?
- De momento no, sobrevivimos juntas.
- ¿Cuantos días...? - de repente Zia se dió cuenta de que mientras estaba en el páramo había perdido la noción del tiempo.
- Cuatro - respondió Musa - solo quedan tres días para salir de este infierno.

Cuando llegaron al campamento las demás chicas se acercaron a ellas impresionadas, la verdad esque era algo digno de ver Zia y Musa juntas y esta última chorreando agua por los cuatro costados, encendieron un fuego con unos plásticos desechados y ambas chicas se acercaron, Zia no sabía si lo que había hecho estaba bien, Musa había sacado la máxima nota en las pruebas de aptitud y si superaba esta prueba saldría a su primera misión y si la lograba completar con éxito ascendería y su número le pertenecería ya para siempre.

- ¡Zia! Pensábamos que habías... ¿que ha pasado? - dijo Clinia mientras se quitaba su abrigo y lo ponía en los hombros de su compañera.
- Nada, ¿esto es todo lo que tenéis para hacer fuego?
- Sí, de vez en cuando encontramos plásticos en el mar pero no es mucho - dijo otra de las chicas cabizbaja.
- Venid conmigo, se donde hay comida y algo más que basura para el fuego.
- ¿Donde? Tienes que ayudarnos la mitad de nosotras está sufriendo una grave hipotermia - dijo señalando a la parte central del refugio donde tres chicas estaban acurrucadas y tremendamente pálidas, se veían sus manos y labios azules asomar por debajo de la ropa, un espectáculo horrible.

Era imposible pero parecía que iba a ser la primera prueba del Ártico en la que iban a volver todas las chicas vivas, trasladaron su campamento a la zona donde había estado Zia, con los nidos de las escúas consiguieron mantener el fuego alto y crepitante hasta pudieron comer todo lo que querían ya que Fox era un hacha haciendo trampas en las que las estúpidas escúas caían una tras otra con lo que los tres días pasaron más rápido de lo que cualquiera hubiese supuesto.

- Arwum tengo que hablar contigo - dijo Bret al tiempo que entraba en el dormitorio de las chicas.
- ¿Ocurre algo? ¿Le ha pasado algo a Zia?
- No, no es eso, hay algo que debes saber - se sentó a su lado y le cogió la mano tímidamente - pero debes prometerme que no se lo dirás a nadie.
- Bret me estás asustando...
- Es sobre vosotras, todas, no sois quien creéis ser, sois...
- ¡Bret! - el corazón de Arwum iba a cien por hora y aunque había algo en ella que le decía que no debía saber eso ansiaba por que Bret terminara la frase.

- Sois... no se como explicarlo... vuestro número es vuestro código, cuando sois eliminadas se resetea y pueden volver a crear a otra de vosotras con unas aptitudes mejores que la anterior, sois como una esencia que se puede modelar, tu eres el número 48, por lo que tus habilidades aun no están del todo desarrolladas al ser un número creado el año pasado, Zia en cambio, número 8, es de las primeras por lo que sus habilidades están desarrolladas casi al máximo y si tiene suerte será la elegida y pasará a ser permanente.

"Estúpido" fue lo único que pudo pensar Arwum, esa idea era completamente estúpida, al igual que él, le había confiado sus miedos, le había tomado como un amigo y ahora respondía con esto, Arwum sabia que era mentira, era algo tan estúpido... Ella tenía 15 años, se acordaba de su vida, de su infancia, no podía ser otra persona, salió de la habitación y subió a la azotea donde siempre podía pensar con claridad.

Sentada en la cornisa de El Hogar se acordaba de su infancia en París, de su abuelo con el que iba al Louvre todos los fines de semana, era tan listo y le echaba tanto de menos, sabía todas las historias de los cuadros, desde "La virgen de las rocas" de Leonardo da Vinci hasta "Los nenúfares" de Monet y a ella le encantaba cuando su padre la llevaba en coche hasta la casa de campo de su abuelo para luego hacer todo el camino de vuelta al centro de París, y lo contentos que se pusieron cuando les llegó la noticia de que Arwum había sido aceptada en un colegio americano, nunca volvió a saber de su familia pero todo eso no podía ser mentira.

Un par de horas después al volver a su habitación encontró una nota "Arwum se que es difícil de creer, se que estarás enfadada pero yo no te mentiría así, te surgirán dudas pero prometo ayudarte, yo también me sentí así, Ipso es mi madre y mi padre el que os inventó, por eso tengo preferencia aquí, ¿no ves que soy el único hombre que ha logrado traspasar estas puertas? Confía en mi, somos amigos. BRET"

Number 8 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora