Capítulo 1

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Tenía la mano sobre el gatillo, suspiró por última vez y disparó. Escuchó el chillido y el olor de la sangre le mareó un poco, aún le costaba hacerlo pero al menos esta noche cenarían algo caliente. Zia había disparado a una urraca no era mucho pero fue lo único que pudo encontrar, la vida en el campo de entrenamiento era dura y Alain su mejor amiga era una negada para la caza, Alain era el número 32, Zia tan sólo el 8. Eran guardaespaldas de la empresa Queal que se dedicaba a la protección de personas importantes y transporte de mercancías valiosas, ellos les habían encontrado en la calle, les habían ayudado cuando sólo eran niñas, debían su vida a esa gente y aunque nadie sabía que estaban allí ni como era su entrenamiento eran las más eficaces del mundo. Cuando había que trasladar las joyas de la reina de Inglaterra o acompañar a Johnny Deep a un viaje a la India ellas estaban allí y cuando terminaban desaparecían. Al principio todas creían que el entrenamiento era demasiado pero después de perderse dos semanas en el desierto del Sáhara para acompañar a casa al hijo de un importante jeque marroquí lo entendian y se esforzaban más.

- ¡Has traído comida! - exclamó Alain nada más verla al tiempo que saltaba sobre ella.

- Sí, pero es solo una urraca - Zia enseñó a Alain el pájaro ya a medio desplumar.

- Aún así es algo, ahora mismo hago el fuego.

Aunque Alain fuera una negada para cazar era un as con cualquier cosa que requería maña, encender fuego, cocinar, preparar un refugio hasta sabía interpretar donde había ido un animal y lo grande que era solo viendo sus huellas, hacían un gran equipo, Alain los encontraba y Zia disparaba.

- Wow Al ¿era una urraca asquerosa o pato a la naranja? - dijo Zia impresionada mientras se chupaba los dedos

- Ayer ayudé a Fox a encender un fuego y me dió dos manzanas y dos naranjas.

- Solo tres días - susurró Zia.

- ¿Decías algo? - Alain levantó la cabeza y le miró extrañada.

- Solo quedan tres dias para salir de aquí, pronto volveremos a El Hogar.

El Hogar era un rascacielos enorme en medio de la cuidad, parecía un simple edificio de oficinas pero era mucho más, decenas de chicas vivían y se entrenaban allí cada día sin que nadie lo supiera.

- Lo se, pero quedan tres días y un mes para la prueba del Ártico.

- Es la primera y última vez que iremos Al - le tranquilizó Zia.

- Tú bien sabes que dos de cada cinco personas no vuelven, acuérdate de Emer.

Zia apartó la mirada de su amiga, Emer había sido como su hermana mayor, cuando Zia llego a El Hogar desconfiaba de todo el mundo y Emer la cuidó hasta que pudo valerse por su misma, cuando Zia tenia 10 años y Emer 17 fue su prueba del Ártico y esa fue la última vez que la vió.

- Lo siento Zia...

- No es nada, ya han pasado siete años lo tengo casi superado.

- ¿Sabes lo que me ha contado Fox? - intentó cambiar de tema Alain.

- Sorprenderme.

- Dicen que a Musa le van a poner su primer trabajo de prueba.

- ¿Y que tiene que hacer? - preguntó Zia ya más interesada.

- Hay rumores de que tiene que acompañar al mago Dynamo a un viaje a África.

- Increíble, solo a las mejores les encargan el trabajo de cuidar de alguien - Zia soltó un silbido de admiración.

- Lo se, ¿te acuerdas lo enfadada que acabó Paty cuando descubrió que su trabajo iba a ser tan solo llevar una vaca sagrada a un monje indio?

Las dos empezaron a reírse descontroladamente, Alain había hecho olvidar a Zia lo de Emer una vez más, terminaron toda la noche hablando de trivialidades mientras el fuego se iba consumiendo poco a poco, al fin y al cabo la prueba del bosque era la más fácil, al final cuando Alain vió que su amiga no contestaba entendió que estaba dormida y ella intentó hacer lo mismo al tiempo que las primeras luces del alba teñían de dorado el horizonte.

Zia se despertó debido al calor, apartó la tela de su saco de dormir, una de las pocas cosas que les permitían llevar, y fue a una hondonada que hacia el riachuelo que habían encontrado a darse un baño, se desvistió poco a poco, primero las zapatillas de montaña y el abrigo, después el jersey azul noche y los pantalones y por último la camiseta de manga corta que llevaba con el proposito de que el jersey no picase tanto, se quedó en ropa interior y entró al agua que estaba helada, nadó un rato para desentumecer los músculos, después de un rato ya estaba cansada y se sentó en una roca.

- ¡Zia no te muevas! - escuchó de repente como gritaban detrás de ella.

Haciendo caso omiso de la orden que le habían dado, Zia se giró y vió como Musa señalaba a la roca donde se había sentado unos minutos antes, a menos de un metro de ella se encontraba una serpiente. Reconoció por la forma triangular de la cabeza que era una víbora, todos los músculos de su cuerpo se tensaron al mismo tiempo, miró a Musa que le hizo un gesto para que estuviera quieta.

Se acercó sigilosamente y de repente con un movimiento seco agarró a la serpiente de la cabeza, sacó un cuchillo del bolsillo de atrás de su pantalón y la decapitó, Zia la miró asombrada con una mezcla de alivio gratitud y miedo, Musa le había salvado de una mordedura probablemente mortal pero llevaba un cuchillo, no estaba permitido llevar cuchillos. Se suponía que todos sus útiles deberían ser fabricados por ellas, Musa había roto las reglas pero al mismo tiempo no podía denunciarla, estaba demasiado confusa y sin decir nada se vistió rápidamente y fue a buscar a Alain.

Cuando llegó al lugar donde tenían los sacos de dormir vió que su amiga hablaba alegremente con Fox, que llevaba el pelo recogido por lo que se veía su número que todas tenían en la nuca, el 55, decidió no contarle nada hasta que no estuvieran a solas, había algo que le atormentaba por dentro en todas las pruebas había una eliminada que era destinada a trabajar en El Hogar como cocinera limpiadora o niñera ¿debería denunciar a Musa por tener un cuchillo y hacer trampas?

Number 8 Where stories live. Discover now