11. Hasta el próximo mes.

1.2K 161 83
                                    

—Inhala, exha...

—¡¿Puedes callarte por un maldito segundo?! —grito, ya cansada de todo el formado.

—¿Disculpe? —pregunta el oficial mirándome como si fuese a matarme, y mi madre a un lado mirándome igual.

—Nada... yo... —señalo detrás mío y desaparezco de la sala hacia la cocina.
— a mi madre y al oficial hablar pero hago caso omiso a lo que dicen.

Necesito analizarlo todo.

Mi padre ha escapado, el golpe de Aiden no fue suficientemente fuerte como para dejarlo inconsciente, el oficial lo único que ha hecho es anotar cosas en su libreta que de seguro no sirven para nada, Aiden ha estado todo el tiempo hablando y no puedo estar más enojada.

-Bu -pego un salto y de pronto me encuentro bufando y caminando al rededor de todo el espacio de la cocina -¿buscas algo? -su cara es tan inocente que me da risa, porque se que es fingida -¿por qué no vamos a tu habitación? -estoy a punto de gritarle que se calle cuando una imaginaria linterna se prende arriba de mi cabeza.

Mike ama los misterios.

Tal vez quiere convertirse en uno.

Bien, bien, eso sonó muy... ¡al punto!

Mike no se irá de brazos cruzados asi como asi, le encanta ser encontrado, le encantan los desafíos.

Subo rápidamente las escaleras y abro la puerta de mi habitación, busco por todos lados algo que pueda serme útil, algo que tal vez los oficiales no se han dado cuenta.

Me agacho y en cuclillas doy vueltas por toda la habitación, buscó en las paredes, debajo de la cama, cortinas, ventana, pero nada.

—Debí golpear más fuerte a tu padre.

—Olvida eso—me levanto y me acomodo en la cama —¿sabes? El otro día estuve pensando en que... ¿por qué no eres... no sé, rojo? —su cara es de completa confusión —digo... ah, nada.

—¿Quieres decir por qué soy tan lindo, guapo, genial y no un gordo tomate u ovario? —se sienta de golpe en la cama cayendo MUY cerca mío—. ¿Qué?

—¿Qué de que? —aprieto los labios.

¿Es idea mía o de pronto se me secaron los labios?

No, no es idea mía.

—¿No tienes nada que decir? —se acerca un poco más.

Dios mío no, aléjate, aléjate... no, no te alejes.

—Eh, no entiendo.

—Bueno, creo que dejamos algo pendiente abajo.

El beso. El beso.

—Eh, ¿sabes? Tengo la memoria muy mala —río nerviosa —así que no sé nada, debe ser de poca importancia —trato de evitar el  tema.

¿Y por qué trato de evitarlo? Simplemente no sé.

—Uf, que bueno que soy excelente refrescando memorias —me da una agradable sonrisa —bueno, estabas muy mal, era obvio que necesitabas de mi, claro que yo soy una buena persona y quise ayudarte dándote un cálido abrazo que todas desean.

—Si, si, y a todas te refieres con Taylor, porque nadie te puede ver —sonrió triunfal.

—Taylor no es la única que puede verme.

—¿Qué? —me incorporo mejor sobre la cama y arreglo unos cabellos sueltos detrás de mí oreja.

—Lo siento, nadie puede saberlo.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Nov 02, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Maldito periodo Donde viven las historias. Descúbrelo ahora