Capítulo 29. Una Carta Sospechosa.

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Unos días después de volver de Nueva York y haber hecho el exámen, seguía nerviosa, y la razón era más que obvia. Aunque también me encontraba algo emocionada ya que nos habían dicho que la carta de la universidad llegaría durante aquella semana, rápido, lo sabía, y eso era lo mejor. No podía estar más ansiosa por esperar esa preciada carta.

Luego hablaría con Jack y Peter para saber si le habían llegado su respectiva carta y para saber si habían entrado o no. Al igual que Camero y Sharon, luego les hablaría por el mismo motivo, ya que

por lo que había visto que su futura universidad quedaba cerca de la nuestra, por lo cual no iba a hacer falta hacer videollamadas sólo para poder vernos, por lo menos, el rostro.

La puerta de mi habitación se abrió lentamente haciendo que pensamientos se esfumaran al instante. Levanté la mirada de mi libro hasta la persona que se asomaba.

Había estado tan metida en mis pensamientos que ni siquiera llegué a leer un párrafo del libro.

—¿Qué quieres? —pregunté mirando a Amy asomada en la puerta.

Sin decir nada, detrás de ella mostró mi celular en su mano.

—Tu querido novio ha estado mandándote mensajes —sonrió inocentemente.

La miré dejando el libro de lado y entrecerrando los ojos, pensando que había visto los mensajes como toda chusma que era, me levanté de la cama y caminé hacia ella para arrebatarle el celular de la mano.

—Gracias, ya puedes irte —dije, literalmente, empujándola fuera de mi habitación para luego cerrar la puerta y volver a sentarme en mi cama.

Así nos tratábamos entre hermanas, incluso con Caleb.

Señalé la página en donde me quedé en el libro, luego desbloqueé el celular y me puse a leer los mensajes.


Aaron. 19:12.

Hola Preciosa, ¿cómo estás?

Si es que estás libre, quiero que vayamos al cine.


Dakota. 19:16.

¡Claro! Estoy lista en 5.


Aaron. 19:17.

Oye, no podré ir a buscarte ya que acabo de dejar a mis primos en casa de mi tía y el cine queda más cerca.


Dakota. 19:17.

Tranquilo, yo puedo ir.


Aaron. 19:17.

Entonces te espero, cuídate. Te amo


Dakota. 19:18.

Yo también te amo.


Al terminar de enviar el último mensaje decidí levantarme para cambiarme de ropa. Y, como hacía calor, opté por ponerme algo bien fresco.

Guardé el celular en uno de mis bolsillos de mis short para luego bajar hacia la sala. Al parecer nadie se encontraba ahí ya que todo estaba muy silencioso, seguro estaban encerrados en sus respectivas habitaciones.

Pasaste el límiteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora