II

511 59 28
                                    

La lluvia seguía cayendo alrededor de ellos, y el viento empezaba a afectar a Gerard y poco a poco eso se hizo notorio con su tiroteo de dientes y sus manos temblando. Sus labios aún se sentían calientes a comparación de todo su cuerpo. Por un momento se vio en los brazos de Frank siendo acunado con lentitud, en sus labios una sonrisa mientras él acariciaba su cabello.

Luego despertó, luego su mente empezó a funcionar y hacer preguntas poco coherentes que en ese momento significaban mucho. Y la primera fue; ¿por qué siente ganas de un gran y fuerte abrazo, y si se puede proveniente de Frank?, ¿Por qué se siente flotar?

Así se siente, libros y libros contando eso, para él solo eran palabras que hacían su mente volar e imaginar todas las escenas en su cabeza, y ahora todas esas palabras están cobrando sentido ahora mismo, al lado de Frank. Su mente divagaba entre la extraña sensación en el pecho y sus manos a unos cuantos centímetros de distancia.

¿Debería hacerlo?, se preguntó.

Sería mas bien como una prueba... Según los libros todos esos sentimientos que se estancaban en el pecho y hacían tu corazón volar eran con un solo toque de manos, ¿por qué no intentarlo?

Su mano viajó por el césped, aún debatiéndose entre si hacerlo o no. Con pequeños movimientos llegó a la pierna de Frank, éste se le quedó mirando embobado. La palma de la mano de Frank estaba abierta, lista para que la mano de Frank lo recibiera. Con su mano rígida, la chocó con la suave piel de Frank, y sus dedos se abrazaron por primera vez.

La sensación era simplemente increíble... El mismo cosquilleo de antes, el mismo calor en sus mejillas, y el vago sentimiento que no podría describir ni en miles de años. Tal vez era amor, deseo, atracción, o simples nervios, era un simple sentimiento desconocido.

Se dio el tiempo de ver a detalle las manos de Frankie.

Uñas rosadas, limpias y perfectas. Tamaño normal, y piel pálida que contrastaba perfectamente con la lluvia. Algunas arrugas y vellos en los dedos, otro imperfecto casi no notable.

Extrañamente todos esos imperfectos lo hacían, de alguna forma para él, perfecto.

Lo perfecto estaba en lo imperfecto, al fin y al cabo.

Mientras que Gerard veía atentamente las manos de Frank, Frank seguía en un especie de trance, con sus ojos embobados en la tierna sonrisa de Gee, y sin poder creerlo acarició un poco el dorso de su mano. Era suave, blanca, he inmóvil. era de la mano de Gee.

Su corazón seguía desenfrenado, ¿como es posible que luego de tanto tiempo con él siga con su corazón en ese estado?

Sonrió, y inevitablemente su cabeza fue a parar al hombro de Gerard, se sentía bien descansar un poco, y al parecer a Gerard no le importaba, pues solo se acomodó más en el árbol, y con muchísimo cuidado rompió el íntimo contacto con sus manos y paso sus brazos por los hombros de Frank.

Se sentían tan bien... Tan plenos, tan felices y llenos de vida, y la tímida sonrisa en el rostro de ambos no se iría con facilidad. Tal vez ahora mismo sus padres estuviesen preocupados, ¿pero que más daba? su madre le decía que la felicidad era más importante que cualquier otra cosa en el universo.

Tal vez ese era el sentimiento en su pecho... Felicidad pura.

¿Pero que tipo de Felicidad?

¿Felicidad tipo; al fin no estoy solo y tengo un amigo?

¿O felicidad tipo; creo que encontré mi lugar?

Ningún comic, libro o regalo le había hecho sentir tan emocionado como ahora estaba, podía recordar todos los momentos tristes, todos los momentos que le hizo llorar y, podía decir con seguridad que se sentía feliz.

unhappy -frerardWhere stories live. Discover now