Final

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  Tn__ -.
Salí de la casa de Logan. Necesitaba respirar un poco, él se ofreció a encaminarme pero supo que necesitaba estar sola. Las casas en ese vecindario estaban bastante separadas, así que para la hora en que llegara a la mía, ya estaría oscurecido. Odiaba andar sin capucha, así era la única forma en que me cubría la cabeza y me sentía menos avergonzada en la vida.

Caminaba por una calle desolada cuando vi a alguien conocido para mí sentado en la orilla de esta, con los ojos enrojecidos y mordiendo sus labios. No sabía si acercarme a él o pasar de largo. Verlo tan vulnerable me hizo sentir extraña. Me senté a su lado y él me miró como si viera a un fantasma.
-¿Estás bien? –pregunté y él tragó saliva.
- No realmente –susurró- ¿por qué hablas conmigo?
- Porque estás deshecho y tengo curiosidad de qué te pasó o quién te pateó el trasero –murmuré- quisiera felicitarlo.
- No tienes que ir tan lejos –murmuró Peter- no es nada tan serio. Solo no me siento bien.
- Creí que las piedras no tenían sentsupongoos –él agachó la cabeza. Suspiré y mordí más mis labios- ¿Quisieras contarme? –pregunté.
- Yo... no creo que sea buena idea –respondió y yo me encogí de hombros- pero te contaré –reí un poco y él a penas levantó una comisura de sus labios.

-Tú sabes que yo nunca he sido muy bueno con las chicas –yo asentí convencida de eso- es que la única forma en que me puedo acercar a una es siendo como realmente soy. Frío, controlador, ególatra... y a ellas les gusta –explicó y era verdad, yo nunca vi a sus novias quejarse de la forma en que él las trataba, sabían que si salían con él recibirían 'cariño a medias'-. El punto es que... encontré a Sue... ella es la niña de mis ojos, la única que me hacía sentir completo, feliz y sincero... ella –miró hacia el suelo y tragó saliva- ella me hacía decente.

Jamás pensé que escucharía a Peter, Peter Montezco, hablar de esa forma acerca de una chica. De hecho pensé que él no se enamoraba de nadie o algo así.

- Es tan hermosa y tan simple –pronunció- es alta de cabello castaño oscuro y ondulado, ojos grandes y marrones, sonrisa enorme y hoyuelos en sus mejillas. No es muy delgada pero tiene un buen cuerpo. Pero eso no la hacía ver tan hermosa o eso no fue lo que me interesó fue... la forma en que ella me habló por primera vez.
-¿Qué te dijo? –pregunté curiosa, sus palabras me parecían por primera vez en la vida tan sinceras.
-Sus palabras exactas fueron: "Deja de ser un idiota, madura y seamos amigos" –rió- en el momento me sentí como con cualquier otra chica, pero cuando le dije que seríamos amigos, ella me sonrió completamente ilusionada –explicó-. Como siempre me porté como con todas, faltaba a mis citas, le decía que iría y no iba. Pero un día, pensé en ir y ella no se presentó.
**Recuerdo**

Caminando hacia la cafetería en la que Sue y yo habíamos quedado en desayunar, me detuve a coquetear con una pelirroja, algo hueca pero bastante bonita. Pasaron los minutos y luego de mirar mi reloj supe que llegaría tarde a nuestra cita. Comencé a correr esperanzado de llegar al menos cinco minutos tarde y cuando entré al lugar no la vi. Primero pensé que ella estaría retrasada, como todas las chicas lo están siempre. Me senté en la orilla de una mesa cercana a la puerta. Para así ver cuando ella llegara.

Esperé durante varios minutos, cuarenta y cinco exactamente. Pero ella no llegó. Le pregunté al señor de la cafetería que si la había visto y él me dijo que ella siempre me esperaba aquí, que se preguntaba también por qué no fue. Un tanto preocupado fui a buscarla a su casa, al llegar toqué el timbre y ella fue quien me abrió.
-Hola bonita... -sonreí- te estuve esperando en la cafetería, ¿por qué no fuiste?
- Porque sabía que no te presentarías –respondió y me vio con una mirada tan dura de decepción que algo en mí se rompió. Sus ojos se llenaron de lágrimas y yo la miré fijamente. No era la primera vez que veía llorar a una chica, pero ella parecía lastimada, dolida como si alguien hubiera muerto. Me fue inevitable acercarme a ella.
- Oye... lo siento yo... -ella me cerró la puerta en la cara y torcí la boca algo confundido. Me di la vuelta y caminé a mi casa, pero no dejaba de pensar en ella. ¿Por qué se enojó tanto si no era la primera vez que le hacía eso? ¿Tanto le dolió? Además, hoy sí fui... nada le costaba perdonarme.

KARMAWhere stories live. Discover now