Metal limbs 'n' silver bullets

03

Abro la puerta, mi casa esta vacia, pero ordenada, Drea a hecho un buen trabajo.
Sigo muy preocupado, intento contactar con ella, pero su telefono esta apagado.
Doy vueltas en circulo, preocupado, me dedico a pensar en donde podría estar, algo que fuese tan importante que no pudiese venir a verme.
Sigo pensando durante unos segundos, unos segundos eternos, y, la respuesta viene hacia mi en cusestion milesimas

-¡El partido!- digo en voz alta.

Si mal no recuerdo hoy tenia un partido muy importante, pero para asegurarme, entro en su habitacion (para mirar su calendario), me fijo en lo ordenada que está, por suerte, en eso no se parece a mi, tiene una estantería llena de libros de ciencia ficción y encima de esta, un casco de futbol americano, firmado por sus compañeras de equipo; en su cama con sabanas verdes está su tan preciado oso de peluche, lleva con ella toda la vida y no es capaz de dormir sin el; tambien tiene un corcho para pared, lleno de fotos, algunas de hace años, otras con Nicolai, si, mi compañero de misiones; por no hablar del millon de fotos tontas con su amiga Tony, anque siempre me llamó la atencion la de las dos dandose un pico, ya se que las jovenes de hoy en día se hacen fotos así con sus amigas, pero lo veo muy atrevido para lo que ella solia ser (y sigue siendo) mi hija.

Seguido allí está: el calendario. Miro el día de hoy, 23 de mayo, y efectivamente esta marcado con la anotacion:
《Partido de selección para la liga》

Salgo corriendo de la habitación, pero sinquerer golpeo la estantería con mi brazo (ya que la habitación es muy estrecha) y uno de los libros cae al suelo, lo cogo, pero no es un libro, sino un diario, "Libro de la tristeza" pone en la tapa delantera. Me sorprende, ya se que Drea esta sola mucho tiempo, no tiene hermanos ni madre, entonces, cuando yo estoy en el espacio ella se queda sola, ademas, si mal no recuerdo, la gente suele tomar ventaja de su temerosidad, por eso mismo le enseñe a defenderse; pero aún así Drea no está tan deprimida como para eso.
Me entra la curiosidad, pero no lo leo por mero respeto, cuando lo voy a dejar en su sitio, veo otros diarios, titulados: Libro de la alegría, Libro del miedo y Libro del desahogo, ahora tiene sentido.

Voy a salir, pero al llegar al recividor me veo en el espejo, no puedo salir así, me ha crecido el pelo, algunos mechones de cabello negro, con una pequeña cana, caen sobre mi frente, ocultando un poco mis ojos grises.
Tampoco huelo muy bien, no he tenido tiempo de ducharme. Miro el reloj de la cocina, si el partido comenzaba a las 11:30 y son las 12:25, no queda mucho, media hora, poco mas. No puedo presentarme así, me ducho rápido, me peino un poco hacia atrás, y, por raro que parezca, no me afeito la barba; me visto con unos tejanos, una camiseta de algodón y una chaqueta negra (estamos a 10°, Frieyjan es un país frío). Y ahora sí, salgo en coche en direcion al estadio.

A duras penas consigo entrar, está lleno de gente, al final consigo buenas vistas, pero no un asiento, miro la pista intentando reconocer a mi hija, se que van de verde y marrón, como la bandera de este país, pero van todas igual, con una especie de bikini, que no me parece muy apropiado, los calcetines largos, las deportivas con tacos y toda una serie de protectores.

Esta lejos, no la podría reconocer, pero me paro a pensar un segundo. El numero, Drea juega como "wide reciver" (WR), con el numero 87, la busco un poco mas, hasta que la encuentro, está allí, volviendo a atarse los cordones que se le han soltado, hasta ahí bien, pero de milagro no pierdo los nervios al ver como una de sus compañeras la empuja y hace caer al suelo, no escucho lo que dicen, pero incluso desde aquí puedo ver que Drea esta siendo intimidada, como siempre, no digo que sea algo malo, pero ella es demasiado mansa, no quiere hacer daño, le pasa desde que era pequeña. Al fin parece que la deja en paz, se levanta del suelo, se muestra desanimada, lo primero que pienso es que van perdiendo, es un partido muy importante, el equipo que gane pasará a poder jugar en la liga, así que sería comprensible estar triste; pero el marcador indica lo contrarío. Talvez se siente sola.

Comienzan la jugada, el balón es para nuestro equipo, y llega el momento, sale disparado, le toca al WR, Drea, quien se mueve bien, pero se muestra insegura. Estoy emocionado y no me contengo al gritar euforicamente:

-¡Vamos Drea, ya es tuyo!-

Ella mira a las gradas, me ve, entonces es como si un rayo de energia le atravesase.
Hace un agarre del balón que incluso me sorprende a mi, corre esquivando a varias jugadoras, hasta que despues de recorrer 50 yardas, pasa el balón a su mejor amiga, Tony, antes de ser placada por la "cornerback" (CB) del otro equipo.

Finalmente, entre jugada y jugada, nuestro equipo se proclamo ganador, todas las chicas se abrazarón.

A la salida la espero, sale muy feliz, con la ropa algo sucia, sudando y con una herida abierta en la rodilla (que posiblemente se hizo al caer en la última jugada); se quita el casco, dejando a la vista una larga cabellera castaña oscura, y se lanza a mis brazos. Drea no es pequeña, en absoluto, mide 168 cm y se ve delgada, pero tiene los musculos algo marcados, sobretodo en el abdomen, devido al entrenamiento, tanto de fútbol como de autodefensa; pero en mis brazos se ve casi como un bebé.

-...papá...- me dice con la voz ligeramente quebrada y casi derramando lagrimas de la emocion.

-Si, papá ya ha vuelto- le contesto mientras le abrazo con cariño.
-has estado genial- le continuo diciendo- con clama.

-no te creas- contesta ella de forma inocente.

-¡oye!, tienes que estar mas orgullosa de ti- exclamo yo. -ahora cuando llaguemos a casa curamos esa herida y ya verás que bien-

Seguidamente viene Tony, una chica de la misma altura que Drea, figura atletica, cabello rubio oscuro y ojos marrones; a felicitarnos, ahora el equipo femenino de fútbol americano de Englost estará en la liga, es motivo para que las chicas esten orgullosas.

Finalmente Drea y yo marchamos a casa, es la 1:12, para cuando lleguemos ya será la hora de comer.