Capítulo 2: Caprichos

3.2K 172 18
                                    

Quiero aclarar que cada vez que aparece un nombre entre estos símbolos / / significa que es el punto de vista de esa persona.

~Lynmouth, Reino Unido 1964~

/Charles/

Esta vez habíamos decidido quedarnos en un pueblo más tranquilo.
Ya era de noche y me encontraba en la habitación del hotel en donde nos quedaríamos un par de días.
Había terminado de arreglarme y por lo visto Erik también ya que me esperaba en el marco de la puerta.
-¿Listo para la acción?-preguntó y yo asentí divertido.
-¿Listo para las bofetadas?-repliqué curioso.
-Siempre lo he estado Charles, siempre lo he estado-soltó una risa mientras salíamos.
Amaba a el renovado Erik, era como si ambos nos hubiéramos vuelto más inmaduros, éramos como dos adolescentes hormonales.
La risa y diversión nunca faltaba.
Caminamos unas calles hacia el club nocturno. Habíamos decidido aventurarnos un poco más e ir a un lugar más apartado, para adultos.
Al entrar oímos la música tranquila que sonaba de fondo, combinaba con el ambiente. Noté que las chicas que se paseaban en ropa provocativa nos miraban con sonrisas y supe porque. Al mirar a mi alrededor sólo habían hombres pasados de peso o de edad. Erik y yo éramos unos dioses ahí.
Una rubia nos dirigió a nuestra mesa cerca de un escenario en donde dos pelirrojas bailaban.
Erik sonrió fascinado.
-Seguro que ninguna me rechazará hoy-dijo triunfante.
Y hasta yo sabía que estaba en lo correcto.
Pedimos nuestras bebidas y así fue transcurriendo la noche hasta que Erik desapareció con una chica un poco morena.
Yo me quedé observando el espectáculo. Muchas chicas se acercaron a mi ofreciendo sus servicios, yo me negué pues lo mío era ligar con chicas, no liarme con ellas, y desde lo de Cuba no he podido olvidar a Moira, por más que lo intentaba no salía de mi cabeza incluso si besaba a otras chicas y valla que habían sido muchas. Supongo que eso era lo que buscaba yo, el olvido, y por eso no me llegué a acostar con nadie, sólo las conquistaba, besaba, borraba su memoria y volvía a repetir. Erik no sabía que yo me sentía así, y no le diría pues él me admiraba por hacer eso.

Estuve tanto tiempo sumergido en mis pensamientos que no noté que Erik venía hacia mi con una gran sonrisa de satisfacción. No hacia falta preguntar.
Miré mi reloj y eran pasadas la 5 de la mañana, era hora de volver.
Al bajar del banco me di cuenta había bebido demasiado y no podía mantener el equilibrio.
Salimos de aquel lugar mi amigo y yo tambaleandonos por las calles, cantando una canción sin sentido.

Al despertar el día siguiente mi cabeza daba vueltas y al ver la hora me levanté rápido y corrí hasta el cuarto de Erik pasando por la sala de la gran habitación en dónde nos quedábamos.
-¡Erik ya va a ser medio día, nos las volveremos a perder!- toqué su puerta con desesperación y a los segundos me abrió un chico confundido, yo sólo le señalé el reloj y él comprendió a lo que me refería.
Ambos nos arreglamos lo más rápido posible y salimos corriendo hacia el centro del pueblo.
¿Y por qué tanto alboroto?, pues nada más y nada menos que unas "donas". Sí, sólo unas donas. Lo que pasa es que el día anterior las vimos en una tienda en el centro y cuando quisimos entrar a comprarlas ya habían cerrado y hoy por ser domingo, cerrarían al medio día. Es absurdo e infantil pero así era nuestra vida ahora, cumplíamos hasta nuestros más mínimos caprichos.
Al llegar al centro vimos demasiada gente, tanta que perdí de vista a Erik y cuando lo divisé a lo lejos le dije que se adelantara, y así fue.
Caminé lo más rápido que pude esquivando la gente pero cuando menos lo esperé ya habia lanzado a una chica al suelo.

Voten y/o comenten.

X-Men: Un Camino Diferente {Charles Xavier}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora