Venganza || Mario Bautista || tercera temporada

Capitulo 20

P.D.V Alaska

- si papá, te juro que me cuidaré.

- Alaska, trata de salir lo menos posible ahora.

- lo sé, lo sé, pero sólo iré por mi vestido para mi graduación, me acompañara la amiga de Daniela, Diana, ya la conoces, bueno ella irá conmigo.

- Te amo, no olvides que eres mi bebe y me preocupo aún por ti.

- yo igual te amo papi, nos vemos esta noche.

- hasta esta noche princesa - dijo para despedirse.

Pablo, Daniel y yo habíamos llegado a mi casa hace unos minutos, y yo solo esperaba que Diana se apareciera por ahí, ella me acompañaría a ver mi vestido para la fiesta de graduación a la que nos aproximábamos. Daniela era quien me iba a acompañar en primer lugar pero le salió algo de imprevisto y me dijo que su amiga podría acompañarme, que confiara en sus gustos de moda.

- no sé por qué se complican demasiado buscando un vestido - hablo Daniel.

- es que ustedes son la cosa más simple del mundo, solo rentan un traje y se colocan un poco de gel en el cabello y ya.

- punto a favor - canturreo Pablo.

- ¿ya invitaste a Jessenia? - pregunté a Daniel.

- no, pero somos novios, creo que da por hecho que iremos juntos.

Me di un leve golpe en la cabeza con la mano, enserio no podía creer lo cavernícola que era mi hermano.

- no diré lo que pienso que eres, pero es mejor que se lo pidas.

Antes de que pudiera responderme algo el timbre sonó y salí disparada hacia la puerta. Ahí estaba Diana con una sonrisa algo tímida.

- vuelvo más tarde - grite desde la puerta.

Y sin esperar una respuesta esta vez, salí de la casa. Papá aún no me daba el carro así que tuvimos que caminar hacia el centro comercial.

La ciudad es un tanto pequeña, así que todo está relativamente cerca y caminar nunca le hace daño a nadie.

En el centro comercial entramos a un par de tiendas, sin obtener buenos resultados, y como por arte de magia, como un ángel caído del cielo, el tío Robert apareció.

-¡niña! - exclamó y me dio un abrazo.

- tio, necesito de tu ayuda - hable - Primero Te  presentó  a Diana, es amiga de Daniela - ambos estrecharon sus manos.

- ¿en qué soy bueno? - preguntó

- vestido de graduación.

Tomo de mi brazo y camino hacia una tienda conmigo, Diana venía justo detrás de nosotros.

- recuerdo que una vez acompañe a tu madre a comprar un vestido, a mí claro que me urgía que consiguiera novio o algo así que llegue y lo que pedí fue un vestido de puta elegante - dijo con tanta naturalidad que me dio demasiada risa - pero no le digas a tu madre que te hablo con ese lenguaje y mucho menos que te conté aquella memorable anécdota.

- ¿y encontró un buen vestido? - pregunté

- venía conmigo, claro que lo encontró.

Tardamos demasiado, cuarenta minutos probándome vestidos, para que me quedara con el segundo, eso fue lo más estresante del asunto. Tío Robert insistió en regalarme el vestido y no pude oponerme a eso.

Me despedí de él y junto a Diana comenzamos a caminar de nuevo a casa, ya había obscurecido algo así que ya había que ir con un poco más de precaución. La charla era agradable con Diana, que hacía que me relajara un poco más, toda esa armonía se fue en cuanto vi caer a Diana a mi lado, me asusté demasiado que se me habían olvidado las clases de RCP que papá me había dado, con un poco de trabajo me agaché para tomarle el pulso, que era lo menos que podía hacer, estaba débil, pero aún tenía.

- Diana - gritaba mientras novia su cuerpo en la acera - Diana. ¿Alguien que me ayude? - grite desesperada, al borde de las lagrimas, no sabía lo que en realidad ocurría aquí, y con todo lo sucedido me asustaba aún más.

Tome mi teléfono y teclee rápido el número de papá.

P.D.V Mario

Nos encontrábamos todo en la oficina dispuestos a firmar nuestra hora de salida, en cuanto recibí una llamada de Ally, de seguro para avisar que ya llegaba a casa o para platicarme como le fue en su día de compras.

- hola princesa - salude

- papá - exclamó.

La conocía demasiado bien para saber que estaba llorando y estaba desesperada.

- ¿qué ocurre Ally?, ¿estás bien? - dije ahora yo desesperado.

- papá iba hacia la casa y de pronto Diana cae al suelo y yo...

El teléfono parece haber sido tirado un poco, o se le callo a Alaska, pero lo que me dejo inquietante fue lo que escuche después.

- ¿tú quién eres?, ¡ayuda! ¡Ayuda!, ¡papá! - gritaba desesperada, después desaparecieron por completo.

Aquellos gritos me dejaron de una marta u otra marcado. Me giré hacia los chicos, esta situación se había salido de control, y no sabíamos quién la estaba provocando. No sé cómo lo hice, pero explique a los chicos lo que acababa de suceder, en cuestión de minutos Gus había interferido en mi celular y había encontrado la ubicación de el de Ally, todos me acompañaron hasta ahí, para encontrar a una Diana muy consternada por lo sucedido, desangrada y con frío, al lado del teléfono de mi hija.

- ¿qué ocurrió aquí? - le pregunte demasiado desesperado a Diana, quien era atendida inmediatamente por Gus.

- no lo sabe, ella está sangrando de la cabeza, es mejor llevarla al hospital.

Me volteé desesperado, no sabía qué hacer, cómo responder ante eso, y mucho menos sabía cómo decirle a Danna lo que acaba de ocurrir. Sumergido en todo este dolor comencé a llorar, aunque sabía que esa no era la solución de esto.

Y por primera vez me di cuenta de todo el dolor que yo ocasione a decenas de familias al quitarles a sus hijas, claro había pasado hace mucho, pero hasta ahora comprendo aquel dolor.

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Esperen.... ¿Se acerca el fin del mundo? Hasta a mí me sorprende actualizar tan rápido.

Nos vemos en el siguiente capítulo Comenten y Voten demasiado para que actualice.