24. Testosterona por doquier.

Comenzar desde el principio
                                    

—¡Vuelve aquí, insolente maleducada, no te atrevas a dejarme con la palabra en la boca! —Unos reclamos familiares a nuestras espaldas, más unas pisadas muy fuertes a coro, se acercaban a nosotros—. ¡Eres de lo peor, Alice Parker!

Todos nos giramos un poco, justo a tiempo para ver cómo Alice le hacía un gesto obsceno a Calvin con su dedo corazón.

—¡¿Qué no tienes vergüenza?! —Exclamó el chico alterado a sólo un paso de distancia de ella.

—¿Acaso crees que me importa? —contraatacó ella en el preciso instante en el que llegaba a la mesa.

Soltó un suspiro, exhausta.

—Hola, chicos —saludó con pesadez.

—Maldita desvergonzada... —susurró Calvin por lo bajo, posicionándose a su lado y mirándola con rabia viva.

—Bellísima... —Susurró Lyssandro en voz audible, levantándose de su asiento y mirando a Alice embelesado.

Alice lo miró abriendo los ojos de par en par.

—¿Lyssandro? —preguntó anonadada.

—Permíteme decirte que estás bellísima, Alicia —dijo éste tomando su mano y depositando un beso en ella.

Alice se sonrojó con fuerza.

—¿Y este qué demonios hace aquí? —preguntó Calvin con altanería, posicionándose junto a Alice con los brazos cruzado y mirada dura.

—Pues, he regresado a finalizar mis estudios aquí —contestó Lyssandro sin darle importancia a la poca amabilidad de mi amigo—. Pero qué falta de educación... Ven Alice, aquí hay un asiento libre junto a mí.

El chico ya había tomado de la muñeca a Alice y la estaba guiando al asiento, cuando Calvin se metió por el medio.

—¡El asiento de Alice es junto a mí! —exclamó.

Lyssandro, desconcertado, miró a mi prima.

—Bueno, si tienes algún problema en sentarte junto a mí lo entenderé y...

—No, no tengo ningún problema, Lyssandro, no le hagas caso a Calvin —respondió mi prima, sonriéndole al chico con amabilidad.

Calvin la miró con indignación.

—¡¿Qué haces, estúpida?! ¡Tu puesto es junto a mí, no junto a ese tipejo! —chilló haciendo berrinche.

¡Dios mío, pobre Lyssandro! La indiscreción de Calvin seguro no le estaba sentando nada bien en su regreso... Aunque, se veía bastante contento mientras mantenía su mirada fija en Alice.

Alice lo miró enarcando una ceja.

—Bueno, ¿y a ti qué mosca te picó? Yo me siento donde a mí se me dé la regalada gana —replicó.

Lyssandro soltó un suspiro embelesado susurrando un "qué carácter" y Calvin respiró hondo y se sentó al otro lado de ella, lanzándole cada cierto tiempo miradas de odio tanto a la chica, como al nuevo integrante.

Mientras tanto, yo me asfixiaba en la testosterona.

—Oye, Claire, ¿podemos hablar en privado un momento? —me susurró David cautelosamente.

Asentí y me levanté de mi asiento con él en conjunto.

—Ya volvemos, chicos.

Todos, a excepción de Lyssandro que estaba concentrado en su comida y en mi prima, nos miraron con picardía.

—¡Usen protección! —exclamó Nathalia cuando ya habíamos dado unos cuantos pasos lejos.

—Dios, están obsesionados con la idea de que tuvimos sexo en la playa, ¿puedes creerlo? —dije yo intentando alivianar el ambiente cuando estuvimos lo suficientemente lejos.

David salió del comedor y se detuve en el pasillo. Me miró con seriedad.

—No te quiero volver a ver cerca de ese tipo —ordenó.

Yo enarqué una ceja.

Una cosa era que me dijera que le molestaba verme con una persona y que me dejara saber su disgusto al respecto... Y otra muy diferente era que me prohibiera mantener el contacto con esa persona.

¡Oh no, chico, yo no soy el tipo de chicas que se somete por ningún chico!

—¿Disculpa? —dije dándole una segunda oportunidad de entrar en razón y usar su sentido común para retirar lo que había dicho.

Sin embargo, siguió con el porte de seriedad.

—Me escuchaste perfectamente bien —aseveró.

Me crucé de brazos.

—No puedes prohibirme hablar con alguien, David. Lyssandro y yo sólo somos amigos, nuestra relación terminó hace mucho tiempo. Además, ¿no te fijaste en cómo mira a Alice?

Soltó un suspiro frustrado.

—Cariño, la idea de verte cerca de él me hace un nudo en el estómago, ¿no has visto cómo te miraba y te halagaba hoy? —preguntó con tono alterado.

Rodé los ojos.

—Es su cultura, David, a la chica a la que está mirando en este momento de manera especial es a Alice. Además, ¿no confías en mí?

Me miró callado por un buen rato.

—¿Y bien? —pregunté yo con impaciencia.

—No confío en él —dijo finalmente.

Lo miré con ternura y me acerqué a él para darle un corto beso en los labios.

—Sería incapaz de traicionarte, David —Le aseguré.

—¿Me lo prometes? —preguntó en voz baja como un niño pequeño que le pregunta a su mamá si algo irá bien.

—Te lo prometo —contesté yo.

Soltó un suspiro aliviado y me dio un beso en la mejilla.

—Hoy pasaré por ti a las siete, ponte ropa cómoda.

Sonreí de oreja a oreja.

—¿A dónde iremos? —pregunté emocionada.

Me miró con diversión.

—Es una sorpresa —contestó.









Nota de la autora:

Lo prometido es deuda y, como les dije hoy en es post que les dejé en mi perfil, aquí les traigo un nuevo capítulo. Espero que les haya gustado.

¿Qué piensan de Lyssandro?

¿Calvin huele a celos?

¿Por qué Robert y Lyssandro se miran con tensión?

¿Habrá un Alissy o un Lyce por allí?

¿Les gustó el capítulo?

La verdad mis más sinceras disculpas por tardar tanto en actualizar, en mi perfil podrán encontrar la explicación de por qué lo hice.

Mi Twitter por si gustan pasarse por ahí: @erika_gomez_99

¡Los quiero muchísimo!

Xoxoxoxoxoxoxoxo.

Inaccesible ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora