Capitulo 12: Tal Vez

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Era increíble, totalmente increíble, el concierto había sido una experiencia única para Camila, podría decir que había sido uno de los mejores conciertos a los que había asistido, amaba esa banda con todo su corazón. No podía esperar a contárselo a Lauren. Una sensación extraña se apoderó de su cuerpo, como una corriente eléctrica con el simple hecho de pensar en volver a verla, quería verla de nuevo, y no solo hablar con ella por mensaje, quería ver otra vez esos hermosos ojos color esmeralda.

Camila eventualmente abrió los ojos para así darse cuenta que había dormido en el sofá, observó que Dinah estaba a su lado, y sonrío internamente. No había mejor persona en el mundo que la quisiera tanto como su amiga, más que su amiga se había convertido en una hermana para ella.

Comenzó a moverla para despertarla, Dinah aún adormilada le dio un manotazo a Camila.

—Dinah por favor tienes que levantarte.— dijo moviéndola una vez más. —Estas encima de mi, por favor.

—Camila te esperé hasta las 3 de la madrugada.— dijo acomodándose nuevamente sobre el hombro de Camila. —Lo mínimo que espero de ti es que me dejes dormir un poco más.

Camila dio un suspiro de resignación. Tenía razón era lo mínimo que podía hacer.

(...)

—¿Esa es la cara que tienes después de haber asistido al mejor concierto de nuestras vidas?— preguntó Verónica entrando a la oficina de Lauren.

—¿Cuántas veces tengo que decirte que tienes que tocar la puerta antes de entrar?— dijo Lauren, cerrando su laptop. —Y tengo esta cara porque a diferencia de ti, yo sí tengo que trabajar.

—Hoy amaneció Lauren gruñona.— dijo Verónica sentándose en uno de los sillones que había en la oficina de su amiga. — No te vi muy feliz anoche.

—El concierto estuvo bien.— dijo Lauren incorporándose nuevamente en su asiento, abriendo su laptop, dispuesta a evadir lo que ya sabía que venía.

—¿Bien? ¿Sólo bien?— preguntó Verónica un poco sorprendida. — A ti te pasa algo.

—¿Me pasa algo? Me pasa que tengo trabajo que hacer y tú estás aquí haciéndome perder el tiempo— respondió en tono seco.

—¿Acaso hablaste con tu madre?— cuestionó Verónica. —¿Qué te pasa?

—No me pasa nada Verónica.— dijo Lauren. —¿Ahora puedes dejarme trabajar en paz?

Verónica estaba acabando con la poca paciencia de Lauren, esa mañana se había levantado con la clara intención de tratar de ocultar lo que le pasa, pero desde que había llegado no había podido dejar de pensar en Camila, y lo odiaba, odiaba que había vuelto a ser la Lauren vulnerable que algún día fue.

El trabajo siempre había sido una buena manera para evadir sus sentimientos, así como lo había hecho durante los años pasados. Se había vuelto una esclava del trabajo o tal vez se había vuelto una experta en evadir sentimientos. Pero ¿Dónde había quedado esa experiencia? Porque cerca de Camila parecía haberse esfumado de un día a otro.

Al ver la mirada perdida de Lauren, Verónica entendió cuál sería probablemente el problema de su amiga.

—Camila.— dijo Verónica sacando a Lauren de sus pensamientos. —Es Camila ¿cierto?

—¿En serio?— preguntó Lauren sarcásticamente. —¿De verdad crees que tengo tiempo para preocuparme por esas cosas? Creí que me conocías mejor.

El idioma de las estrellas (Camren)Where stories live. Discover now