Capítulo 3: Destino

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Habían pasado dos semanas y Camila ya había hecho amistad con Ally y con Sandra, pasar la tarde trabajando era cosa de nada cuando tenía la compañía de estas dos. Camila había encontrado otra vez la estabilidad en su vida, me atrevería a decir que era mucho mejor ahora.

No era como si su anterior trabajo no valiera la pena, pero en realidad, el ambiente de este nuevo trabajo valía la pena aún más. Simon no era un jefe arrogante como lo era su anterior jefe.

Con una rutina totalmente diferente estaba Lauren, quien durante esas dos semanas continuo su vida tal y como siempre.

Se acercaba el cumpleaños de su mejor amiga, consejera y compañera de fiestas: Keana.

Lauren había pensado en regalarle un coche, pero después llegó a la conclusión que en verdad Keana no lo necesitaba, quizá su padre hasta le regale uno también, pensó en regalarle algo simbólico, algo que para ella sea especial, algo que tuviera esa especie de sentimentalismo, y que mejor que un collar, una pulsera, o hasta un anillo ¿porque no? eso era, Lauren pensaba que así podría llevarlo con ella siempre y le recordaría lo que su amistad significa para ella.

Keana le había confesado a Lauren sus sentimientos hacia ella cuando estaban en la secundaria, pero en ese momento o más bien dicho en aquella etapa de la vida de Lauren ella no tenía ningún interés en personas de su mismo género. A decir verdad Lauren nunca quiso admitirlo.

Era martes y el cumpleaños de Keana era el jueves, por lo que Lauren le pidió a Diana que no le agendara nada para ese día.

Muchas veces Lauren prefería manejar sobre las calles llenas de trafico, y le deba el día libre a su chofer. Hoy era uno de esos días.

Se dirigía hacia la joyería que Verónica su amiga, le había recomendado, según su amiga era la mejor que había conocido, aseguró que tenían el mejor servicio, por lo que Lauren accedió a ir.

Lauren estaciono si coche, bajo de el para entrar a la joyería.

(...)

—Camila ven ayudarme a acomodar estas cosas.— dijo Simon.

—¡A la orden!— dijo Camila con un cierto tono militar.

Camila hizo lo que Simón le había pedido, se encontraba ahora en el almacén acomodando algunas cajas viejas que ya no utilizaban. Las revisaba para asegurarse que no llevarán el contenido inadecuado, si estas lo tenían las sellaba con cinta y las apilaba de una en una. Le tomó a Camila 30 minutos, terminar con cada una de las cajas.

Salió del almacén y se encontró a Sandra y Ally hablando.

—¿Novedades?— preguntó Camila.

—No.— dijo Sandra negando con la cabeza.— Sólo una chica que venía por un anillo.

—Parecía que se iba a casar.— comentó Ally.

—Ally por favor,— Sandra rodo los ojos.— Seguro era para su madre.

—Si fuera para su madre hubiera elegido otro tipo de anillo.— argumentó Ally.

—Basta chicas.— hablo Camila interviniendo.— ¿Que anillo llevo?

—Este de aquí.—dijo Sandra señalando el anillo que aquella chica se había llevado.

—Definitivamente no era para su madre.— dijo Camila al ver el anillo.

—Te lo dije.— comentó Ally victoriosa.

—Siempre crees tener la razón.— respondió Sandra, tratando de ignorar a su amiga.

El idioma de las estrellas (Camren)Where stories live. Discover now