• 1. Empleo

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Oh Dios, esto si que es vivir. He conseguido propio departamento ya amueblado. Claro esta, es rentado, pero dejen que viva el momento, lo merezco. No es grande, pero es lo suficientemente cómodo para mi. Y lo mejor de todo es que ¡Tengo mi propia cama! Que al parecer esta rellena de nubes gloriosas.

Pero basta de blahblah y vamos a enfrentarnos a la misión del día que es  buscar el dichoso empleo. Dios se apiade de mi.

Estoy con la ropa más presentable que tengo en mi armario, una falda con  color crema y una camisa hasta el cuello color negra. Y estará demás decir que estos infelices tacones me están sacando la vida por las uñas de mis pies.

Violeta, solo es cuestión de acostumbrarse.

Se dice que al mal tiempo buena cara, pero apuesto que mi cara parece de estreñida al forzar una sonrisa cada vez que me doblo un pie.

El maquillaje muy sencillo, no confío en estos productos y tampoco es que me interese resaltar. Así que algo lindo y simple basta. 

Cuando físicamente estoy preparada pero mentalmente no, decido salir y darle mi mejor sonrisa al día.

Mi impresión sobre Nueva York es obvia, es magnífico. Mucho tráfico por donde quiera, muchas personas caminando por las aceras y una brisa fría ya que el día está nublado. Camino por la acerca y mientras lo hago hecho un ojo en todos los edificio que veo. Un restaurante japonés. Decido entrar porque se ve muy fino y así debe de ser la paga cual necesito demasiado.

–Buenos días.– digo a la chica que tiene un buen vestido color rojo y una libreta en sus manos.

–Buenos días señorita.– dice com su acento japonés (o eso supongo) muy marcado en cada palabra.

–Disculpe, quisiera saber si hay una plaza de trabajo para mí?– pregunto lo más cortes que puedo y ella me mira raro.

–Aquí solo trabajar japonés, no americanos.– ella niega son su dedo –Shu shu, fuera de aquí.– y así fue como me sacaron a patadas del primer lugar.

Segundo lugar : estación de policía.

–Nos hace falta alguien que de vigilancia por dentro en las noches.– dice el alguacil y trago gordo –Sería hasta por la mañana, vigilando a los detenidos y cualquier cosa, usted sola.– continúa y río nerviosa.

–Creo que lo tendré que pensar. Gracias y adiós.– ¿Por que huí del segundo lugar? Pues nada más de pensarlo me lleno de miedo.

Tercer lugar : Night-club.

–Si, bueno.– dice el chico sin camisa observándome descaradamente –Puedes servir tragos.– señala a la chica que está en su lado quien mastica descortés su goma de mascar y exhibiendo sus senos –Pero te tendrás que vestir así, actuar así y ser así.– frunzo el ceño.

–Lo siento señor, pero no creo que sería capaz de vestirme así.– mejor dicho, de vestirme como zorra, pero tampoco quiero ofender.

–Eso atrae clientes y además, la paga será treinta por hora.– dice y ahí es que nos empezamos a entender.

–Eso estaría genial.– pero luego observo el alrededor, no parece un antro de mala muerte exactamente, pero no estoy acostumbrada a esto.

Mi Maldito Jefe  {Sin Editar}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora