Capítulo 1

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Alemania, 1941, auge de la segunda guerra mundial, el horror y el caos se desata en Berlín. La pesadilla que vivían los judíos y comunistas era una realidad cada vez más extenuante y violenta en manos de las represalias nazis, el mundo estaba dividido por una gran disputa al parecer imposible de resolver.

Jungkook cumplía como un joven soldado alemán al mando del ejército del sector sur de la capital, sus costumbres y tradiciones familiares no le dieron opción a pensar diferente, por lo que actuaba con el propósito de enorgullecer a sus antecesores, sin importar que se convirtiese en un asesino legal para la época.

-Esta peste no muere nunca ¿Cuántos hoy Jeon?—Preguntó uno de los oficiales de Berlín aludiendo a la cantidad de judíos exterminados, lo más cruel de la masacre era la humillación que debían sufrir y el juego que les parecía a los alemanes darles muerte.

-Alrededor de 100, mañana debemos ir y supervisar el campo de concentración en las afueras de la ciudad—Respondió Jungkook de forma fría, había olvidado que era sentir amor o calidez proveniente de otro individuo. Su padre lo educo estrictamente para que se convirtiera en un hombre duro con el fin de que formara parte de la milicia al igual que su abuelo y su bisabuelo, mientras que su madre dejó de mimarlo cuando comenzó la guerra, para verlo con un semblante triste.

-Buen trabajo hoy, no debemos mostrar compasión hacia la raza inferior—Insistió su compañero de área.

-Ni siquiera pueden considerarse humanos, no merecen respeto, no merecen vivir—Concluyó Jungkook, a pesar de que en muchas ocasiones se planteó el significado de la guerra y de los conflictos hacia una etnia distinta, no permitió que su mente indagara más, ya que el miedo a ser descubierto y castigado por ideas revolucionarias lo aterraba, principalmente el rechazo de su familia.

Por otra parte, al otro extremo de Berlín se encontraba la familia judía de los Park escondidos en el pequeño departamento de un noble matrimonio alemán que se dedicaba a ayudar a los prófugos políticos y a los judíos.

-Muchas gracias señores Huber, no sé qué habríamos hecho sin su ayuda—Agradecía Gali Park, madre de tres hijos y esposa del médico Eli Park, renombrado por su destreza como pediatra hasta la marginación de su gente.

-Cuídense por favor, saben dónde deben acudir ahora, este lugar no es seguro, nuestros amigos los ayudarán, gracias doctor Park si no fuera por usted y por su hijo Jimin, nuestro pequeño no estaría con nosotros ahora—Habló la mujer mientras se dirigía a Jimin, el hijo mayor de los hermanos, quien había decidido ser aprendiz de su padre para conservar los conocimientos médicos de gran utilidad en el momento.

-No es nada por favor, ustedes hicieron mucho arriesgando sus vidas para protegernos—Jimin le sonrió al joven matrimonio con fuertes ideales, eran personas admirables.

Las familias se despidieron y los Park emprendieron viaje hacia el norte de Berlín, no debían quedarse mucho tiempo pues el campo de concentración Sachsenhausen, cercano a la capital, solicitaba nuevos judíos para exterminar, por lo que los nazis actuaban con mayor brutalidad para reunir una cantidad de personas considerables para torturar.

Avanzaban por las oscuras calles de Berlín, escuchando la ruidosa sirena de los tanques junto al zapateo de cientos de nazis que buscaban matar a los enemigos del gobierno de Hitler. Jimin cargaba en su espalda a su pequeño hermano Dan, mientras que su padre arropaba a Magui, la menor de la familia, de la mano de su esposa.

-Queda poco, no paren por ningún motivo, saben las reglas—Hablo el padre de Jimin mientras trotaba cada vez más rápido entre los estrechos callejones con enormes muros de ladrillos que rodeaban la ciudad. Habían determinado en un acuerdo común que no se detendrían por nada ni por nadie, si uno de la familia caía, debían dejarlo para proteger al resto, sin embargo Jimin nunca fue obediente a la regla, ganándose una gran cicatriz debajo de su nuca al recoger a su hermano caído en una de sus tantas huidas al comienzo de la guerra, en manos de un oficial nazi al parecer de su misma edad. Según lo que recordaba Jimin era unos centímetros más alto, se veía su experiencia con las armas pero no con la muerte, ya que la duda se reflejaba en sus ojos, iba a dejar que los dos hermanos huyeran hasta que escuchó el grito de otros oficiales detrás de él, fue así como lo golpeó con la parte trasera de su escopeta y le rajó la piel con el filo de un cuchillo, lo curioso fue escuchar su murmullo diciendo levemente corre.

In war and in love (Kookmin)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora