Cuando Cae La Noche

Culpables

Me senté en el suelo pensando que todo era culpa mía. No volví ha acercarme a su habitación hasta tres días después. Me quedé encerrada en mi habitación pensando en lo traicionado que se podía sentir Jace. Que le había fallado cuando más me necesitaba.

Al cuarto día entró su hermana en mi habitación.

-Tienes que hablar con el.

Yo estaba sentada en el suelo al lado de una camilla.

-No puedo, me odia.

-No te odia.

-Le he traicionado.

-Te sentiste mal. Pero ahora debes hablar con él.

-Dile que me perdone por favor.

-No. Díselo tú. -Se acercó a mí- Lo del otro día fue un momento de debilidad. Pero ahora es cuando no puedes fallarle. Él esta mal, muy mal.

-Acompañe a la habitación.

-Muy bien cariño.

Me acompañó hasta la puerta y se fue. Yo llamé esperando contestación, pero no recibí ninguna. Así que entré.

-Jace lo siento.

-...

-Por favor perdóname.

-¿Por qué no has venido?

-Me sentía mal por lo que hice. Por favor dime que estás mejor.

-Siéntate.

Me senté en una silla que había en frente de su cama.

-Pero ahí no, encima de la cama.

Le hice caso y me senté a su lado.
Él me abrazó y yo no pude hacer otra cosa que llorar. Soy patética, o por lo menos lo era en ese momento.

-Perdóname.

-Lo hice en el momento en el que te ví salir de la habitación.

No pude separarme de él en el resto del día. Él seguía mal, pero yo hacía todo lo posible para hacerle sentir mejor.