Capítulo 12.

134 14 2
                                    

Rhett sigue abrazándome pero de un minuto a otro me suelta dándose la vuelta.

3:35 AM

Me levanto con cuidado de no despertarlo, tomo mi ropa vistiéndome aun con la camiseta de Rhett y salgo del apartamento en silencio.

Voy a mi casa de regreso para tomar dinero y cuantas cosas más que necesitare para el resto de la semana. Diviso la ventana y trepo la pared con ayuda del árbol que siempre me ha ayudado a entrar o salir de mi habitación reiteradas ocasiones. Lo llamé Dunkel. Lo sé, es raro.

Entro con cuidado por la ventana y ya en mi habitación de dedico a buscar una parte del dinero que escondía dentro de una muñeca, pero no encuentro.

Mi padre lo tomó.

Dejo la muñeca con cuidado en su sitio y tomo el resto de dinero que escondo debajo del colchón. Meto unas dos paradas de ropa en una pequeña mochila y salgo por el mismo lugar que entre.

Me detengo en la acera y miro en ambas direcciones de la calle sin saber a dónde ir, saco mi teléfono y deslizo mi dedo sobre la pantalla mirando los pocos contactos que tengo. Mi dedo se detiene un momento en su nombre, examino su número, guardo nuevamente mi teléfono y me dirijo hacia ella.

Prendo un cigarrillo en el camino y cuando llego a su puerta la toco mientras arrojo el cigarro al piso y lo aplasto con la suela de mi zapato. Se escucha a alguien caminar hacia la puerta, me estoy arrepintiendo pero aun así me mantengo de pie aquí.

-¿Brooklyn? -pregunta medio adormilada.

-¿Puedo quedarme aquí, Miranda? -susurro, ella me mira y se abalanza contra mí en un abrazo respirando contra mi cuello. La abrazo atrayéndola más hacia mí.

-Me alegra verte, pasa. -se separa de mí, me toma de la mano y me hace entrar cerrando la puerta.

Me conduce a la habitación.

Miles de recuerdos pasan por mi mente al estar en esta casa de nuevo. Fiestas de las cuales no recuerdo mucho, ratos en la piscina y tomando el sol, peleas y demás cosas que he dejado atrás por unos cuantos años.

Arrojo la mochila en algún lado, me quito los zapatos y me recuesto junto a ella en la cama. Me abraza como Rhett lo hizo hace unos pocos momentos, pero a diferencia de él, Miranda me besa la sien y me susurra que todo estará bien, aunque sabe que en este preciso instante nada no lo está.

>>>

-¿No tienes que ir al colegio? -pregunta contra mi cabeza.

-Estoy suspendida una semana. -respondo sin muchos ánimos.

-Estas volviendo -comenta con una risita.

-Pero no quiero -me volteo para verla al rostro -. En dos meses cumpliré veinte y todavía sigo atrapada en el colegio por seis meses más.

-Te haré una fiesta por tus veinte. Y espero que esta vez sí vengas.

-Yo no te prometo nada, Miranda.

Suspira derrotada. En todas las fiestas que ella ha hecho para mí no suelo asistir y ella lo sabe. -¿Quieres desayunar algo? -cambia de tema.

-Si. Te ayudaré.

Nos levantamos y en silencio nos dirigimos a la cocina a preparar algo. Miranda busca algo en la nevera y saca un par de huevos y una caja de jugo de uva.

Enciendo la estufa y coloco un sartén encima. Miranda se acerca dejando las cosas sobre el mesón pero mi teléfono resuena en toda la casa haciendo que pegue un brinco y salga en busca de el para contestar.

This Is A Bad Idea©Where stories live. Discover now