-Espera, espera.... ¿Esa chica te ayudo a escapar de ahí?.- Asentí tímidamente.- ¿Del campamento?.- volví a asentir.- Hailie Brooks!!!, ¿Te juntas con personas rebeldes que no tienen un futuro en su vida y solo saben cometer fechorías contra la ley?.- Puse los ojos en blanco. Me encabrona que los padres juzguen tanto a los demás, a la clase de amigos, son mis amigos y soy lo suficientemente madura para saber como los elijo...-Hailie!!.- Me saco de mis pensamientos con un grito, regañandome. Me puse de pie, dispuesta a hacerme la ofendida y tomarlo de excusa para irme.


-Yo la intuí a que se escapara, ¿Entiendes?, yo le pedí que me ayudara, no ella a mi!.- Dije con rebeldía, fingiendo estar enojada.- Siempre andan juzgando a la gente, ¿Porque primero no se ven ustedes mismos antes de juzgar mal a los demás?.- Rodé los ojos y empece a caminar, saliendo triunfante de allí, hasta que sentí que tomaron mi antebrazo.


Me di la vuelta y pude ver una mirada de una madre muy decepcionada de su hija, lo que me rompió el corazón totalmente, pero debía hacerlo, era peor si se enteraban de la verdad.


-¿Que te esta pasando, Hals?, ¿Desde cuando eres así?, ¿Desde cuando no te importa nada y eres rebelde?, ¡¿Desde cuando?!- Empezó a alterarse.- Sabia que el campamento era una mala idea, la forma en que "entrenaban a los rebeldes y niños a la perfección", eso no me convencía para nada, eso... Dios!, ¿Era un campamento para... monstruos?, apuesto a que estaba lleno de emos y góticos raros que solo te meten en la cabeza las ideas de...


-Basta!, ya basta, ¿bien?, cállate!.- Dije con rebeldía, lo que la sorprendió.- Ya me estoy hartando, siempre quieren ser los perfectos y hablar mal de la gente y fijarse en si son gente de clase alta o clase baja!.- Mire a mi padre, quien se veía furioso, mi mama tenia los ojos aguados, aguantando las lagrimas que amenazaban con salir.


-Listo, esto es el colmo. Buscare información sobre ese tal campamento.- Empezó a teclear en la laptop que le había pasado el mayordomo.- Oh no!, vera todo lo que paso, se dará cuenta de todas mis mentiras.


-No!, no, no.... papa...- El dirigió su mirada hacia mi.- Prometo portarme bien, portarme mejor... es mas... ponme un castigo, ¿si?.- Rápidamente su mirada cambio y frunció el ceño, se veía confundido.


-Hija, ¿Te encuentras bien?, ¿Porque tan nerviosa?.- El mayordomo sonrió pícaro y le di una mirada fulminante, lo que lo hizo ponerse serio rápidamente.


-Es que creo que estoy enfermando, es todo.... no soy así, ¿Saben?, creo que me llegara la regla y...


-Hailie....- Mi madre se acerco, estaba feliz, pensaba que me iba a dar un abrazo, hasta que...- Te he dicho que no se le dice "la regla" ni el tal "Andres", a esa tal cosa... se le llama "periodo", ¿Entiendes?.- Listo. Ya no aguanto. Fulminada por la rabia, me zafe de su agarre y corrí hasta mi habitación.


De verdad solo pienso que me quieren para ser un robot o la niña mas ricachona y presumida. No les gusta que los avergüenza y eso me llena de rabia porque no me ven como una hija, sino como una chiquilla cualquiera con el trabajo de educarla, y no es así.


-Ella definitivamente tiene algo, debemos ser mas estrictos con ella.- Escuche la voz de mi padre a lo lejos. Subí las escaleras y me encerré en mi cueva para no volver a salir.

Mi PrimoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant