VI

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-Vamos, cuéntanos de nuevo

- Solo se quedó un rato y conversamos...

- Si claro

- Lo juro

Estábamos Sam, Bekah y yo sentadas en la última fila, cuchicheando en clases de Matemáticas. Ese día en especial hacia un frío tremendo. Después del temporal, no podía esperar a que llegara el otoño, mi estación favorita. Todos los colores, las hojas, definitivamente eran paisajes dignos.

- ¿Dónde demonios está tu hermano Bekah?- pregunta en ese momento Sam

-No lo sé, probablemente viene tarde ¿Porqué?

- Tenemos que hacer un trabajo de Biología y el muy bruto no se digna a aparecer.

-Si necesitas que trabaje ya voy yo y le pego un buen golpe en la cabeza- dice Bekah con una sonrisa maliciosa.

- Gracias Bekah pero preferiría hacerlo yo misma...

Nos reímos y en eso el profesor me mira directamente.

-Claro, la señorita Jordan y compañía como siempre conversando.

- Profesor yo...

-Sin excusas- me interrumpe- A la oficina del director, ya me cansé de ustedes tres.

Agarré a Sam y a Bekah que miraban al profesor con furia, apunto de responderle, y me las llevé de ahí.

- ¿Maddie porque me sacaste de ahí? Podría haberle hecho mi gancho de derecha que tanto he practicado- dice Bekah

- Bah, lo he visto, es muy malo

-¡Oye!

Caminamos hacia la oficina del director y Sam y Bekah entraron. Yo me quedé atrás pues tenía que abrocharme el zapato.

- ¿Tan temprano y en problemas?- dice una voz grave ya familiar. Levanto la vista y veo a James caminando tranquilamente hacia mí con las manos en sus bolsillos, sus audífonos sobre los hombros y su cabello oculto por un gorro negro. Dios, amo los gorros.

- No fue mi culpa- le respondo- Mis amigas estaban hablándome a mua.

-Estoy seguro de que fue eso...- dice esbozando una sonrisa.

-Bueno, tengo que entrar, probablemente el director comemocos me castigue por el resto de la eternidad...

-Suerte. Ah y acuérdate de que te recojo a las 8-dice y se despide con la mano. Entro a la oficina y me encuentro con mis amigas ya sentadas enfrente de una gran mesa llena de papeles y tazas de café y al director en una silla giratoria dándoles un sermón.

-Ah señorita Jordan, llega justo cuando les iba a asignar un castigo.

-Me alegro

-No sea maleducada, voy a escribir una nota a sus padres- dice buscando su lápiz, lo encuentra y al alargar la mano para agarrarlo se le escurre entre los dedos y cae al suelo -¿Pero qué...?- Se agacha a recogerlo y su silla rueda hacia tras y el cae con toda su cara directamente al piso. Las chicas y yo estábamos muertas de la risa, pero nos callamos cuando se levanta furioso y nos mira- Van a ver lo que es bueno...- se interrumpe nuevamente cuando le llega una piedrita en la cabeza proveniente de la ventana- Ya atraparé a quien me lanzó esa piedra, vándalos... ¡Ya váyanse antes de que pierda la paciencia!- nos grita con la cara roja. No necesitamos que nos lo repitieran, salimos corriendo de ahí. Sam se cayó en el camino y como somos buenas amigas, claramente la dejamos ahí tirada.

***

-¿Qué es ese revés Maddie?- me grita mi profesor de tenis Paul, ya llevaba 2 horas jugando y mi mano no podía más.

POWERLESS©Where stories live. Discover now