Love is Just a Game

Cap. 25: "Rompiendo los Muros"

Como algunas/os ya saben, tuve una recaída con mi salud y no pude terminar de publicar el maratón, pero aquí estoy de regreso con lo que faltaba ;)

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El ojiazul había tenido un día complicado y lleno de muchas inquietudes. Contaba con ansias las horas que faltaban para poder viajar y ver a su mejor amiga así como a Blaine. Él último mensaje que había recibido de él lo tenía preocupado.

- Cariño, estás muy distraído.

- Lo lamento Leo.

- Tranquilo, entiendo que fue un día difícil. Tal vez deberías tratar de descansar. – Le acarició la mano. – Ya me tengo que ir, el Sr. Blurry me espera.

- Seguro, cuídate y que todo salga muy bien. – Lo acompañó hasta la puerta y ahí el de cabello oscuro lo tomó por la cintura y lo besó.

Kurt abrió los ojos luego de unos segundos y vio ese rostro perfecto, aquellos ojos que le fascinaban y esos labios gruesos que sabían tan bien. Cruzó los brazos por el cuello del chico y profundizó el beso. Al separarse soltó un pequeño susurro – Blaine...

- ¿Cómo me dijiste? – Gruñó furioso.

- Lo siento, no... no fue intencional... No es lo que crees.

- ¿Ah no? ¿Entonces por qué dijiste el nombre de ese idiota cuando me besaste?

- No he podido dejar de pensar en él, pero porque estoy muy preocupado. No está nada bien en ningún sentido y hace dos días no contesta mis llamadas ni mis mensajes. Tengo miedo de que le haya pasado algo.

- Puedo comprender eso, pero de ninguna forma vas a decirme que esa es la razón por la que dices su nombre cuando me estás besando.

Se honesto conmigo. ¿Sientes algo por él, Kurt? Y no me digas que es tu amigo y toda esa tontería. ¿Tienes sentimientos hacia Anderson?

- No, claro que no. Lo que siento por Blaine es un cariño de amigo, eso es todo.

- ¿Cómo puedo creerte? Últimamente has estado actuando tan extraño y siempre tiene que ver con él.

- Te amo Leo. Te lo he demostrado en todas las formas posibles.

- En unas horas te vas al aeropuerto... pero... quiero que estemos juntos antes de que lo hagas.

- Hemos pasado juntos desde que salimos del trabajo.

- Me refiero a íntimamente. Si me amas no creo que eso sea un inconveniente. Quiero hacerte el amor antes de que te vayas por toda esa larga semana.

- ¿No se te hace tarde para tu cita?

- Sólo tendré que ser rápido al arreglarme. – Comenzó a besarle el cuello. – Dime que sí, amor.

El castaño asintió y se dejó llevar. A los pocos minutos ya estaban en la habitación despojándose de la ropa y cayendo sobre la cama.

Leonardo devoraba con ansias la piel desnuda de su novio y éste en medio de gemidos cerró los ojos. Las sensaciones que lo inundaban fueron bloqueadas por el recuerdo del ojimiel sonriendo a la cámara del teléfono.

- Gracias Kurt por haberme llamado.

- No tienes nada que agradecer.

- Escuchar tu voz es como un rayo de luz que me calienta.

- Luego dices que no eres dulce. Eso fue hermoso.

- Tú eres hermoso. – Sonrió.