★ Treinte y Ocho ★

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Ha pasado exactamente un mes desde la primera vez que fui a visitar a JiMin. Después de que su corazón se haya detenido por un par de segundos aquel día, pudieron salvarle la vida; aunque los médicos nos informaron que por poco y no lo hace. Aún no despierta, luego de aquella intervención tan desesperante, se ha encontrado en terapia intensiva para poder ser vigilado, como precaución por si volvía ocurrir algo parecido y por esa razón, nadie puede entrar a verlo, o era así hace unos días.  

HoSeok me había llamado en la mañana para darme la noticia de que ya ha vuelto a estar fuera de peligro y que puedo ir a verlo más tarde, cuando su madre no se encuentre.

La señora Park nos había pillado a HoSeok y a mí aquel día, y prácticamente nos obligó a irnos, a gritos. Tan sólo he podido ir a verlo unas cinco veces por lo ocupado que he estado con los finales de la universidad y por las prohibiciones de la madre de JiMin. He sido sacado más de tres veces por enfermeros que tienen reglas estrictas de no dejarme entrar a verlo, pero, después de tantas insistencias por parte de nosotros tres, ahora nos dejan entrar y fingen que no nos ven.

Bueno, después de que Taehyung les derramara suero por todas sus caras, creo que es muy obvio que no se volverán a acercar.

—Eso es todo por hoy, nos vemos la próxima semana y no olviden estudiar para el último parcial. Pueden marcharse.— una vez el profesor termina de hablar, todos comienzan a salir de a montón del gran auditorio en donde nos dan las clases. Guardo mis cosas en mi porta- documentos y salgo corriendo de ahí, para ir al hospital.

Se me está haciendo costumbre el ir a visitarlo, aun cuando tan sólo lo veo inconsciente en una camilla, es inevitable no poder estar a su lado o, al menos, verlo.

Mi teléfono comienza a sonar, es una llamada de Taehyung; deslizo mi dedo sobre el aparato y me lo llevo a la oreja.

—“Tae, ya estoy llegando al hospital; en cinco estoy allá.”-

Escucho su llanto.

“Ji-Jimin…mu-u, él” —sorbe su nariz. — “Suga, JiMin murió.”

Dejo caer mi maletín al suelo. No puede ser cierto.

Sin importarme nada, corro lo que queda de camino y llego al hospital en menos de dos minutos. Paso de todos los que se cruzan en mi camino sin detenerme a ver si se encuentran bien después de haberlos empujado, tan sólo quiero ver a JiMin yo mismo.

Ni siquiera me detengo a tocar la puerta de aquella habitación de hospital que he visitado algunas veces, entro sin permiso alguno y miro la escena: Taehyung llorando a mares aferrado al cuerpo más bajo en un abrazo lleno de dolor; HoSeok se encuentra a un lado, también derramando lágrimas, intentando consolar a su novio, que no para de llamar el nombre de su amigo pidiéndole que vuelva.

Siento mis piernas flaquear y cómo la primera lágrima cae de mis ojos, y resbala por mi mejilla.

¿Entonces es verdad? JiMin ha muerto.

No quiero aceptarlo.

—¡Jimin, despierta! ¡Abre los ojos ya! Te necesito…— los sollozos y las súplicas de Taehyung cada vez son más fuertes y desgarradoras. Mi cuerpo al fin vuelve a reaccionar y, a pasos lentos, me acerco a ellos. Suelto un sollozo poco audible y también lo abrazo; tal vez mi dolor no se nota tanto como el de Taehyung, pero por dentro sí duele, duele y mucho.

No quiero admitirlo, pero ya es inútil seguir mintiéndome: en este poco tiempo que llevaba conociendo a JiMin, se había vuelto alguien importante para mí;  y ya no lo tengo más, nos conocimos hace poco y ahora ya no puedo volver a hablar con él.

—Yoongi…— murmura Taehyung poniendo una mano en mi hombro; no aguanto más el nudo que tengo en mi garganta y suelto todo lo que estoy reprimiendo, lloro.

Sí, lo hago igual que un niño pequeño, pero eso ya no me importa, necesito descargar todo lo que siento en estos momentos. —Dios, esto se pasó de la raya…YoonGi.—

—Déjame.— sollozo escondiendo más mi rostro entre las sábanas.

—Pero…—

—¡Que quiero llorar en paz, maldita sea!—

—YoonGi, mírame. — mi llanto cesa de pronto al oír aquella voz, no puede ser real; mi mente ya comienza a delirar, imaginando que me habla.

Pero, no es real.

Siento una mano cubriendo la mía, sorbo mi nariz un par de veces y levanto mi cabeza encontrándome con esos ojos rasgados, que siempre me han mirado con cariño, pero ahora lo hacen con preocupación. Abro los ojos, demasiado asombrado.

Él… Está…

—¿Jimin?—

—Me encuentro bien, YoonGi. Estoy vivo. — me sonríe con dulzura. Miro a los otros dos chicos: Taehyung, quien tiene una brillante sonrisa en su rostro, y a HoSeok, que porta la misma cara de asombro que yo.

—¿Qué significa todo esto?— limpio mis lágrimas con la manga de mi suéter. Aún no puedo creerlo.

—Yo te explico.— habla Taehyung, aclarándose la garganta. —Jimin despertó hace unas cuatro horas, te iba avisar, pero me quedé sin batería en ese momento. Después de que le hicieran algunos exámenes de prueba para cerciorarse que estaba en perfecto estado, estuvimos hablando un poco y quisimos ver qué tan importante es él para ti, y por eso armamos esto… Pero, se salió de nuestras manos. Siendo sincero, no pensé que reaccionarías tan mal…Lo siento por eso.—

Miro con enojo a Hoseok.

—¡¿Sabías de esto?!—

—Por supuesto que no. — alza sus brazos con inocencia. —¿Acaso no ves mis lágrimas? Mira, mira. — abre su ojo.

—Bueno, HoSeok también estuvo a prueba de algún modo, no se lo dijimos porque es un pésimo actor. — vuelve a explicar Taehyung, HoSeok lo mira indignado. —Vamos, Hobi, no pongas esa cara, que bien sabes que es verdad.—

Así que todo esto ha sido una broma…

Me suelto del agarre de JiMin y camino hacia la salida. Ni siquiera sé por qué estoy tan enojado, él está vivo y eso.

—¡Yoongi, espera! — oigo su llamado, giro sobre mis talones y observo como intenta caminar aferrándose a la pared; sus piernas le flaquean y apenas da pequeños pasos torpes por haber estado más de un mes sin usar sus piernas. Suspiro pesado y me acerco a ayudarlo.

Después de todo, aún sigue débil y no voy a dejar que se ponga peor.

—Lo siento, la insistencia de Tae pudo conmigo. — murmura una vez lo cargo en mis brazos, como si fuera un koala, y vuelvo a la habitación designada para él. Los novios, al verme con JiMin, salen y nos dejan solos.

—¿Estás enojado? — me mira con ojos de cachorro abandonado, lo dejo recostado en la camilla y mantengo mi mirada seria, que bien sé que lo pone nervioso. Hace un leve puchero.

—No estoy enojado.— murmuro, negando con la cabeza. —¡Estoy furioso! ¿Cómo se te ocurre hacerme algo así? — le doy un pequeño golpe en el brazo.

—¡Hyung, que estoy malito!—

—Malito te voy a dejar por la tontería que acabas de hacer con el tonto de tu amigo. — le grito, pero él sonríe olvidándose por completo del golpe.

Bipolar.

Se mueve, quedando sentado al borde de la camilla, y rodea mi cintura con sus brazos. Deja descansar su cabeza en mi hombro y me abraza más fuerte, le correspondo el abrazo.

—Te extrañé.— murmura en mi oído, sonrío.

Yo también lo extrañé.

[윤민] WhatsApp Y Algo Mas...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora