Capítulo 7

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—¡Tense tranquilos!— gritó Castiel para calmarnos.

Roshermi y yo nos habíamos subido a la mesita de centro a bailar, Armin saltaba en el mueble, Lysandro contemplaba la escena con gracia y Kentin, en realidad no sabía qué hacer. Yo no le había contado mis motivos para estar en ese lugar. Castiel se acercó a nosotras echando humo y a ambas al mismo tiempo nos baja de la mesa para luego amenazar a Armin con pegarle un puñetazo si no dejaba de ensuciar el sofá.

—¿Por qué cambiaste de opinión tan drásticamente?— le pregunté.

—¿Quieres que vuelva a dejarte de lado?— negué moviendo la cabeza— Ya que Lysandro canta y yo toco la guitarra, te quedarás con el bajo aunque en ocasiones podrías cantar.

—Puedo cantar siempre— le recriminé—, además no siempre se utiliza un bajo entonces también puedo tocar la guitarra y hasta el piano.

—Si si ya veremos más adelante.

—Pues yo sigo siendo la manager— dijo Roshermi.

— Y yo seguiré creando ritmos los cuales pueden practicar con el ipad— continuó Armin dandole un tierno beso a la pelinegra en la mejilla.

—¿Se olvidan de qué estoy aquí?— atacó Kentin llamando la atención— Ya que Sam estará con ustedes quiero ser el guardaespaldas del grupo.

—No eres necesario, yo con un brazo en la espalda puedo vencerte enano.

—¿Quieres apostar?— le retó el castaño. Aunque fuese más bajo de estatura comparado con Castiel, tiene bastante experiencia militar y con un padre como el suyo, podrías vivir en el paraíso mientras sucede el fin del mundo.

—Es mejor quedarnos en la ignorancia— sugirió Lysandro antes de que yo lo hiciera.

—Bueno sigo hablando. Nuestra meta para lo que queda en este año es poder ser una de las bandas elegidas para el concierto y concurso que se realizará en año nuevo. Debemos prepararnos para ser los mejores en el escenario.

—¡Si capitán!— decimos al unísono exceptuando al albino y a Kentin quien nunca le subiría el cargo de idiota a Castiel.

—Pero todavía necesitamos a un baterista— dijo Lysandro.

—Creo que sé dónde podemos encontrar uno.

...

Estábamos en frente a la tienda de música a la que llegue a entrar el día que me había perdido por la cuidad. Entre y nada había cambiado a excepción de que ahora había música de fondo. Camine seguida de los otros chicos hasta el fondo del local encontrando al mismo señor de ojos grises con la niña solo que no estaban solos. Esta vez había otro chico con el pelo algo más oscuro que el de la infante, bien esculpido de hombros anchos y manos rasposas. Su cabello era algo ondulado tan largo que tenía una coleta para mantenerlos en orden. El chico se nota un par de años mayor que nosotros pero eso no era problema.

—¡Xander, te he dicho que te lo tomes más al paso!— le regaña el mayor.

—Abuelo pero déjeme disfrutarlo, mamá planea que trabaje por la tarde si no consigo ser útil como baterista.

—Es que eres algo malito y no tienes amiguitos con quienes puedas tocar— dice la niña tomando de las manos del joven las baquetas.

Rock your heart CDM #2 Donde viven las historias. Descúbrelo ahora