Capítulo 36.

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El ver a Mirei conectada y llena de heridas le hacía entender lo frágil que era ella, tenía sentimientos encontrados. Estaba feliz por volverla a ver con vida, pero sentía que se quebraba de tristeza al verla en tal estado.

—Es un milagro por completo, como llegó era difícil salvar su vida, sin embargo se aferró bastante bien a su vida. Con un cuerpo tan pequeño y tiene demasiadas fuerzas.

La tomboy pasó sus dedos sobre el rostro de su pequeña hermana, acariciaba suavemente como si fuera la porcelana más frágil en la tierra.

Pasó tiempo para que Mirei estuviera estable y así poder pasarla a una habitación, cuando hubo la oportunidad ambas se abrazaron. Habían tenido el miedo de no volverse a ver.

—¿Señorita Mirei, verdad?— la nombrada asintió—Soy el doctor Watanabe, estaré a sus cuidados en su estadía en el hospital. Además de venir a presentarme, tres personas quieren hablar con usted.— Akira, Amon y Juuzou cruzaron la puerta, en ese momento Mirei prefería estar muerta, Touka no tardó un segundo en reconocer a las palomas, acomodó su cabello detrás de su oreja, dejando ver su rostro completo, un pequeño gesto que cambiaba demasiado su apariencia.

—Me iré primero, la cafetería no puede durar mucho sin empleados.— evitando a los agentes dejó a su compañera.

Suzuya, el menor de los agentes, no dudó en ir a abrazar a su chica, le preguntaba si estaba bien y se arrepentía de no poder protegerla.

—Todo fue mi culpa, tú hiciste tu trabajo.— Mirei tomó su mano. El pelinegro sin entender la escena que estaba viendo, aclaró su garganta haciendo que ambos jóvenes se separaran.

—El motivo de nuestra visita, además de ver cómo te encontrabas, es para pedirte disculpas. —

—Perdón. —secamente se disculpó la rubia.

—¿Es en serio?— Amon sobaba el puente de su nariz intentando calmar su estrés —La atacaste y terminó hospitalizada.—

—Perderé tiempo si hago una disculpa formal —

Amon suspiró vencido, no podría ganar una discusión contra ella.

—De parte de la CCG le pedimos disculpas por el accidente ocurrido en días anteriores. —hizo una reverencia en forma de disculpas —Espero y pueda disculparnos, los gastos médicos serán cubiertos por la CCG.—

Mirei se encontraba realmente apenada, sabía que la culpa principalmente era de ella, de no haber ido a buscar a Kanou se habría evitado todo esto, además de que Kaneki de alguna forma la había salvado de morir a manos de Akira, sin embargo, moriría a manos de Kaneki.
 
—No se preocupen por eso, la culpa fue mía al entrar por decisión propia.

—¿Qué hacías ahí? —Akira la acorraló con su pregunta nuevamente, si su versión no coincidía con la anterior estaría verdaderamente muerta.

—... ya se los había dicho.

—Repitelo. —Akira tenía un sexto sentido casi imposible de vencer, si ella no lo creía descubriría inmediatamente la identidad de Mirei. La menor miraba al albino en busca de ayuda, el solo asintió, dándole a entender que tendría que hacerlo.

—Escuché sobre la historia del doctor que vivía en ese lugar, sobre sus experimentos humanos y... Ya sabe. Pensé en qué cosas podría encontrar ahí, entré por la entrada principal, pueden verificarlo, forcé la puerta. Sin embargo, di sin querer al sótano que daba con esos laboratorios, ahí fue cuando me encontré con unos ghouls que ustedes espantaron antes de llegar.— su memoria fallaba sobre exactamente lo que había sucedido ese día, pero recordaba perfectamente su plan. Se quedaron  en silencio, la madre de Mirei había entrado a la habitación, la chica se emocionó al verla, luego pensó en todos los regaños que tendría por haber hecho un acto suicida.

Tan solo comida (Ayato Kirishima)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora