CAPITULO XII.

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CAPITULO XII: MENTE DIFRAZADA.


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Eddy me llevó hasta un cuarto vacío, me soltó del brazo y sacó de una valija una especie de maletín un tanto viejo con unas cosas las cuales no podía ver, ¿ese chico era mi amigo hace años?, ¿cómo puede ser que no recuerde nada?...

Y como es que nunca lo habia visto a pesar de ser hermano de esas dos locas.

--mira... somos nosotros, un mes antes de que te metieran a Rehabilitación---me entregó la foto, la sostuve entre mis manos, estábamos los 2 abrazados con unas grandes sonrisas y pareciendo los mejores amigos del mundo.

Subí la vista--¿cómo es que la conservas? —pregunté ya creyendo que sí decía la verdad, todo esto de que mi pasado regrese y me castigue, me está matando poco a poco--¿qué fue lo que pasó? ¿por qué no me buscaste después de que me recuperé de la crisis?—dije con duda y resentimiento.

Suspiró serio--¿aun no sabes la verdad?... ¿cierto?...

-¿que verdad?-

-la razón por la que me fui.

-no entiendo- fruncí el ceño- dímelo.

-No creo que sea buena idea que yo te lo diga—dijo notoriamente indispuesto.

--dijiste que fuiste mi amigo ¿cierto? —Eddy asintió convalecido—me conociste perfectamente y me conozco como para saber que yo te dije que, si llegaba a olvidarte, tu tenías que decirme la verdad—hablé desesperado por oír la verdad y con seguridad en mis palabras.

He escuchado tantas mentiras en mi vida, que la verdad ya hasta parece un tabú algo acabado.

Se quedó un rato en silencio, hizo mueca de estar pensando y luego de varios segundos levantó la vista sabiendo que tenía razón—fue tu padre—me dio la espalda sabiendo que el decir la verdad estaba siendo duro para ambos—él se enteró que eras gay y te agarró un gran odio que fue capaz de pegarte... él me amenazó para que ya no te hablara, para que ya no regresara.

Negué, ¡él no podía estar hablando enserio!, ¡no podía estar hablando de mi padre!, ¡no podia estar hablando de mi padre!... Sentí ánimos de llorar, pero me contuve—es broma, mi padre no podría hacerme eso, el no—dije con voz frágil, pero su expresión pareció algo convincente,

Se dio la vuelta encarándome--¿no sientes que ahora te protege y mima demasiado?... Yo sé lo que te digo, yo fui el único amigo que tuviste en tu infancia, ¡tu padre es el peor! --aclaró saliendo de su aura de calma.

Tragué saliva sin ser capaz de darle la razón, pero es que no podía digerirlo y aceptarlo tan fácilmente, ¿cómo aceptar algo cómo eso? Y después basarse en mi crisis para fingir que era el mejor "padre del mundo", como yo ya no podía recordar la verdad, hizo que todos se alejaran de mí, no se si creer eso, o fingir que no he escuchado nada.

Diario De Un Chico Gay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora