CAPITULO II.

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CAPITULO II: PENSANDO EN MI ERROR

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CAPITULO II: PENSANDO EN MI ERROR


Agaché la cara y seguí caminando, escuché como susurró una maldición y no pudo importarme menos, ¡me habia descubierto! Y ahora mismo sentía una gran vergüenza y susto, no podía regresarme, ¿qué le iba a decir al chico que me gusta? ¿Algo cómo, te miro porque me gustan tus ojos cafés, tu pelo y todo tu cuerpo? Eso no es feasible, levemente sonrojado y lleno de vergüenza salí de la biblioteca sin poder ver hacia atrás.

Me apoyé contra la pared de la biblioteca, apretando mis dientes por ser tan estúpido, ¡él quería invitarme a mí!¡le gusto! En medio de mi odio una sonrisa se me escapó por solo pensar en la idea de gustarle al rubio. Da igual ¡no voy a ser capaz de dirigirle la palabra!, por lo menos no en esta vida de nuevo, háganse la idea de que me la pasaré solo por lo menos 5 años mas.

Caminé hacia la casa viendo hacia el cielo y deseando poder ser menos patético y dramático, una mala combinación en días de invierno.

Pero no tenía ganas de llegar a la casa después de volverlo a echar todo a perder, media hora más tarde me encontraba en la bahía viendo gaviotas, con mi vista fija en el cielo y varias lágrimas en los ojos, ni sabía por qué estaba llorando, es que a veces soy tan melancólico y lo pero es que no se como justificar esa parte tan insana de mi cuerpo. A lo lejos escuchaba las olas y las aves, tenía algún tiempo de que no venía a relajarme aquí a la bahía.

Mi celular empezó a sonar desconcentrándome totalmente, lo saqué de mi bolsa y contesté:

-yo: yo aquí ¿quién allá? -

-hermanito del alma. ¿que haces?, ¿cómo estás?, ¿que ha pasado de bueno? – una serie de preguntas en un momento no muy grato.

Rodé los ojos: -tranquila cálmate-ni que estuviera ocurriendo el apocalipsis. -

Se carcajeó ante la idea-es que te extraño un buen, hermanito. -

Yo: -yo igual, la próxima semana llego a verte, y sí, estoy bien-suspiré-estoy sentado en la bahía-dije con pesadumbre ante la idea de que las suposiciones que podía formularse.

--quisiera estar contigo, siempre vas a la bahía cuando estabas triste. Tienes que decirme ¿que te pasa? -

Sonreí-eso quisiera pero es algo de lo que simplemente no se puede hablar por telefono- expliqué tratando de evadir la respuesta exacta- te lo digo cuando llegue, espero que te den el ascenso muy pronto, --ella es licenciada si se lo preguntan.

-eso espero yo también, hermanito. Bueno, nos vemos la próxima semana, y ya sabes tienes que decírmelo todo, todito, besos, te cuidas y cuidas a mamá ya sabes--

Yo: -está bien, adiós y allí estaré puntual. -

Seguí viendo cómo se ocultaba el sol por el horizonte y hasta que se ocultó por completo me levanté y caminé hasta la casa. Ya en la casa subí a la habitación y me tiré con los brazos sobre mi cara aun pensando en mi loca actuación con el chico rubio. No podía dejar de pensar en él, mamá entró tosiendo para llamar mi atención.

Diario De Un Chico Gay.Where stories live. Discover now