Capítulo 6.

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Antes que nada, disculpen la tardanza, chiquitos. Estuve muy ocupada y bueno, las mismas cosas de siempre.
Disfruten el capítulo de hoy.
Con amor, Jai.

Louis.

Él seguía sin entender qué era lo que le provocaba Harry.
Es decir, sólo era porque lo consoló, ¿verdad? no sentía nada por el chico, ¿no?
— ¿En qué rayos pienso?— lo del abrazo había pasado hace un día, y Louis no podía dejar de pensar en eso. No entendía por qué se sentía de dos maneras distintas; alegre y asustado.
Es decir, no le gustan los chicos.
O eso creía.
— Voy a volverme loco.— luego de estar pensando un rato, como hace usualmente, salió a caminar por un parque cercano a su casa, ya que había tenido que volver a su hogar y, bueno, el resto es historia.
— Helado. El helado me calmará.— Louis estaba verdaderamente confundido. No era posible que la simple idea de ser homosexual se le cruzara por la cabeza. Nunca lo había pensado, y no tiene absolutamente nada en contra de los gays o lesbianas, pero él estaba asustado por lo que la gente pensaría.
Nuevamente, miles de ideas cruzando por su cabeza.
Sus padres abandonándolo.
Sus compañeros aislándolo aún más.
Harry, alejándose de él.
¡Mierda! y el chico de cabello rizado de nuevo a sus pensamientos.
¿No podía tener un momento libre de sus bellos ojos, nariz, boca?
¡Dios! ¿qué haces, Louis?

Sumido en sus teorías sobre su sexualidad, chocó con alguien y rápidamente se disculpó.

— Está bien, hermano. No te preocupes.— el chico le sonrió.
— Soy Louis, en verdad, no te vi.
— No te preocupes, Louis. Soy Za- Jacob.— se interrumpió. Creo que iba a decir otro nombre. Louis le restó importancia.
— Un gusto Jacob.
— Igualmente, Louis.— Jacob lo saludó con la cabeza, sonriendo nuevamente y se alejó.

— Jacob lo saludó con la cabeza, sonriendo nuevamente y se alejó

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Lou siguió caminando.
— She said, it's all right if it makes you feel good.— trataba de cantar, pero la letra no encajaba con el ritmo que tenía en mente.— She said, ¡hey! it's all right, if it makes you feel alive.— "sí, ahora sí", pensó Louis.

Sintió que alguien tocó su hombro, y se dio vuelta.
Se sorprendió al verlo, Harry, con sus rizos volando debido al fuerte viento que soplaba contra ellos.
— Hola, Lou.— y todavía no podía superar cuánto amaba que él lo llamase así. Lou.
Hola, Hazz.— sonrió. Estaba feliz por verlo.
— ¿Cómo estás?
— Bien, gracias. ¿tú?
— Estuve pensando sobre... ya sabes. El tema del sueño.— se había olvidado completamente de esa situación.
— Oh, yo olvidé eso por completo.
— Estaba pensando que a lo mejor querías ir a tomar un café o algo y hablar del tema.— "por favor, Dios mío, que no sea una cita" rogó Louis en su mente.
Él no creía poder soportar estar cerca de Harry si era obvio que nada pasaría entre ellos dos. Porque Harry era... es hermoso. Y Louis era sólo un chico de 18 años del cuál tuvo piedad y dejó que sollozara en su hombro.
— Claro, vamos.— Hazz sonrió y se dirigieron juntos al café más cercano.

-...-

— ¿Qué pedirás? yo quiero un café con leche y crema, son deliciosos.— comentó el rizado. Lou rió al verlo tan emocionado.
— Yo pediré un expresso.— el mesero llegó y ellos le dijeron lo que querían.
— Debemos investigar.
— ¿Investigar cómo, Hazz?
— Amo que me digas Hazz.— dijo. Rápidamente sacudió su cabeza.— digo... que amo que me digan Hazz. Es un apodo lindo.— tomó un trago de su café, nervioso y sonrojado. Louis le sonrió.
— Creo que podríamos empezar en una biblioteca, buscar diarios viejos, esas cosas.— comentó el ojiazul, mientras llevaba la taza a su boca. Hazz asintió.
— Oh, por cierto, cantas hermoso.— Lou se atragantó con su expresso.
— ¿M-me escuchaste?
— Sí, bobo. ¿Sino cómo sabría?
— No lo sé. No le digas a nadie que canto, por favor. Especialmente a mi madre.
— ¿Por qué no?— preguntó curioso el ojiverde.—
— Ella y toda mi familia piensan que es una pérdida de tiempo. Siempre lo pensaron, excepto Lottie. Ella sí me apoyaba en todo.— sin que se diera cuenta, derramó una lágrima, a la par de Hazz.
— No llores, Lou.— Hazz se acercó y le secó la lágrima con su pulgar, con una caricia. Louis se estremeció en la silla.
— Em, debo irme. Nos hablamos, ¿sí?
— Claro, Lou. Adiós.— Louis se alejó sintiendo la mirada confusa del ojiverde a sus espaldas.

Harry.

Llamó a Liam. Por alguna razón, que Louis se fuera le dolió. Pero no tenía sentido, es decir, Harry no era gay.

Lo enviaron al buzón de voz.

— Liam — dijo al teléfono— necesito ayuda, hermano. No entiendo qué me pasa y creo que enloqueceré. Más que ahora. — y grabó el mensaje.— ahora sólo resta esperar. — se dijo, impaciente, y con un tono sarcástico.

De la nada, llegó su madre. Esa persona con la cual Harry estaba tan enojado, aunque gracias a su mudanza, había conocido a Louis.
Y él era una de las cosas más importantes que le habían pasado hasta ahora, porque parecían tener unos antepasados en común.

Y eso sí es una aventura.

— Harry, amor, ¿qué quieres de cenar?— preguntó con amabilidad en su voz. Harry no pudo resistir el enojo por mucho más tiempo.
— Lo que sea, mamá.— respondió lo más cortez posible.
— Te traje verduras, haré ensalada.— Hazz asintió y se dirigió al comedor. Ya se habían instalado y tenían un gran televisor, donde su padre usualmente miraba fútbol.
Oh, su padre.
Un engreído, malhumarado y homofóbico. "Gran señor, mejor persona" pensó con ironía.
Desde pequeño fue duro con él.
Entonces Hazza recordó una pelea que su padre tuvo con Gemma hace un tiempo

"— ¡No puedo creerlo, Gemma! ¿Cómo pudiste?— gritó su padre— ¡eres una vergüenza para esta familia! Ojalá nunca hubieras nacido"

Esa vez, su hermana escapó, aunque no tardó mucho en volver. Todos pensaron que Dez podría cambiar, pero no era así. La gente malvada jamás cambia. Era algo que la gente debería tener en cuenta, así sus vidas no estarían completamente destruidas.

— ¿Por qué seguimos con él?— preguntó Harry.
—¿De quién hablas, cariño?— preguntó Anne haciéndose la desentendida, mientras cortaba los vegetales.
— Por favor, mamá. Sabes muy bien de quién estoy hablando. Sabes bien que no nos hace bien. ¡¿Por qué seguimos con él?!
— ¡Perdí mi empleo, Harry!— gritó su madre, perdiendo la paciencia.— ¿Feliz? ¡Lo perdí! Ya no tenemos dinero, y tu padre es lo único que nos mantiene en pie. No puedo irme ahora. Quedaríamos en la calle.
— Pero mamá... Yo puedo conseguir algo, en verdad, yo puedo...
— No Hazz. Este asunto se da por terminado.— dándose vuelta volvió a su tarea anterior.
— Gracias por esta maldita vida.— dijo el ojiverde, enojado, y subió las escaleras a su cuarto.

𝐫𝐞𝐞𝐧𝐜𝐚𝐫𝐧𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧  ☆ larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora